- Su investigación de más de tres años fue arrojada por la borda, el TSJ absolvió al agresor en diciembre pasado
- Le fallan a Ivón Berenice en la procuración y administración de justicia
Soledad Jarquín Edgar
SemMéxico, Oaxaca, Oax. 2 de febrero, 2021.- ¡Antes de irme, primero me los voy a echar!
Es la advertencia, que hace días, recibió por teléfono uno de los testigos del asesinato violento de Ivón Berenice Guevara Reyes ocurrido hace seis años y cuyo responsable fue absuelto el 22 de diciembre pasado.
En libertad José Manuel L.D. ha amenazado con matarme, dice la madre de Ivón Berenice, Julieta Andriana Reyes Díaz, quien se revela ante la resolución de la justicia oaxaqueña y señala a la y los magistrados Sonia Ireta, Humberto Vásquez y Arturo de la Vega, como responsables de lo que a ella y a sus testigos -de los hechos ocurridos el 21 de diciembre de 2014- les pueda pasar.
“Ya me empezaron a amedrentar y sí tengo temor”, dice Reyes Díaz quien para detener al asesino de su hija tuvo que realizar la investigación por su cuenta hasta dar con el responsable que había huido a la ciudad de Aguascalientes.
Tiene temor, pero no está dispuesta a quedarse callada, explica en tanto hace un recuento de todo lo que ha tenido que enfrentar: “a mi hija primero le falló la Procuraduría, ahora el Tribunal Superior de Justicia”, refiere a SemMéxico.
José Manuel L.D. fue absuelto en diciembre pasado, justamente un día después de cumplirse seis años del ataque violento en el que la joven de 20 años fue asesinada al salir de un centro de diversión en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán bajo el argumento “de que se trató de un asesinato accidental, en el que no existió dolo (…) una resolución cuche que los magistrados firmaron el 10 de diciembre”.
Sin embargo, la madre de Ivón Berenice, quien realizó durante más de tres años la investigación por “cuenta y riesgo” ante la inacción de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca, que le daba largas debido a la protección que recibía por parte de policías “investigadores” por recomendación del tío del presunto responsable de nombre Ángel Luis Durán, un ex policía ministerial retirado.
Es la “magnitud del pendejismo”, reitera sobre lo que califica como un hecho absurdo: la justificación de que el agresor estaba alcoholizado “y no sabía lo que hacía”, pero ella se sabe el expediente al revés y al derecho, y asegura que no existe dictamen médico que indique “que estaba tomado”, como afirman en la resolución absolutoria la y los magistrados. Y no había tal dictamen porque el asesino había huido del lugar.
Julieta Andriana Reyes Díaz obtuvo las grabaciones de los videos tanto dentro como fuera del bar BandaOax a donde la noche del 21 de diciembre acudió su hija con vecinos y compañeros de la escuela.
Dentro del bar ocurrió una pelea con uno de los compañeros de Ivón a los pocos minutos de que José Manuel L.D. y acompañantes llegaran al lugar. “En las grabaciones se escucha cuando José Manuel L.D. amenaza de muerte al estudiante con quien se enfrentó”. Los encargados de la seguridad deciden sacarlos. Afuera se observa cómo José Manuel se sube a la camioneta doble cabina con sus acompañantes y se retira, luego sale el grupo de jóvenes, entre quienes se encuentra Ivón Berenice, en pocos minutos vuelve José Manuel solo, detiene la camioneta frente a los jóvenes –sin apagar el motor- y dispara. La joven estudiante de pedagogía y de psicología, quien estaba de espaldas, cae asesinada.
Por el contenido de las grabaciones, la madre de Ivón Berenice sabe que los funcionarios del Tribunal de Justicia de Oaxaca se equivocan. Además, cuestiona los argumentos. Uno de ellos sostiene que la joven no “se protegió” como lo hizo el resto; otro de los magistrados plantea que José Manuel no tenía conocimiento de cómo utilizar el arma – una pistola 9 milímetros-.
En el primer caso reitera que su hija estaba de espaldas, no tuvo tiempo de reaccionar. Y cuestiona la segunda aseveración porque investigó y encontró cuatro denuncias anteriores en contra de quien le disparó a su hija, una de ellas por portación de arma de fuego. En dos ocasiones fue detenido por el delito de lesiones y violencia familiar, y otra por secuestro, incluso por esta último hubo una orden de aprehensión.
¿Usted cree que no sabía utilizar un arma? Pregunta sarcástica y apunta que a pesar de todo la y los magistrados decidieron dejarlo en libertad, por lo que pide que se la actuación de los magistrados sea revisada.
Tres meses en el hospital psiquiátrico por orden del Procurado
En febrero de 2015, Andrea Karina Reyes Díaz llegó desesperada a la entonces Procuraduría –hoy Fiscalía de Oaxaca- y exigió justicia para su hija, discutió con las personas que ahí se encontraban. La intolerancia fue mayor cuando con la anuencia del entonces titular de ese organismo Héctor Joaquín Carrillo Ruiz, un funcionario de nombre “Fernando” pidió que la detuvieran y en el acto fue enviada al Hospital Psiquiátrico ubicado en las cercanías de la llamada “Ciudad Judicial”.
Estuvo encerrada tres meses. Volvió a su casa y poco después regresó a la dependencia para exigir justicia para su hija, la respuesta fue que el caso estaba cerrado, pues el expediente estaba perdido.
Rabia, dolor e impotencia la llevaron a tomar serenamente otra vía, la de realizar por su cuenta la investigación. Se compró pelucas, sandalias, trenzas postizas y ropa típica, se hizo pasar por vendedora de pan, tamales, tortillas y memelas para acudir a los mercados de Zaachila, Zimatlán o Cuilapan, donde sabía estaba el asesino de su hija.
“Nunca faltó quien me diera información”. Así, sabe que José Manuel ha sido herrero, vendió pollos, marranos –cuando fue detenido- y entonces tenía 30 años de edad y que le decían el Cuche; su investigación la llevó a ponerse en peligro más de una vez, y terminó con un documento con más de más de 80 fotografías, videos, grabaciones de voz y un sinfín de datos que podrían llevar a concluir una orden de aprehensión emitida desde 2015 en contra de José Manuel.
Y en tanto ella hacía la investigación y se exponía, a su casa llegan las agentes, de las cuales tiene el número de placa y nombre. Una de ellas se sentaba en el sillón de su casa y se empezaba a maquillar: “la escucho, a ver, dígame que tiene”, le decía para que la madre de Ivón Berenice le informara sobre sus avances. La otra, agrega, siempre le respondía que “no había luz ni rastro de José Manuel, quien se había convertido en un fantasma”, después Julieta Andriana Reyes Díaz descubrió que la agente tenía una relación amorosa con el ex agente ministerial Luis Durán, tío del asesino de su hija.
Recuerda que antes del 10 de abril, cuando supo dónde se encontraba el responsable del asesinato de su hija, quien fue sacado de Zimatlán de Álvarez rumbo a la Ciudad de México en una pipa de agua, se entrevistó con el coordinador general de la Agencia Estatal de Investigaciones de la Fiscalía (José Antonio Yglesias Arreola) a quien en su oficina le entregó los resultados de su investigación.
La imagen no la olvida. “Yglesias se encontraba en su oficina fumando un puro y con los pies en el escritorio”. A los días se enteró de una mala noticia “mi gente extravió sus fotos”, le dijo el funcionario. “Le puedo asegurar que tan pronto me salí de su oficina lo echó todo a la basura, porque seguían protegiendo a José Manuel a través de su tío”. (Yglesias Arreola siguió laborando en la Fiscalía hasta junio de 2019, ya en la actual administración, al frente de la coordinación general de la Agencia Estatal de Investigaciones).
La detención y las amenazas
El 10 de junio de 2018, Reyes Díaz le informó –suplicó- al grupo Fuerza Estatal de Reacción Inmediata (FERI) que habían sacado al responsable de la muerte de su hija en una pipa y que el destino final sería la ciudad de Aguascalientes. Finalmente fue aprehendido el 18 de abril de 2018, tal y como ella les había dicho.
A los días le tirotearon su casa. Solo hizo público los hechos sin que nadie le brindara protección.
También entonces recibió una llamada telefónica de la madre de José Manuel, Antonia Durán, quien le advirtió que, si no le otorgaba el perdón a su hijo, la iba a matar. “Yo solo le contesté: -No me avise, actúe, nosotros ya perdimos lo más valioso”.
Adriana Karina Reyes Díaz sigue sin protección de las autoridades, pese a ello sostiene a SemMéxico que nada la va a detener y que seguirá las vías legales que sean necesarias.
SEM/sj