- En Oaxaca, Michoacán, CDMX, Tamaulipas y Morelos, donde más creció
- En los cuatro primeros años de AMLO la cobertura en salud cayó 28.9 %
Juan Carlos Rodríguez
SemMéxico/ El Sol de México, Cd. de México, 9 de diciembre, 2028.- En 2018, una familia oaxaqueña gastaba, en promedio, mil 103 pesos trimestrales en cuidados de la salud. Para 2022, los desembolsos aumentaron a dos mil 16 pesos, lo que representa un aumento de 82.7 por ciento en los primeros cuatro años del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En Michoacán, una familia gastaba en 2018 un promedio de mil 684 pesos trimestrales en medicamentos, consultas médicas y servicios hospitalarios. Cuatro años después, el monto ya había subido a dos mil 972 pesos, un incremento de 76.4 por ciento.
“El Estado falla en garantizar el acceso a derechos básicos como salud, y delega en los bolsillos de los hogares el acceso a servicios”, señala el más reciente Índice de Progreso Social (IPS), elaborado por la organización México Cómo Vamos.
El estudio, realizado con datos del Inegi y del Coneval, señala que las familias de cinco estados tuvieron una mayor alza en el porcentaje de sus ingresos que dedican a atención a la salud y medicamentos. Además de Oaxaca y Michoacán, estas entidades son Ciudad de México, Tamaulipas y Morelos.
En 2022, refiere el IPS, se observó un incremento notable en el porcentaje de la población con carencia a servicios de salud. “Este aumento está relacionado con una caída significativa en la población afiliada a instituciones públicas”.
El documento alerta sobre “un deterioro muy importante en el acceso a servicios públicos de salud y un estancamiento en el rezago educativo; el acceso a estos derechos fundamentales —sobre todo a la salud— cada vez está más condicionado al nivel de ingreso de los hogares”.
En 2018, las instituciones que proveían estos servicios públicos de salud eran el Seguro Popular y el IMSS-Prospera, con una cobertura del 42.4 por ciento de la población. Para 2022, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las instituciones que brindaban estos servicios eran el desaparecido Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), luego convertido en IMSS-Bienestar, que alcanzaron una cobertura de 13.5 por ciento de la población, es decir, en los cuatro primeros años de AMLO la cobertura en salud cayó 28.9 puntos porcentuales. Este desbalance ha provocado que en la mayoría de las entidades del país se observe un incremento en el gasto en salud.
Prefieren consultorios privados
Los consultorios privados hicieron su agosto durante los primeros años del gobierno del presidente López Obrador, debido al desplome de las consultas brindadas por instituciones públicas.
El Índice de Progreso Social reveló que en 2018, último año del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, 49.8 por ciento de la población se atendía en instituciones públicas como el IMSS, el ISSSTE o en clínicas y hospitales de la Secretaría de Salud y 47.8 por ciento se atendían en clínicas y hospitales privados, incluidos los consultorios adyacentes a farmacias.
Cuatro años después, la situación se invirtió. En 2022, después de los peores momentos de la pandemia por Covid-19, 60.8 por ciento de los mexicanos se atendió en servicios privados y sólo 36.8 por ciento lo hizo en el sector público.
“A medida que aumentó la atención en instituciones privadas, se incrementó el gasto de bolsillo en salud de los hogares en 2020 y 2022. Este deterioro en el acceso a servicios de salud, en específico públicos, tiene implicaciones importantes en el mediano plazo en términos de progreso y movilidad social, sobre todo en los estados con mayor rezago”, subraya el análisis de México Cómo Vamos.
En este reacomodo de instancias públicas y privadas que brindan servicios de salud, los más beneficiados fueron los consultorios de farmacias, mientras que el Seguro Social perdió capacidad para brindar atención.
Según el documento, en 2018 los mayores prestadores de servicios médicos eran las clínicas y hospitales privados (que atendían a 28.7 por ciento de la población), seguido del IMSS (20.3 por ciento), los consultorios de farmacias (19.1 por ciento) y los centros de salud del gobierno federal (16.7 por ciento). Para 2022, el orden ya se había invertido. En primer lugar, seguían los hospitales privados (35.2 por ciento de la población), en segundo lugar los consultorios de farmacias (25.5 por ciento), en tercero el IMSS (17.7 por ciento) y en cuarto las clínicas de la Secretaría de Salud (9.6 por ciento).
Ante esta nueva realidad, los investigadores de México Cómo Vamos apuntan que “la pandemia de Covid-19 debió ser un llamado urgente a la necesidad de incrementar nuestra inversión en salud para la construcción de un sistema capaz de atender las necesidades presentes, así como desde una perspectiva de prevención ante futuros riesgos”.
En términos presupuestarios, los montos asignados a salud están por debajo del seis por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), que es el gasto recomendado por la Organización Panamericana de la Salud.
SEM-El Sol de México/jcr