- Se añade a la lista de países desarrollados que despenaliza esta práctica
- Cerca de 50 mil abortos al año hicieron al Parlamento consciente de la demanda social y culturalmente ya aceptada y ahora es una realidad
Redacción
SemMéxico. 04 de enero 2021.- El aborto en Corea del Sur es legal desde este el primer día de enero de 2021, de acuerdo a la reforma constitucional enmendada en abril de 2019 que puso fin a la prohibición.
El tribunal determinó como inconstitucional la medida, que criminalizaba a las mujeres, era una violación a los derechos de la salud. Uno de los argumentos de la tribuna fue que no era de admitir que el embrión fuera considerado como una persona con derechos, puesto que depende completamente del cuerpo de la mujer para su desarrollo. Hasta esta fecha los abortos ilegales son generalizados.
El gobierno surcoreano penalizó el aborto bajo todas circunstancias en el Código Penal que data de 1953.
Esto fue enmendado por la Ley de Salud Maternal e Infantil de 1973, el cual ya permitía al médico realizar un aborto si la mujer embarazada o su cónyuge sufren de ciertas enfermedades genéticas o infecciosas, si el embarazo es producto de una violación o del incesto, o si el embarazo pone en riesgo la vida de la madre.
Ese código señalaba que cualquier médico que viole la ley será castigado con 2 años de cárcel. Los abortos autoinducidos también se consideraban ilegales, y se castigaban mediante multa o encarcelamiento.
No obstante, los abortos se realizan comúnmente en hospitales y clínicas. La ley de aborto no se aplicó con fuerza, especialmente durante las campañas de reducir las altas tasas de fertilidad en el país, durante las décadas de 1970 y 1980. A medida que la tasa de fertilidad iba disminuyendo durante la década del 2000, el gobierno y los grupos pro-vida enfocaron su atención hacia los abortos ilegales, y el gobierno la prohibición y persecución buscando la aplicación de la ley de aborto.
A pesar de todo ello, son pocas las mujeres y médicos que han sido enjuiciados por esta ley restrictiva.
Gran parte del debate que se llevó posteriormente, fue si el gobierno debería tomar acciones enérgicas para frenar los abortos ilegales, o si la ley debería ser modificada.
En septiembre de 2017, los activistas a favor del aborto presentaron una petición en el sitio web del Presidente surcoreano Moon Jae-in, solicitando que el gobierno modificara la ley para permitir la venta de mifepristona, la píldora abortiva.
En noviembre de ese mismo año, la oficina del presidente respondió la petición, anunciando que la ley iba ser nuevamente modificada. En 2018, el Tribunal Constitucional estuvo dispuesto a escuchar los cuestionamientos sobre la constitucionalidad sobre la ley de aborto.
En Corea del Sur el aborto selectivo por sexo, atribuido a preferencias culturales, se expandió mucho en el país. A pesar de que se realizó una revisión en el Código Médico en 1987, que prohíbe a los médicos el uso del diagnóstico prenatal para revelar el sexo del feto, la proporción al nacer siguió aumentando durante los años noventa.
Esta revisión fue considerada inconstitucional en 2008, por parte del Tribunal Constitucional.
Mediante una encuesta del año 2005 realizada a 25 hospitales y 176 clínicas privadas, su estudio estimó que se habían realizado ese año 342 mil 433 abortos en ese año, lo que implicaría una tasa de 29.8 abortos por cada 1000 mujeres entre los 15 y 44 años.
La tasa hizo evidente que era realizado más por mujeres solteras que casadas. El Ministerio de Salud y Bienestar estimó que en 2010, se habían realizado 169 mil abortos. Otros investigadores, incluyendo Park Myung-bae de la Universidad Pai Chai, estimaron que puede haber hasta 500 mil o un millón de abortos por año.
ABRIL 2019
Con esa promesa del gobierno el Tribunal Constitucional ordenó al Parlamento que antes de finales de 2020 reformara la ley prohibitiva del aborto, así sucedió en abril pasado con el mandato de que entrara en vigor el primer día de 2021.
De esta manera el país ingresará entonces en la normalidad: dejará de ser una excepción entre las sociedades desarrolladas que aún criminalizan la interrupción del embarazo, se dijo lo que acomodaría la normativa a la sensibilidad social y permitirá una práctica tan generalizada como asumida.
El alto tribunal decidió por siete votos a favor y dos en contra que la prohibición del aborto era inconstitucional. Esa ley, aclara la sentencia, “limita los derechos de las mujeres a perseguir sus destinos y viola sus derechos a la salud porque limita su acceso a procedimientos seguros y puntuales”.
La decisión subraya el impacto del movimiento #Metoo en una de las sociedades más machistas del mundo. El mismo tribunal había mantenido la ley cinco años atrás en una votación que acabó con empate a cuatro votos por la ausencia de un juez.
La ley, aprobada 66 años atrás, sólo permitía el aborto en casos de violación, incesto, serio riesgo para la salud de la madre o malformaciones graves. Penalizaba hasta un año de cárcel y multas de dos millones de wons (1.558 euros) para las mujeres y dos años de cárcel para los médicos.
Los registros del Instituto Coreano para la Salud y Asuntos Sociales sientan la pronunciada caída del número de abortos: 342 mil en 2005, 168 mil en 2011 y 49 mil 700 el en 2018. El 94 % de los últimos fueron ilegales. Pero los expertos alertaron que podrían ser hasta diez veces más porque el estigma recomienda la clandestinidad.
Igualmente un estudio del 2018 del Instituto Coreano de Desarrollo de la Mujer fortalece esa impresión: abortó una de cada cinco mujeres embarazadas y sólo uno por ciento estaba amparada por la normativa de excepciones.
En la tendencia ha influido más el menor número de mujeres en edad fértil y la mayor oferta de métodos anticonceptivos que el miedo al castigo. La ley, de hecho, era papel mojado. Apenas 80 mujeres y doctores se sentaron ante la justicia entre 2013 y 2018 y sólo uno pisó la cárcel. La decisión judicial llega tras el amparo solicitado por una doctora procesada tras practicar 70 abortos ilegales. La ley, defiende, atenta contra el logro de la felicidad, la igualdad y la libertad.
Las últimas encuestas acreditaron la tendencia social. Un 58 por ciento de los cuestionados manifestaron estar a favor del aborto y el porcentaje se eleva al 75 por ciento en el segmento de mujeres en edad fértil. Una petición para legalizarlo sumó más de 230 mil firmas y una manifestación en diciembre de 2018 en Seúl reunió a 3 mil personas. Estas manifestaciones mostraron a muchas mueres que ocultaron su cara con máscaras y quienes la organizaron censuraron las fotos que permitían identificarlas.
El fallo judicial supone un hito en una sociedad conservadora y con el mayor porcentaje de cristianos de Asia. La polarización alcanza al Gobierno: el Ministerio de Familia e Igualdad de Géneros había pedido la legalización del aborto mientras el de Justicia aludía al deber del Estado de proteger el derecho a la vida del feto.
En el debate no hubo claridad de Moon Jae-in, el presidente que ha adoptado la paz en la península como reto vital. Es tan católico como entusiasta defensor de los derechos de las mujeres en un país que ocupa el puesto 116 entre 144 países en la clasificación de igualdad de género.
La postura gubernamental hacia la ley varió en función de las urgencias demográficas. La ley fue olímpicamente ignorada en la década de los años 70 y los 80, cuando el país encadenaba baby booms y desde Seúl se aclaraba que “dos hijos son demasiados”. La preferencia por los varones, que perpetúan el apellido, abocaba a muchas parejas a la ilegalidad. La llegada de la tecnología de ultrasonidos estimuló los abortos de niñas. También el estigma social de la madre soltera incrementó las cifras. Hasta no hace tanto tiempo eran forzadas a abandonar los estudios, repudiadas por sus familias y enviadas a remotas instituciones.
La entrada en vigor del fallo jubilará esa hipocresía legal que criminaliza una conducta generalizada y socialmente aceptada. El aborto ha sido adoptado por los movimientos feministas que luchan contra el milenario andamiaje patriarcal del país. “Existe una creciente conciencia sobre el daño y los peligros para la vida y la salud de la mujer que causa la prohibición del aborto y este cambio refleja la mayor aceptación de los derechos de la mujer en Corea del Sur”, juzga Hasunuma.
Sem/agencias/SL