67 por ciento ha vivido discriminación y 46. 4 por ciento ha sido objeto de insultos o descalificaciones
Primer informe sobre violencia por razones de género y discriminación elaborado por Defensoría de los Derechos Universitarios
Sara Lovera
SemMéxico, Cd. de México, 27 de febrero, 2022.- La Universidad Autónoma Metropolitana UAM difundió esta semana un Primer informe sobre Violencia por Razones de Género y Discriminación elaborado por Defensoría de los Derechos Universitarios que arrojó datos preocupantes y explican el malestar que recorre a la vida universitaria y obliga medidas urgentes y sostenidas.
El informe, coordinado por Ma. Guadalupe Haucuz Elías, se sostiene en una encuesta aplicada a más de 2 mil universitarios y universitarias, 73 por ciento constituida por el alumnado.
Reveló que el 75.4 por ciento de las estudiantes han sufrido violencia de género; el 67 por ciento de hombres y mujeres han experimentado discriminación, y hasta el 46.4 por ciento ha sido objeto de insultos, devaluación, burlas, apodos ofensas y descalificación; un 34 por ciento ha vivido comentarios desagradables sobre su cuerpo.
También da información sobre la violencia digital (amenazas y acoso a través de las pantallas), de la violencia física y sexual (golpear, pellizcar, arañar, empujar, jalonear), (chistes de contenido sexual sobre las mujeres o las personas de la diversidad sexual).
Es una encuesta institucional, realizada en todos los campus de la UAM, servirá para afrontar las violencias contra las mujeres y la discriminación; las resistencias, la persistencia de estereotipos, el funcionamiento de políticas, reglamentos y acciones.
Es una respuesta a los movimientos de mujeres jóvenes y colectivas feministas que lograron visibilizar y posicionar a la violencia por razones de género en el ámbito universitario, principalmente la violencia de tipo sexual, como a las exigencias para reconocer las raíces de la condición de discriminación y violencia, reorientar políticas y lineamientos para su prevención, atención, sanción y erradicación.
Los hallazgos señalan que las violencias de género y la discriminación en el campus de esta universidad afectan principalmente a las estudiantes, generando un malestar, que produce complicaciones en el aprendizaje y la salud integral de la población afectada, en todos los niveles, licenciatura, maestría y doctorado.
Advierte el informe, que los datos obtenidos son los más generales, pero obligan a actuar con más vigor para impulsar una cultura de paz y cero tolerancias a la violencia y discriminación en la vida universitaria y más allá de sus fronteras.
Resultados
La encuesta se enfocó a explorar cómo funcionan los estereotipos de género imperantes en la comunidad universitaria, la incidencia de la violencia por razones de género, la experiencia de la discriminación en los entornos universitarios y el conocimiento de los recursos sociales e institucionales contra ello, desafortunadamente sólo el 34 por ciento sabe qué es y para qué sirve la Defensoría de los Derechos Universitarios.
El estudio revela que en la UAM persisten conductas discriminatorias, agresiones emocionales, piropos ofensivos, insinuaciones sexuales, insultos a través de mensajes, agresiones físicas e intentos de violación.
Las jóvenes informaron haber sido vigiladas o seguidas al salir de la escuela, vivir agresiones sexuales como manoseos, tocamientos o exhibicionismo, ofrecer beneficios a cambio de favores sexuales, venganzas por negarse a tener relaciones sexuales, y ataques con cuchillos o armas de fuego.
Lo mismo que agresiones físicas, humillación y exclusión “por ser mujeres”; violación o intento de violación, acecho e incluso ataques con armas que ocurren cerca de la escuela o en lugares alejados al interior del campus universitario.
Se confirma que –como se ha estudiado- en las universidades, la violencia contra las mujeres se incrementó en 25 por ciento (2006- 2017), y se hizo visible por las denuncias de acoso sexual recibidas en las Instituciones de Educación Superior. La UAM no es la excepción.
Advierte el Informe que por el entramado de relaciones de poder que ocurren en los espacios universitarios, la violencia contra las mujeres está normalizada, con prácticas cotidianas, y proviene principalmente de autoridades, compañeros, maestros y trabajadores.
DATOS
Realizada n los 5 campus de esta universidad (Iztapalapa, Xochimilco, Azcapotzalco, Cuajimalpa y Lerma entre dos mil 41 personas.
Reveló que entre el estudiantado entre el 74 por ciento y el 79 por ciento refirieron haber experimentado algún tipo de violencia, física, psicológica y sexual.
La psicológica más frecuentemente son insultos, devaluación, burlas, apodos, ofensas y descalificación, 46.4 por ciento; y haber recibido comentarios desagradables sobre su cuerpo, 34.2 por ciento.
Las experiencias de violencia psicológica a través de las TIC en la vida privada o no respeta el horario laboral o académico, arrojó que el 13.7% dijo haber sido ridiculizadas/os o exhibidas/os en redes sociales, hasta haber contado mentiras o rumores falsos sobre su persona, un 28.6%
En Violencia Física el porcentaje más alto registrado fue: jugando les han golpeado, pellizcado, arañado, empujado o jaloneado con 34.3%, mientras que a 13.8% dijeron que les habían lanzado objetos, jalado del cabello, pateado, o golpeado con las manos o con el puño.
En Violencia Sexual se reportó que está relacionada con los chistes de contenido sexual dirigidos a las mujeres o sobre las personas de la comunidad de la diversidad sexual, 46.6%.
Un 33% reportó haber recibido comentarios obscenos o piropos que les habían incomodado, mientras que el 28.9% indicó haberse sentido incómoda(o) cuando alguien se le acercó excesivamente, le besaron, abrazaron o tocaron. Un 9.1% de dijeron que fueron presionadas para aceptar invitaciones de carácter sexual, fuera o dentro de los espacios universitarios, y un porcentaje igual habían citadas en una oficina, laboratorio o salón para hacerles propuestas de índole sexual.
La violencia sexual a través de las TIC fue de 9 por ciento y recibieron mensajes, fotografías, imágenes o videos con contenido sexual no solicitados por correo electrónico o WhatsApp.
Las TIC también o utilizadas en un portal, esto para ponerse en contacto con alguien con intenciones sexuales, fue de un 20.6%, y para enviar mensajes, fotografías, imágenes sexuales compartido en páginas pornográficas o que ofrecen servicios sexuales de14.5%.
Dice el informe: “Vale la pena mencionar que en ningún caso hubo incidencia cero en relación con la violencia por razones de género, y eso en sí mismo debe constituir una preocupación institucional. Es por ello que las Políticas Transversales reconocen este fenómeno como un problema social, antes que una conducta individual, y por tanto exige respuestas integrales, algunas de las cuales se enuncian en el citado documento”.
DISCRIMINACIÓN
De las 2,041 personas que participaron en la encuesta, 62.1% reconoció haber vivido discriminación en la UAM. De acuerdo con su adscripción institucional, las personas participantes reportaron haberse sentido discriminadas en las siguientes proporciones: ex alumnado 74.3%, personal administrativo 63.4%, alumnado 61.9%, profesorado 60.9% y personas que cumplían un encargo como órganos personales instancias de apoyo 35.7%.
Por otra parte, en todas las unidades académicas o espacios de adscripción institucionales, la experiencia de haber sido discriminadas fue reportada por más del 50%; de las personas participantes: 66.7% de los Centros de Desarrollo Infantil (CENDI), 66.4% de Azcapotzalco, 64.5% de Lerma, 63% de Xochimilco, 62.2% de la Rectoría General, 60.4% Cuajimalpa, 57% de Iztapalapa y 100%de otras instancias.
ESTEREOTIPOS
La aceptación de los estereotipos de género fue, en términos generales, menor al 11% en todos los casos, sin embargo, aún prevalecen algunas creencias rígidas relacionadas con las características o comportamientos considerados como propios de las mujeres o de los varones, e incluso de personas de la diversidad sexual.
Así, en la comunidad universitaria que participó en la encuesta, poco más de una de cada 10 personas (10.8%,) manifestó estar de acuerdo que para los hombres es prioritario en la vida tener una casa y un automóvil, por eso eligen las profesiones mejor remuneradas, y nueve de cada 10 concordó respecto a que las mujeres son mejores estudiantes que los hombres (9.1%).
Dijeron que si un hombre tiene suficientes ingresos, la mujer puede no trabajar o tomar un empleo de medio turno para que pueda dedicar tiempo a sus hijas(os) 8, 6.8%,; que las mujeres son más aptas para las carreras que requieren proveer cuidado, atención y servicio (psicología, enfermería, pedagogía, etc.), 4, 5.3%, ; que un hombre demuestra su masculinidad siendo agresivo en cualquier contexto 5%,; y que las mujeres usan su sexualidad para obtener mejores calificaciones o beneficios laborales 4.7%.
LA VIOLENCIA ES CONSISTENTE
Interesante que el 24.6% mencionó nunca haber experimentado violencia; mientras que el 75.4% ha vivido violencia por razones de género al menos una vez en el ámbito universitario.
Cuando se toma en cuenta la adscripción en la institución, el mayor porcentaje de violencia por razones de género se presentó entre el ex alumnado 93.2%, mientras que, en los otros grupos, entre el 74% y el 79% refirió haber experimentado algún tipo de violencia en una o más ocasiones.
Dice la defensoría de los Derechos Universitarios, bajo la responsabilidad de María Guadalupe Huacuz Elías, en el estudio elaborado por ella y por Alicia Saldívar Garduño y Elizabeth García Cervantes que es importante reconocer que hay grupos específicos al interior de la comunidad universitaria que coexisten y que pueden verse expuestos a situaciones de violencia por razones de género y discriminación. Por ello se incluyó a personas que sienten discriminación, por discapacidad, religión u origen étnico, donde solamente hubo 23 participantes: 65.2 por ciento mujeres y 21.7 por ciento hombres, 56.5 por ciento reportó haber vivido uno a más episodios de violencia por razones de género ligadas a la discriminación por su condición. También se exploró la discriminación por identidad.
NO SE CONOCE CÓMO DENUNCIAR O PEDIR AYUDA
El conocimiento que la comunidad tiene hoy de las Unidades de Género, así como de las funciones de la propia Defensoría de los Derechos Universitarios lamentablemente es menor a lo deseado: 34% de aquéllas y un 27% de esta última.
Declara el informe que aun cuando se avanza en la dirección correcta, todavía hay resistencias y falta mucho por hacer para erradicar la violencia por razones de género y la discriminación en los espacios universitarios. Hoy está vigente un Reglamento para identificar las faltas cometidas por el alumnado, las instancias y órganos a los que las personas agraviadas pueden acudir para presentar una queja, las sanciones administrativas que deben aplicarse en cada caso concreto, y las instancias encargadas de suministrar dichas sanciones.