Carolina Irene Crowley Rabatté*
RESUMEN: Los programas de la SEP para hacer frente a la contingencia tienen todo tan controlado y estructurado, que ya no queda espacio para el quehacer de las y los maestros de educación básica.
SemMéxico/MUxED. Cd. de México. 12 de mayo de 2020.- Los programas de la SEP para hacer frente a la contingencia tienen todo tan controlado y estructurado, que ya no queda espacio para el quehacer de las y los maestros de educación básica.
Me parece que el COVID-19 impuso una pausa activa. Es decir, un alto total que pide respuestas inmediatas. La de la SEP, fue presentar dos programas: 1) Aprende en Casa y 2) La Nueva Escuela Mexicana en línea: Desaprendiendo para aprender. En el primero, las clases se transmiten por televisión y radio en horarios preestablecidos para cada nivel y grado escolar de educación básica. El segundo programa, resulta de la colaboración de las empresas Google y Red Magisterial con la SEP, para capacitar de manera virtual a las y los docentes en el manejo de las herramientas digitales y la enseñanza en línea.
Soy maestra de universidad y me avisaron que, durante el próximo verano mis clases presenciales cambiarán para ser virtuales. Confieso que nunca he enseñado en línea. Ante mi desconocimiento, pedí ayuda y la recibí. Una muy querida amiga me compartió el enlace para seguir el programa que la SEP apresuró para la formación tecnológica de las y los profesores, y así el pasado 23 de abril, al igual que miles de ellos, prendí la computadora.
En la medida en que avanzó la capacitación, mi atención se desvió hacia los mensajes del chat del webinar de la SEP. Las dudas y preocupaciones de las y los participantes revelaban como radiografía una situación educativa que no se puede soslayar.
Apenas hace poco, en el contexto de la evaluación del desempeño docente, se alzaron voces señalando la poca consideración que las autoridades educativas habían tenido, al pretender que se resolviera aquella utilizando la computadora. Ahora, se presume La Nueva Escuela Mexicana en línea, en la que se pretende que las y los maestros de escuelas públicas de educación básica utilicen la plataforma Google Suite y sus herramientas para transformar la enseñanza presencial, en enseñanza virtual. La idea no me parece tan descabellada, sin embargo, tengo mis dudas de que esto se logre a corto plazo para atender la situación urgente que demanda la contingencia generada por el COVID-19. Comparto mis razones:
Una cosa es la idea y otra hacerla operativa
Nuevamente la logística de nuestras autoridades educativas coloca la carreta enfrente y los caballos atrás. En otras palabras, la capacitación ya está en marcha, pero hay problemas en el envío de claves de acceso a la plataforma. En el transcurso de la capacitación, los expositores pidieron tener paciencia. Explicaron que las claves, se enviarían a las secretarías de educación de los estados para su distribución, de tal manera que, en breve, cada escuela, cada docente y cada alumno recibirían la suya.
En lo personal, participar en la capacitación sin poder acceder a la plataforma que explicaban, fue frustrante. Algo parecido a tomar un curso para aprender a andar en bicicleta sin tener una. Mientras las casi 27 millones de claves de acceso no lleguen a sus destinatarios, La Nueva Escuela Mexicana en línea, quedará sólo como una buena intención.
¿En dónde quedaron los maestros?
La televisión y radio transmiten clases para los alumnos de educación básica; el programa en línea de la SEP ya tiene incorporados las planeaciones, contenidos curriculares, dosificación de tiempos, actividades, tareas, preguntas generadoras, y otras cosas más. Entonces, ¿qué tiene que hacer el docente en este momento, si alguien ya está haciendo casi todo su trabajo? No sé si la respuesta de las autoridades educativas sea: capacitarse para dar clases virtuales durante la contingencia, pero si es así, ¿los alumnos dejaran de tomar lecciones por televisión y radio para tomar clases en línea con sus respectivos maestros y maestras? Espero que el tiempo sea suficiente para que sea así, ya que, de otra forma, según lo anunciado los estudiantes volverán a saber de sus maestros y maestras hasta que regresen a sus escuelas, cargando una carpeta con muchas evidencias del trabajo realizado, mismas que las y los docentes tendrán que revisar y evaluar de manera apresurada, para asignar la tercera y última calificación del ciclo escolar.
Mis clases en línea para la universidad requieren que yo realice el trabajo intelectual para enseñar los contenidos del programa. Sin duda, saber usar las herramientas tecnológicas me será de gran ayuda para lograr mis objetivos. Me pregunto si la SEP confía en la capacidad de sus maestros y maestras para realizar dicho trabajo intelectual y responder a las situaciones derivadas de esta contingencia. Tal vez no sea así, y es, por eso, por lo que proponen programas en donde todo ya está hecho.
Apremia que las autoridades educativas delimiten de manera explícita el papel que tienen las y los docentes en esta contingencia. Parece buen momento para que la SEP plantee desafíos que movilicen los conocimientos del magisterio para responder de manera creativa, efectiva y eficaz a esta nueva situación que enfrentan.
Para valorar la viabilidad de la enseñanza en línea en el contexto de la actual contingencia, la información que proporciona el INEGI resulta pertinente. El Instituto clasifica los ingresos de las familias en deciles. El primer decil corresponde a quienes perciben en promedio 3 mil pesos mensuales y el décimo a las que vive con más de 55 mil 583 pesos. La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2018, señala que las y los alumnos de educación primaria de los primeros tres deciles que no cuentan con internet y computadora en su casa son 91%, 81% y 69% respectivamente y los que pertenecen a los dos deciles más altos, sólo 13% y 6%. En educación secundaria son 90%, 75% y 67% y en los dos deciles más altos 9% y 5%.
Para que La Nueva Escuela Mexicana en línea se ostente durante esta contingencia, como una respuesta efectiva y eficaz, la desigualdad de las condiciones señalada en el párrafo anterior tendría que disminuir significativamente.
Sé que muchos esperan con ansia regresar a sus escuelas, ojalá y eso suceda pronto. Mientras tanto, la transmisión de las clases por televisión y radio continuará. La Nueva Escuela Mexicana en línea necesitará mucho más tiempo para consolidarse, que el que se vislumbra para la actual contingencia. No se vale crear falsas expectativas, son tiempos de diseñar respuestas alternativas lo más realistas y racionales que sea posible y no de colgarse medallitas.
* Licenciada en Pedagogía, Maestra en Educación y Doctora en Ciencias Sociales en la línea de sociedad y educación por la UAM. Su trayecto laboral se relaciona con actividades de docencia, currículo, didáctica, evaluación e investigación educativa.