“Si tienes un hondo penar/ piensa en mí/ si tienes ganas de llorar/ piensa en mí…” Agustín Lara
Moisés Sánchez Limón
SemMéxico, Cd. de México, 3 de diciembre, 2024.-¡Ah!, Ángel Isaac se apellida Ochoa Pérez, como consta en carpetas de investigación. Es acusado de maltrato familiar, un eufemismo legal porque es golpeador, acosa e intimida a su exesposa.
Ya le rompió unas costillas y se da el lujo de pedirle algo así como liquidación por servicios prestados. ¡Hágame usted el cabrón favor!
Ella, funcionaria de la Alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México logró divorciarse de este personaje que presume de macho fogueado en la Federación de Estudiantes Politécnicos y se lo demostró madreándola, sí, señoras y señores, así, con todas sus letras, sin eufemismos: ¡madreándola!
¿Y qué con la autoridad? ¿Qué con la Fiscalía de Investigación del Delito de Violencia Familiar ubicada en la Alcaldía Azcapotzalco? Este muchachón anda libre y utiliza a terceros para intimidar a su exesposa.
Cobarde actitud, de pandillero de barriada, ha ordenado le ponchen las llantas al automóvil de ella, cuyo nombre me reservo porque este actor de pleito de cantina la tiene amenazada y le envía recados intimidatorios.
Vaya, vaya con este político venido a menos que le declaró la guerra cuando ella decidió poner fin a una relación que arrancó mal.
¡Recórcholis, Chavela Vargas!
Sí, como letra de canción de rompe y rasga, o novela de Lágrimas y risas. ¡Ajúa!
Él, Ángel Isaac Ochoa Pérez, la cortejó, la asedió y con engaños le convidó –¡ajajá! — un supuesto viaje de trabajo; usted sabrá lo que finalmente ocurrió. Ella cedió y aceptó la relación. Mala relación, porque de arranque él simuló una boda en el estado de Veracruz con todo y Epístola de Melchor Ocampo.
El muchachón resultó casado. Luego se divorció y juró entregarse en cuerpo y alma a ella. Le regaló el cielo y las estrellas.
¡Mentís!
Al principio, ella, joven y atractiva frente a él nada agraciado, le dio el famosísimo beneficio de la duda. Y todo fue miel sobre hojuelas, aunque el carácter de Ángel Isaac era el del clásico jefe de medio pelo con gritos y maltrato hacia sus colaboradores, amén de los arranques de celos. ¡Pos cómo no!
Y ni quién enfrentara a ese animalazo de alto tonelaje que se desempeñaba como delegado de la Secretaría de Gobernación en el sexenio del culto Enrique Peña Nieto, en por lo menos tres estados de la república.
En Veracruz lo soñaban sus subalternos. Era una pesadilla y le valía un pito lo que de él dijeran: presumía amistad con el demócrata Miguel Ángel Osorio Chong y otros personajes del folclor político tricolor.
Fue delegado de la Secretaría de Gobernación en la Ciudad de México, acusado de prometer posiciones políticas lo exiliaron a Tlaxcala, donde el entonces gobernador Mariano González Zarur no lo quería.
Por eso lo enviaron a Veracruz. Ahí lo acusaron de malos manejos; pero, como estaba bien relacionado, lo designaron delegado de la Segob en el estado de Aguascalientes.
Tal parece que en ese ir y venir se le agrió el carácter y se olvidó del amor eterno jurado a su esposa, quien pertenece a una familia con dineros, situación que él aprovechó para casarse por bienes mancomunados, aunque vale queso frente a la comprobada violencia familiar de que se le acusa.
Lo dicho, la madreaba. Cuenta en su contra con cuatro carpetas de investigación en las que consta que, en una ocasión le rompió varias costillas a quien fuera su esposa. ¡Vaya golpizas!
Por si usted lo duda, ahí le van tres números de carpetas de investigación abiertas contra Ángel Isaac. Cheque los años; la más reciente es del pasado mes de octubre. A saber:
CI-FIDVF/CJM-AZ/UI-2 S/D/00628/09-2022; CI-FIDVF/CJM-AZ/ UI-3 S/D 00689/08-2023; y la CI-FIDVF/ CJM-AZ/ UI-3 S/D 00896/ 10-2024.
¿Qué le parece?
Ángel Isaac nació el 25 de abril de 1968 y no puede presumir como inopinadamente lo hace la Princesa Caramelo de ser “heredero del 68”, pero sí es un reconocido porro del Instituto Politécnico Nacional, fue priista y hoy se presume morenista.
Me cuentan que fue cercano colaborador de Alejandro Moreno, dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, pero algo severo ocurrió: Alito marcó su distancia y Angelito se fue o lo fueron del tricolor.
El punto, chairos y fifís, patriotas y conservadores, neoliberales y cuatroteros, morenos y azules, naranjas y tricolores, es que la exesposa, funcionaria en la Alcaldía Cuauhtémoc, esta aterrada porque Angelito la acosa y amenaza y jura que hará todo para que la despida la alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega.
¿Quién podrá resolver este caso que se ventila, por lo visto, a paso de me vale madre, en la Fiscalía de Investigación del Delito de Violencia Familia, Agencia Investigadora del MP: CJM-AZ? ¿Qué te parece, Drakko? Digo.
COMO ME LO PLATICARON. Es un hecho que ya agarró chamba la doctora en derecho Josefina Román Vergara.
Como usted sabe, la doctora tramita sus últimas quincenas en el cargo de comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, organismo autónomo al que el Congreso de la Unión le declaró su extinción.
No le demos más vueltas, la designación de la nueva o el nuevo presidente del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM) está a un paso y la doctora Josefina Román Vergara está en la antesala de ser designada para el cargo.
Usted dirá que se trata de un cargo político y acaso por las buenas relaciones de la doctora, pero fíjese que, el OSFEM requiere de un perfil como el de ella.
Es doctora en derecho; se ha desempeñado como Administradora de Normatividad de Auditoría Fiscal del SAT, secretaria técnica de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Anticorrupción del Estado de México y Municipios, presidenta del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de México y en diversas áreas de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado de México.
Y, por si fuera poco, conoce a profundidad al OSFEM, ya que fue jefa de la Unidad de Asuntos Jurídicos de este órgano autónomo.
Así que, previo a la cena navideña, la doctora ya agarró chamba. Sin duda, extrañará al INAI, donde hizo, junto con sus colegas, un trabajo sobresaliente contra la opacidad, ¿A poco no? Conste.
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