La ex corresponsal en México para The Guardian, comprometida periodista en su país adoptivo
Elizabeth Mistry
SemMéxico, 3 de agosto, 2020.- Cuando, la periodista británica Jo Tuckman jugaba con su hermana Philippa mientras ambos crecían en Inglaterra, fue evidente que desde niña, “Jo tenia opiniones ya muy fuertes y una actitud muy enfocada”.
Tuckman, quien fungió como corresponsal en México para el diario Londinense The Guardian antes de colaborar con Vice Mexico, falleció en la Cuidad de México, el 9 de julio después una breve lucha contra un cáncer muy agresiva.
A pesar de un diagnostico que le recordaba la lucha de su mamá -una activista ambiental- décadas antes, Jo no dejó de pensar en su familia y sus amigas de muchos años. Después de vivir tanto tiempo en México, su país adoptivo, Jo contaba con un sinfín de gente, entre ellas, la investigadora de CIESAS, Rachel Sieder, Marion Lloyd, Ediurne X y su compañero de trabajo, Mark Stevenson.
Ellas y ellos formaron -con la ayuda de muchas otras- la red de apoyo durante sus últimos meses, cuando Tuckman continuaba su labor periodística incluso llevando a cabo una entrevista con Evo Morales, durante su exilio en México.
Pero fue la serie de notas extraordinarias refiriendo a supuestos convenios entre el PRI y Televisa para promover un candidato para a la presidencia mexicana que mostró su diligencia y compromiso con la verdad. No obstante que los abogados negaron las alegaciones en The Guardian, la cual sacó, después una fuerte presión de la emisora una retracción, el episodio fue uno de los retos más grandes de su vida, tuvo mucho impacto.
Jo llegó en México en el año 2000 después de un rato trabajando con la agencia AP en Madrid. Pero su interés fue enfocado en América Latina -años antes formaba parte de un grupo de voluntarios preocupados con las violaciones de derechos humanos en América Central, sobre todo los derechos de las mujeres.
Cuando tenía que escoger un proyecto para su maestría en El Centro de Estudios Latinoamericanos (ILAS, por sus siglas en inglés) en Londres, escribía sobre la situación de las mujeres mineras de la industria de estaño en Bolivia. Su supervisor, el distinguido Profesor James Dunkerley recordó que era un documento que le llamó la atención por la calidad de la investigación tanto como el análisis.
Llegando en las vísperas de la elección histórica, Jo no se limitó como muchos reporteros en la política. Habló con todos y todas y, además, se dio cuenta, que el futuro del periodismo en el extranjero, sobre México, no será en las manos de las y los reporteros extranjeros sino en la nueva generación de comunicadores y comunicadoras jóvenes del propio país.
Al formar parte del equipo de VICE News, Jo actuó como mentora de muchos y muchas, quienes, al saber de su muerte, expresaron su pesar por los medios sociales como Twitter y Facebook. Es más, la Ciudad de México hizo un reconocimiento a su labor con unas esquelas en twitter.
Sus colegas tanto como sus interlocutores, la admiraron por sus observaciones y por el hecho de que ella creyó que es posible ser crítica. El libro de Tuckman, Mexico: Democracy Interrupted fue publicado en español e inglés. En ello Tuckman no se mordió la lengua con su análisis sobre las secuelas del voto en 2000 o su impacto sobre la lucha contra la corrupción y la inseguridad en el país. Hace un par de años, ella fue invitada para hablar sobre México como panelista durante un evento en The London School of Economics. Aquella tarde Jo habló con fluidez y pasión.
Han surgido muchas anécdotas sobre su generosidad. Andalusia Knoll, la autora del primer a novela gráfica acerca del caso de Ayotzinapa, Vivos se los Llevaron: Buscando a los 43 de Ayotzinapa, que se publicará próximamente, recordó cuando Tuckman ofreció llevar una copia a unos conocidos, cuando la periodista fue a visitar a su padre quien radica en Nueva York.
Además de ser una de las pocas corresponsales extranjereas (foreign correspondents) o sea especialistas con suficiente tiempo en el país para comprender la vida compleja y los retos que enfrentan las y los mexicanos,
era más que todo, la mamá orgullosa de una hija, Natasha y de su hijo, Oli, fruto de su relación con el economista mexicano Eduardo Prud’homme.
Periodista, Politóloga, Observadora, Madre, Hermana, Compañera y Amiga, Jo era también feminista, aunque, dice su hermana, no utilizó mucho la palabra.
En marzo de este año, Tuckman expresó su fuerte deseo de acudir con miles de otras mujeres a la marcha por el Día Internacional de las Mujeres. Fue evidente para sus amigas más cercanas que no se encontraba fuerte, parecía imposible ir contra su determinación. “Nos costó mucho insistir que ese año no podía marchar”, dijo Rachel Sieder. Por suerte, su hija Natasha si pudo salir para gritar: “Ni Una Menos”.
La pasión por su oficio sólo fue superado por su amor a su hija e hijo y en la compañía de su gente más querida solía para caminar en los alrededores de la Cuidad de México, en el Ajusco, y cuando regresó a Londres, por Hampstead Heath. Aunque su corazón se quedará en la próxima generación, se prevé que sus cenizas se llevarán a estos lugares tan importante a ella.
Johanna Tuckman, periodista y autora, 1967-2020