Gloria Analco
SemMéxico, Cd. de México, 17 de agosto, 2024.- La ONU convirtió en un pronunciamiento político el acceso a las elecciones presidenciales que le otorgó el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, al cual hizo añicos sin el menor pudor, en un informe completamente parcial, plagado de mentiras, sesgos y ocultamiento sobre hechos de importancia fundamental.
La forma en que está redactado el informe revela que la ONU se ha sumado al intento de golpismo que actualmente está en desarrollo en contra de Nicolás Maduro, con la injerencia de multitud de países, organizaciones, medios de comunicación y de la mano de poderes fácticos.
Maneja el informe en un nivel tan desmesurado, con lo cual se delata ella misma y exhibe sus verdaderas intenciones: poner en entredicho el triunfo electoral de Maduro. Se le ha olvidado que ya es vista como un “florero”.
Con un simple panel -de 4 integrantes-, la ONU le tendió una trampa al gobierno de Venezuela, y aprovechó ese acceso para acusar al gobierno de Nicolás Maduro de abusos contra derechos humanos, arrestos arbitrarios y detenciones indiscriminadas.
Pero por el otro lado ocultó celosamente que el chavismo tuvo que hacer frente a la presencia del paramilitarismo usado por la oposición para generar violencia, lo cual fue vivido con gran magnitud la misma noche de las elecciones, cuando atacaron hospitales, hoteles, restaurantes y otros lugares públicos, y asesinaron a personas en unos disturbios que sólo cesaron con la intervención de la fuerza pública y las detenciones, al estilo que se ha hecho en Washington, Londres y París.
Ni una sola palabra de esos hechos indiscutibles fueron mencionados en el informe ‘preliminar’ como fue denominado por la ONU.
Tampoco dijo una palabra sobre los ataques mediáticos en las redes sociales, y el uso del WhatsApp para hacer llamados a la insurrección, y trató de minimizar el hackeo al centro de cómputo electoral, en un intento de ponerlo en duda.
El objetivo del acceso concedido por el CNE a un panel de la ONU era dar seguimiento al proceso electoral en todas sus fases, reportar internamente al secretario general, Antonio Guterres, y hacer recomendaciones para futuras mejoras.
Ese fue el ardid de la ONU para penetrar el proceso electoral venezolano, y luego ponerlo en cuestionamiento de una manera muy dudosa.
El acuerdo signado por ambas partes era la confidencialidad de su trabajo, y eso fue lo primero que la ONU ha violado con el informe que ha hecho público.
Además de que los integrantes del panel adoptaron el papel de observadores electorales que no tenían autorizado, y lo cual se ve reflejado en su informe, al realizar juicios de valor sobre todo el proceso electoral, pero con omisiones y ocultamientos deliberados, fácilmente refutables.
Quedó muy claro que la intención del informe era dejar sentado que el gobierno de Nicolás Maduro había violado los derechos humanos y socavado la democracia de Venezuela.
Este papel inusitado que está jugando la ONU, convierte al organismo internacional en un instrumento de la derecha internacional, para desestabilizar gobiernos, que la aleja de los fines para los cuales fue creado.
Se refiere al CNE en términos bastante preocupantes para la reputación de la propia ONU.
Llegó al grado de afirmar que la actuación del CNE en los recientes comicios “no tiene precedentes en las elecciones democráticas contemporáneas”, erigiéndose como la autoridad más calificada en temas electorales, lo cual no es así, pero muestra el dramatismo deliberado con que quiere presentar el caso venezolano.