Hallazgos| Escribir la vida

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Rocío Fiallega

SemMéxico, Ciudad de México, 17 de enero, 2021.- Me encontré la décima reimpresión de Antonieta (1900-1931), magnífico libro de Fabienne Bradu, editado por el Fondo de Cultura Económica. No sin escepticismo me entregué a una lectura voraz. Fascinada por el oficio, prudencia y honradez de la autora, me atrevo a trazar estas líneas que hablan sobre la frontera entre Biografía y Autobiografía.

Gabriela de Beer plantea la diferencia entre estos dos artilugios: la primera, captura en palabras la vida del Otro, mientras que la segunda está escrita por quien relata su propia vida (ya sea a través de un texto autobiográfico, Diario o Memorias), pero además de eso llama nuestra atención sobre la confrontación entre la construcción narrativa de la biografía y el texto autobiográfico sobre un mismo periodo.

Es decir, quien escribe su autobiografía podrá ver que cada evento adquiere un peso diferente bajo una mirada retrospectiva según el momento de vida en que lo realiza (quisiera imaginarme a alguien que cada diez años escribiera su autobiografía, ya que observaría cómo luego de tres décadas un hecho ha perdido la importancia de ser contado), mientras que quien escribe la biografía de algún personaje, tras la investigación biblio-hemerográfica y de campo, deberá delinear la silueta de su personaje para luego dotarlo de vida.

Considero que la creación de una biografía exige una investigación minuciosa y rigurosa pero también lúdica y creativa (quién de nosotros al contar una anécdota sobre un pasaje de la vida de Otro ha incluido un detalle de la vida propia o incluso de su particular visión del mundo), pero debe existir una frontera en la que no pretendamos escribir lo que de nosotras identificamos en nuestro personaje, desde nuestros impacientes deseos hasta nuestros monstruos acechantes.

Es por lo que reconozco el trabajo de Fabienne Bradu, quien de manera responsable nos han otorgado una narrativa sustentada en la investigación. A este punto quiero llevar la reflexión: no podemos pretender crear una biografía de algún personaje dándole pie a nuestra subjetividad e imaginación, dándole paso a nuestros supuestos a falta de información. Narrar la vida de la o el Otro requiere de responsabilidad y honestidad, de un trabajo arduo, de identificación y amor.

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A partir de este domingo 2 de marzo ofrecemos: una retrospectiva, a 50 años de la primera conferencia mundial de la mujer que se celebró en México, de los 30 años de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, Beijing 1995 y todo lo que sucede y está sucediendo alrededor del 8M.


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