- Llama a diferenciar los impactos, entre hombres y mujeres, es fundamental para superar la contingencia, ellas 9 de cada 10 profesionales de la Salud
- 12 instituciones interamericanas llaman a los gobiernos a reconocer al 57 por ciento de mujeres que son 57 por ciento de todas y todos los médicos.
- Llaman a incorporar la igualdad de género en sus acciones y políticas frente a la emergencia
- Lo más importante es aprovechar la experiencia de las mujeres en apoyo de otros y otras.
Por Elda Montiel y Argelia Guevara
SemMéxico. 30 de abril 2020.- Trece organismos interamericanos como CEPAL, la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA, ONU Mujeres, CLADEM, BID y otras llamaron a los gobiernos a poner en el centro a las mujeres en las respuestas que hagan frente al COVID-19, considerando como algo fundamental la incorporación de la igualdad de género en las políticas de emergencia.
Estos organismos señalan que las mujeres están liderando la respuesta a la pandemia del COVID-19 en primera línea: son la mayoría entre las y los profesionales médicos, en los servicios geriátricos, como limpiadoras de los establecimientos públicos y privados, en el hogar a través del cuidado de niños/as, personas mayores y enfermas, y también están liderando contribuciones críticas a la respuesta territorial a partir de iniciativas privadas y sociales.
Y señala que en América Latina y el Caribe 9 de cada 10 de profesionales de enfermería son mujeres y representan al 57% de las y los médicos (IADB, 2019). Sin embargo:
- Las mujeres solo ocupan entre el 8% y el 25% de las direcciones ejecutivas en las instituciones hospitalarias (Boston Consulting Group, 2019 – PNUD, 2018),
- y solo el 22,9% de los Ministerios de Salud de las Américas está dirigido por una mujer.
Estas organizaciones integrantes “Task Force Interamericano sobre Liderazgo de las Mujeres”, dirigieron su mensaje a los gobiernos, al sector salud, a los parlamentos de las américas y otros organismos vinculados al sector económico.
Detallan que es esencial que las voces de las mujeres estén presentes y se escuchen en las mesas de toma de decisiones para responder de manera efectiva a la pandemia mundial causada por el COVID-19.
Esta crisis puede ser también un momento de transformación, tomándolo como una oportunidad para desafiar las dinámicas políticas, económicas y sociales tradicionales, reconociendo la experiencia de las mujeres en la protección de la salud de las familias y las comunidades, y sumando sus perspectivas y contribuciones en una coyuntura sin precedentes que convoca a un liderazgo incluyente y paritario en todos los niveles de decisión.
Existe un reconocimiento global de la importancia de incorporar la igualdad de género en las respuestas a emergencias y desastres.
Hacen notar la escasa integración de la perspectiva de género y el liderazgo de las mujeres en la respuesta a las consecuencias sociales y económicas de la pandemia del COVID-19, y eso, dicen, es motivo de preocupación, por lo que este 30 de abril llaman a los Estados y tomadores de decisión a considerar la incorporación igualitaria de mujeres a todos los niveles de la toma de decisiones para la respuesta frente a esta crisis.
Consideran que sólo con la participación igualitaria se puede asegurar que se tome en cuenta, centralmente, cómo funcionan los impactos diferenciados de la pandemia en la vida y bienestar de mujeres y hombres.
Y hacen notar que la subrepresentación de mujeres en posiciones de liderazgo en el espacio público influye y aclara en la manera de tratar las necesidades específicas de las mujeres.
Las decisiones que no
consideran o minimizan los impactos diferenciados de género no solo
afectan la calidad de vida y salud de las mujeres, sino afectan también la de
sus dependientes a cargo, sean niñas y niños, adultas y adultos mayores o
personas enfermas o con discapacidad.
La evidencia en múltiples ámbitos
sugiere que la paridad en la toma de decisiones ha resultado en una mayor
pluralidad en la aproximación a los problemas y mejores propuestas de
solución.
La participación de las mujeres, sus liderazgos y la amplitud de sus perspectivas evidencian que no hay políticas neutrales al género y que la mirada y las necesidades e intereses específicos de la mitad de la población deben tener voz propia, lo cual es aún más importante para el buen manejo de esta crisis.
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