- ¿Existe el activismo antipatriarcal en la UNAM?, ¿cuáles son las resistencias que enfrenta la masculinidad no deconstruida?, ¿hay futuro en el tema de las nuevas masculinidades?
- Los hombres que hacen activismo antipatriarcal dentro de la universidad sí existen, aunque se enfrentan a varios retos que pueden dificultar su camino en el redescubrimiento de su ser.
Rubí Antonia Martínez
SemMéxico, Ciudad de México, 27 de septiembre del 2022.- En los últimos años, el movimiento feminista dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha ido ganando espacios, dejando entrever los malestares que miles de universitarias experimentan día a día. A la par de esta lucha constante, se ha logrado impulsar la deconstrucción de las masculinidades, dando paso así al activismo antipatriarcal de los hombres.
A 30 años de la creación del PUEG-CIEG, el conversatorio Masculinidades y la UNAM: ¿Qué sabemos? ¿Qué estamos haciendo?, coordinado por el Dr. Alí Siles y por este centro académico, muestra que el cambio en las masculinidades dentro de la Universidad es algo que está sucediendo, un hecho que tiene lugar y que ha mostrado más avances de lo que normalmente se puede observar a primera vista, aunque también tiene sus dificultades.
Con la participación del Dr. Mauricio Zabalgoitia, profesor de género de la UNAM, y del Dr. Benno de Keijzer, profesor e investigador de la Universidad Veracruzana (UV), se retomaron los retos y preocupaciones principales que el activismo antipatriarcal deja en los estudiantes una vez que estos se cuestionan sus privilegios, ya sea de manera obligatoria o porque existe cierta incomodidad hacia las prácticas sexistas, lo cual se ha dado con más frecuencia gracias al activismo feminista dentro de la Universidad.
Repensar la masculinidad es una tarea difícil para los jóvenes, asegura Zabalgoitia. Lo tiene claro porque el camino de la docencia de género en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) le ha confirmado que la masculinidad persiste como un constructo simbólico y emocional, que más allá de solo moldear cuerpos, moldea visiones del mundo.
Mucho se ha pensado acerca del movimiento de mujeres dentro de la Universidad, pero pocas veces los hombres reflexionan sobre los propios malestares que les ocasiona incurrir en prácticas patriarcales que atentan contra sí y contra las mujeres. Por eso, cuando se ven enfrentados a su cotidianidad, una serie de emociones nunca antes experimentadas se desencadena; mucho más cuando se trata de pelear en contra de estas prácticas y nombrar los privilegios.
Zabalgoitia menciona que la masculinidad no deconstruida resiste bajo tres límites sexistas esenciales:
1. El miedo/rechazo a lo femenino, acelerado por el reciente y vivo activismo feminista.
2. El terror a lo diferente, a lo que sale de la heteronorma, como la homosexualidad.
3. La búsqueda y mantenimiento de asociaciones jerarquizadas entre pares masculinos, tanto relaciones formales como informales.
Si bien trabajar en el cambio de estas discursividades internas es una tarea complicada para los jóvenes, la misma revisión de estudios e investigaciones respecto a las masculinidades demuestra que hoy en día se tienen más posibilidades de luchar contra las prácticas antipatriarcales. Y algunos espacios de la UNAM lo empiezan a demostrar.
Dentro de la asignatura Género, violencia y ética comunitaria, Zabalgoitia ha logrado abordar las emociones y reacciones de los jóvenes a partir de la autoevaluación, del nombramiento, y del desmontar las alianzas jerárquicas que pocas veces son cuestionadas por el miedo a “romper el pacto” y dejar de formar parte de “un algo”.
“Se trata de la posibilidad de dimensionar transformaciones subjetivas en el plano más hondo; se trata de un activismo antipatriarcal”, detalló Zabalgoitia.
El que los jóvenes se sumen a este activismo dentro de la Universidad es de suma importancia; al final del día, en los centros educativos se reproduce mucho de lo que pasa hacia el mundo externo y viceversa. Para el Dr. De Keijzer, “el trabajo con los hombres debe permitir avanzar y salir de la tormenta tensa” que atraviesa este espacio educativo y formativo.
Una de las claves para iniciar a cuestionar las prácticas patriarcales es observar el fenómeno desde lo personal, reflexionar desde los propios malestares que el patriarcado ha generado a los jóvenes y a los hombres, teniendo en cuenta los privilegios que gozan sobre las mujeres y “el alto costo” que representa el tenerlos.
Por otra parte, De Keijzer menciona que abandonar los aspectos negativos de la masculinidad se trata de una tarea intransferible. Si bien gran parte del cuestionamiento de las masculinidades ha sido impulsado desde las trincheras de mujeres y el feminismo, la finalidad no es construir a los hombres en feministas, sino mostrar que puede haber un cambio desde lo personal.
Este conversatorio muestra los resultados que han dejado 30 años de investigar las prácticas heteronormativas de las masculinidades, algunas de las cuales han sido cuestionadas y reflexionadas en el Ciclo de Conferencias 30 años de investigación y trabajo sobre/con hombres y masculinidades organizado por el CIEG. Porque la investigación de los hombres también importa.
SEM/MG