Por Rocío Fiallega
Desde la prisión de mi cuerpo
inútil pasión apaciguar mis demonios;
cansada me ves
porque no sabes mi dentro.
Ciertas cosas del mundo
se decantan en mi retina,
ciega de mí me dejan.
Cierro lo ojos y observo
el amor, la maldad, el deseo.
No escribo porque me quema
me enfrenta, hiere, me cansa.
Ojo de poeta
dame el saber con tu mirada
ábrete a mis cautivas palabras.
Intento caminar, mas voy a gatas
todo me conmueve
los carteles y la brisa
la agonía y el nacimiento
la mirada y la caricia.
Observo tus pétalos
milagro para mis ojos:
desde lo grotesco a la belleza
todo cobra sentido
cuando escribo.