- Alma y su negocio se han visto impactados por la inflación, la mayor desde hace 21 años, sin embargo, ella confía en que esta crisis va a pasar
- La inflación en 2021 fue de 7.36 por ciento, la más alta en 21 años, en 2020 fue de 3.15 por ciento
SemMéxico/La Lista, Cd. de México, 14 de enero, 2022.- Las luces que emanan de los edificios llenos de departamentos, las de las cafeterías, taquerías y locales de comida gourmet, la de los centros comerciales, la de los coches que circulan por las calles de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad México, no alumbran un pequeño callejón que alberga una vecindad en la que viven 22 familias.
En el fondo de ese callejón, una figura de la virgen de Guadalupe iluminada por pequeños focos de colores es la antesala de una pequeña puerta, la entrada a los pasadizos llenos de lazos con pinzas para tender ropa, débiles focos que iluminan los senderos, objetos arrinconados y ríos de agua que surgen de los lavaderos ubicados en distintos sitios, lleva a la cocina de Alma, una mujer de 52 años que ha vivido los estragos de la inflación y la pobreza.
En la alcaldía, la pobreza no es un vecino frecuente. La Benito Juárez se encuentra en los primeros 10 municipios con menor porcentaje de pobreza del país en la última década, donde solo 7.9 por ciento de sus habitantes vive en esta condición, pero no quiere decir que no haya aumentado, en 2010 el porcentaje era de 3.2 por ciento. Para la gran mayoría, las rentas de una vivienda con dos habitaciones difícilmente bajan de 10 mil pesos al mes.
La casa de Alma mide alrededor de 7 metros cuadrados, donde embonan una estufa, una repisa para acomodar trastes y una barra de loseta café para preparar los alimentos, dos camas matrimoniales, un ropero, una mesa y en la pared una pantalla y algunas fotografías de su familia. No se desaprovecha un solo espacio. Su vivienda no es propia, pero prefiere no hablar de cuánta paga al mes por vivir ahí.
Esa pequeña cocina le ha dado el sustento para subsistir y sostener a su familia durante 10 años. De lunes a jueves ofrece comida corrida: sopa, un guisado, salsa y tortillas; y los viernes vende quesadillas, pambazos, tostadas, hamburguesas, sopes.
La jornada semanal comienza a las 5 de la mañana porque la comida debe quedar lista a la una de la tarde. A través de WhatsApp manda el menú a sus clientes, ellos le confirman los pedidos y su hermana reparte la comida a pie.
Durante el último año Alma ha visto un aumento en los productos que utiliza, como tomate, jitomate, cebolla, chile serrano, pollo, carne de res, y el gas, lo que la llevó a subir a inicios de diciembre cinco pesos el precio de su comida. Ahora cuesta 55 pesos, el 31 por ciento de una jornada de salario mínimo.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que la inflación anual de 2021 fue de 7.36 por ciento, la más alta en 21 años. En 2020 esta cifra fue de 3.15 por ciento.
Alma vive en primera persona lo que los economistas miden con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). El último reporte dice que la carne de res y el pollo han sido los productos que registraron precios al alza en diciembre, mientras que un mes antes los genéricos con los mayores incrementos de precios fueron:
- Tomate verde: 71.85 %
- Jitomate 25.38%
- Chile serrano 12.10%
- Los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno subieron 2.64%, el doble que en 2020.
“En 2020, el kilo de jitomate lo compraba de 12 a 15 pesos, pero llegó a estar en 48 este año, ahora ya ronda los 25; la carne estaba en 155 y ahora está en 175 pesos; la cebolla pasó de 16 a 24 pesos, el serrano estaba en 50 y ahora en 20 pesos; y el gas en 202 estaba entre 400 pesos el tanque de 20 kilos, que me dura una semana o nueve días máximo, y ahora está hasta 505 pesos”, describe como una actuaria.