- Ocho niñas y niños resultaron quemados en una actividad, la escuela no tenía extintores
- Reconoce autoridad que la escuela no tenía clave, investiga otras 56 colegios particulares
Citlalli López Velázquez
SemMéxico, Ciudad de México, 9 de mayo, 2025.- Desde 2015, el Instituto Francoise Dolto, plantel de educación particular, operaba en la irregularidad. En esos diez años, al menos en dos ocasiones le fue cancelada la clave; sin embargo, continuó brindando servicio hasta que, el pasado 29 de abril, ocho niñas y niños resultaron con quemaduras de segundo y tercer grado por el manejo negligente de una fogata en el interior del plantel.
Irresponsabilidad y omisiones fueron la combinación que ahora mantiene hospitalizadas de gravedad a Kinich y Kazumi, ambas de cuatro años, la primera en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña y la segunda en el Shriners Hospital for Children, ubicado en Galveston, Texas, traslado gestionado por la familia de la menor.
Retiro de reconocimiento y clausura
En medio de la investigación de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) por seis denuncias interpuestas —de las que se cuenta con 50 pruebas periciales—, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) retiró el reconocimiento oficial a la institución y la clave escolar.
Actualmente, el inmueble ubicado en la calle de Berriozábal 118, en el Centro Histórico de Oaxaca, se encuentra asegurado por la Fiscalía de Oaxaca y con sellos colocados por el IEEPO con la leyenda: “Suspensión de actividades. Por incumplimiento para autorización y refrendo de validez de estudios, así como el cambio de domicilio”.
Casos como el del Instituto Francoise Dolto, dirigido por Ariela Sánchez Moreno y su pareja Daniel Islas Saldaña, no son los únicos en Oaxaca. Hay 56 escuelas privadas en revisión por distintas irregularidades, señaló el titular del IEEPO, Emilio Montero, durante una rueda de prensa ofrecida un día después de que madres de familia visibilizaran la tragedia ante los medios de comunicación para ejercer presión y evitar que el caso quede en la impunidad.
Irregularidades persistentes
En el historial de la escuela —señaló el funcionario— la primera cancelación de la clave fue en 2015, debido a que brindaba actividades académicas en un domicilio no autorizado.
Montero Pérez indicó que en 2018, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) —entonces encabezada por Arturo Peimbert Calvo— emitió una recomendación para que el IEEPO le devolviera la clave al colegio, con lo cual se revirtió la revocación. Los directivos se quejaban de un supuesto acoso y persecución por parte de la autoridad educativa.
En 2023, el IEEPO emitió un exhorto para que se regularizaran las escuelas irregulares. En 2024, personal del Francoise Dolto se acercó a pedir la certificación de su alumnado, ya que no tenían sistema, pues operaban sin autorización para realizar actividades académicas.
Ese mismo año se ordenó la suspensión de la clave, así como la clausura del colegio por no cubrir los requisitos de funcionamiento escolar. Sin embargo, el colegio siguió operando en forma “clandestina”, en un domicilio no autorizado, pero sí a la vista de todos.
Actualmente, de acuerdo con información dada a conocer por el fiscal de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla, hay seis denuncias por el delito de lesiones, sustentadas con más de 50 pruebas periciales.
La tragedia
En rueda de prensa realizada el pasado lunes, las madres de familia coincidieron en señalar a Daniel Islas —“El Maestro Tatuado”, identificado así por las y los niños del colegio— como la persona que arrojó alcohol a la fogata que ocasionó las graves afectaciones.
La primera versión que recibieron las madres de familia, por parte de Ariela Sánchez Moreno, fue que una ráfaga de viento había sido la causa. La finalidad habría sido encubrir la negligencia de Islas. Sin embargo, los testimonios de niñas y niños desmintieron esa versión.
Karen, madre de Kinich, explicó que hasta el 8 de mayo su hija continuaba hospitalizada. Ya había pasado por dos cirugías y debía someterse a al menos dos más. Por la gravedad de las lesiones, el periodo de hospitalización será prolongado.
“La directora, Ariela Sánchez Moreno, no ha dado la cara. La encontré en el Hospital Civil el día que Kinich fue ingresada y solo me dijo: ‘perdón’. Nosotros confiamos en ellos. Mis niñas tienen tres años en esa institución. Nunca había pasado algo así, por eso confiamos. Ahora nos enteramos que sus extintores no estaban cargados”.
El 29 de abril, Karen llevó a sus dos hijas al campamento. Kinich, la más pequeña, y Kelly, quien resultó con quemaduras en las piernas que no requieren hospitalización, pero sí atención médica. Kelly enfrenta secuelas psicológicas por sentirse culpable de no haber podido evitar que su hermana resultara herida.
Karen también señaló que hubo omisiones graves: los directivos informaron de lo ocurrido una hora y media después del incidente.
Victoria González, madre de Kazumi, relató que dejó a su hija en el colegio a las 19:00 horas. “Ella se fue muy contenta”. A la medianoche recibió una llamada en la que le informaron que había ocurrido un incidente y que su hija estaba en el Hospital Civil. “Kazumi se quemó”, fue todo lo que le dijeron.
Al llegar al hospital, le notificaron que la menor había sido trasladada al ISSSTE. “La imagen que tenemos en mente nos parte el alma. Mi hija ya estaba medicada y canalizada. La vimos con quemaduras en todo su rostro, parte del cabello y los oídos. Ella estaba consciente, pero ya no nos podía decir qué le había pasado”.
Iraís Itzel, madre de Alexandro y María José, ambos en nivel secundaria, compartió lo que su hija vivió. Relató que la fogata no encendía, por lo que el maestro le arrojó alcohol. La llama alcanzó el bote y este explotó, rociando a las y los niños.
“En ese momento se hizo el caos, los niños empezaron a correr, unos se cayeron, otros se levantaban y se ayudaban entre ellos. Los metieron a su salón. Me dijo que quería hablarme, pero les suspendieron el teléfono, les dijeron que no hicieran llamadas. Me imagino que trataban de apaciguar la situación. Yo vi a mis amigos arder —le dijo—. Kazumi se desmayó del dolor”.
A pesar de la gravedad de los hechos, a través de una circular, directivos del plantel informaron que las clases se reanudarían con normalidad el 6 de mayo. La institución minimizó lo ocurrido al calificarlo como un accidente y que en la mayoría de los casos los niños estaban fuera de peligro.
Aseguraron que se encontraban en contacto con las familias afectadas y que la póliza de seguro se haría cargo de todos los gastos médicos y de recuperación.
Hasta el momento Ariela Sánchez Moreno y su pareja Daniel Islas Saldaña se encuentran ilocalizables.
SEM/cl/sj
