- Representantes de la política, de la sociedad civil y la ONU debaten sobre justicia económica y cambio de modelo hacia una sociedad igualitaria, justa y sostenible.
Por Gloria López
SemMéxico/AmecoPress. Madrid, 09 jun. 20.- El Covid-19 ha puesto en evidencia la profunda crisis de cuidados que estamos viviendo a nivel global, agudizando las desigualdades estructurales de género ya existentes. Pero también, por primera vez, prioridades centrales en la agenda feminista han tomado relevancia en el debate público. Es una oportunidad para que las mujeres y las políticas de igualdad no estén ausentes en la reconstrucción y de este modo se promuevan respuestas que garanticen justicia económica.
El pasado 4 de junio AmecoPress asistió al webinario ‘La justicia económica y el cambio de modelo hacia una sociedad igualitaria, justa y sostenible’, que se enmarca dentro del ciclo La igualdad de género para la (re) construcción de un mundo sostenible. El objetivo de este encuentro digital era debatir sobre la situación de los derechos económicos de las mujeres, que se ven vulnerados en todos los lugares del planeta, algo que ha quedado radiografiado con la aparición del Covid-19, y hacer propuestas para llevar a cabo la reconstrucción con perspectiva de género y para avanzar en un cambio de modelo que siente las bases de una sociedad igualitaria, justa y sostenible.
La conversación contó con la participación de Irene Montero, ministra de Igualdad de España; Raquel Coello, especialista de políticas de empoderamiento económico de la Oficina Regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres; Iliana Álvares, catedrática e investigadora de UCA El Salvador especializada en economía de los cuidados; y Begoña San José, representante de la plataforma Impacto de Género Ya, quienes estuvieron moderadas por la periodista de Planeta Futuro, Alejandra Agudo.
El debate comenzó con una suerte de diagnóstico. Las mujeres asumen de forma desproporcionada, invisibilizada e infravalorada el trabajo de cuidados que permite el sostenimiento de la vida. Este hecho genera desequilibrios de poder, merma la capacidad de acceso y control de los recursos –por ejemplo, menos del 15 por ciento de la propiedad de la tierra está en manos de las mujeres-, perpetúa brechas y segregaciones en el mundo laboral y, resultado de todo ello, los derechos económicos de las mujeres se ven vulnerados en todas partes.
“Feminismo es también redistribución de la riqueza”, apuntó la Ministra de Igualdad. La pandemia, según Montero, ha puesto encima de la mesa que los trabajos de cuidados, realizados mayoritariamente por mujeres, son esenciales para la sociedad y, por tanto, deben salir de la invisibilidad y ser objeto de políticas públicas.
Invisibilización e infravaloración de los cuidados
Los cuidados son no solo invisibilizados, sino infravalorados. Por un lado, están aquellos cuidados desarrollados mediante profesiones feminizadas, que aun habiéndose develado esenciales durante la pandemia, siguen precarizadas. Por otro, las mujeres se ocupan de cuidar sin retribución económica alguna –“se justifica en el amor”, dijo la ministra-. En concreto, asumen el 76 por ciento del trabajo de cuidado no remunerado que se desarrolla en todo mundo.
Así, cuando hablamos de cuidados, tenemos que hablar de la variable del uso del tiempo, donde encontramos “la primera desigualdad entre hombres y mujeres”, argumentó Iliana Álvarez Escobar, especializada en economía de los cuidados. Cada día se dedican en todo el planeta 16.400 millones de horas a trabajos de cuidados no remunerados, lo que equivale a 2.000 millones de personas trabajando ocho horas al día sin cobrar. Y según la Organización Mundial del Trabajo, las mujeres dedican a tales tareas de media 3,2 veces más tiempo que los hombres (265 minutos al día ellas, frente a 83 minutos diarios ellos). Y lo preocupante es que entre 1997 y 2012, la brecha de género en el tiempo dedicado a la prestación de cuidados no remunerada apenas disminuyó en siete minutos en los 23 países que cuentan con series cronológicas de datos. Tal y como denuncia la OIT en su informe ‘El trabajo de cuidados y los trabajadores’ “a este ritmo, cerrar la brecha de género en la prestación de cuidados no remunerada llevará 210 años”.
Por otro lado, la crisis global provocada por el Covid-19 “nos ha devuelto al hogar, a todos y todas, pero especialmente a las mujeres”, advirtió Begoña San José. La práctica del teletrabajo ha resultado muy desigual y presenta un importante sesgo, no solo de género, sino también socioeconómico: en las profesiones peor remuneradas, que son las más feminizadas, la posibilidad de teletrabajar es apenas existente. A esto se suma que las mujeres son las que más se acogen a la reducción de la jornada y, por tanto, de sueldo. En definitiva, estamos viviendo un enorme riesgo, señalado por la OIT como crisis de los cuidados, que puede devolverlos al ámbito de lo privado.
Mirada global
En el debate se apostó por tejer alianzas feministas a nivel internacional que permitan compartir experiencias y aprendizajes. De hecho, el intercambio del jueves aportó una mirada global a los análisis. Raquel Coello, representante de ONU Mujeres, lamentó que a veces se quiera dar la impresión de que la igualdad se ha alcanzado porque hay más mujeres en el mercado de trabajo, mientras hay regiones como América Latina, donde más de la mitad de las mujeres trabajan en la economía informal. Desde El Salvador, con mirada regional de América Latina, Iliana Álvarez, recordó, entre otros temas, la relevancia de los sistemas de salud pública.
En ese horizonte global, aparece como un hito fundamental el Foro Generación Igualdad, en el que se hará una revisión internacional de los avances y desafíos relativos a la igualdad de género, 25 años después de Conferencia de Beijing y, según explicó Raquel Coello, se establecerán “alianzas de acción” con el objetivo de impulsar acciones colectivas concretas, producir un diálogo intergeneracional y aumentar la inversión en igualdad de género, que suele ser menor al 1 por ciento en los distintos países. Estos compromisos de acción tendrán un plazo de actuación de cinco años.
La crisis como oportunidad
La crisis provocada por el covid-19 es una crisis dura, grave e internacional, que ha puesto en evidencia muchas carencias y una situación estructural de desigualdad en todo el mundo. Pero es también una oportunidad para cambiar e incluir las políticas feministas en la labor de reconstrucción.
Durante la crisis sanitaria “la importancia de las políticas públicas se ha puesto de manifiesto”, argumentó con tino Begoña San José. En el estado español, tres cuartas partes de las profesionales sanitarias son mujeres y esta crisis se ha traducido en una revalorización de la sanidad pública para la inmensa mayoría de la ciudadanía, que ha salido todos los días a aplaudir desde los balcones.
“El modo confinamiento es un retroceso en la igualdad”, insiste la histórica feminista, que aportó una visión de proceso al debate del jueves. “Pero tenemos herramientas en las que apoyarnos”. Una de ellas son “los datos”, para diagnosticar, diseñar y evaluar políticas adecuadas y para crear conciencia. Será importante visibilizar y en su caso corregir el impacto diferenciado en mujeres y hombres de las medidas anti crisis, como el teletrabajo y la reducción de jornada con reducción desueldo. “Es fundamental que las medidas que se tomen no expulsen a las mujeres del mercado de trabajo”, enfatizaron las expertas.
“Es necesario visibilizar a las mujeres como objeto y sujeto de las políticas públicas”, dijo la representante de la plataforma Impacto de género ya. Estas políticas “no son un lujo”, ni una cuestión secundaria, consideraciones que llevan a la precariedad de los servicios y a ser consideradas como algo de lo que se puede prescindir en contextos de crisis -prueba de ello es que en la crisis de 2008, se retiraron a los Ayuntamientos los presupuestos y recursos destinados a la igualdad-.
Desde la Plataforma Impacto de Género Ya se enfatiza en la necesidad de invertir y dotar de recursos en el sistema de cuidados. En este sentido, estima que poner los cuidados en el centro de las políticas públicas implicaría para España la creación de un millón de empleos en 10 años.
San José defendió además el subsidio de desempleo para Empleadas de Hogar y apostó por configurar como «esenciales y suficientes» las redes de atención a la Dependencia y de Servicios Sociales, entre otros, las residencias, cuya situación «se ha demostrado dramática durante la crisis sanitaria».
A la vez que la crisis se presenta como una oportunidad para avanzar en justicia social, la ultraderecha confronta al feminismo y ataca los derechos de las mujeres. Se hace necesario insistir sobre los temas que el feminismo considera prioritarios, con mucha pedagogía. En palabras de Iliana Álvares “poner los reflectores en el movimiento social” y crear una “gran alianza feminista”.
Ciclo de seminarios
Este ciclo de seminarios está organizado por Futuro en Común, el grupo de género de Coordinadora de ONG para el Desarrollo, la Federación de Planificación Familiar Estatal y Oxfam Intermón, con el apoyo del Ministerio de Exteriores, la Comisión Europea y Countdown 2030. Las entidades destacan la relevancia del Foro Generación Igualdad, en el que se hará una revisión internacional de los avances y desafíos relativos a la igualdad de género, 25 años después de Conferencia de Beijing.
Este ciclo de seminarios web quiere mirar, a través de tres diálogos entre representantes gubernamentales, de la sociedad civil y los organismos internacionales, dónde estamos, qué sigue pendiente y qué hay que hacer, sin más aplazamientos, para garantizar la igualdad de género en un mundo en crisis y que necesita con urgencia una reconstrucción basada en un modelo que respete y cuide la dignidad y la vida de todas las personas y del planeta. Los próximos temas que se abordarán serán los derechos sexuales reproductivos y la violencia de género.