Ma. Elisa Villaescusa Valencia*
SemMéxico/Cuadernos Feministas, 21 de octubre, 2021.- A más de un año del surgimiento de la pandemia del COVID 19 a nivel mundial, organismos internacionales, regionales y nacionales,1 coinciden en que las mujeres han sido más afectadas que los hombres en su situación laboral, en su vida privada y familiar. Se habla de que la pandemia provocó tres crisis a nivel mundial: la económica, la sanitaria y la de los cuidados, lo que ha propiciado una reorganización en el mercado de trabajo y en los hogares.
La otra pandemia que afectó y afecta específicamente a las mujeres en su dignidad, vida personal y familiar es el aumento de la violencia hacia el género femenino perpetrada mayoritariamente por hombres en lo individual, así como de funcionarios de instituciones patriarcales gubernamentales responsables de impartir justicia. Hubo mayor incidencia en la violencia sexual y física hacia las mujeres sin distinción de edades. Aumentó la violencia doméstica, a tal grado que se registró un promedio de 19 mil llamadas diarias de emergencia denunciando maltrato físico, verbal y sexual por hombres con algún parentesco con las denunciantes. La violación y el abuso sexual y la trata con fines sexuales aumentaron en adolescentes y niñas. También se incrementó la violencia feminicida.2
Destacó en este año la violencia institucional y de Estado infringida por gobernadores/as de los estados e incluso del propio presidente de la república, hacia las protestas de miles de jóvenes autodefinidas como feministas. Desde el 2019 se inició la criminalización de las marchas emblemáticas del movimiento feminista y persiste hasta la fecha la violencia de Estado. En la manifestación de conmemoración del Día internacional de la mujer del pasado 8 de marzo (2021), por primera vez en la historia del movimiento feminista, las participantes fueron reprimidas con gases lacrimógenos por la policía cuando estaban concentradas en el Zócalo cerca a Palacio Nacional, símbolo del poder patriarcal ubicado en la Ciudad de México y en donde trabaja y radica el presidente de la república
Es un hecho histórico e insólito que un presidente de la república se dedique en sus diarias conferencias de prensa matutinas difundidas a nivel nacional por diversos medios de comunicación masiva, a denostar y criminalizar al movimiento feminista en su conjunto, argumentando que es un movimiento manejado por los “conservadores” para golpear a su gobierno. No deja de sorprender la misoginia y falta de sensibilidad del actual mandatario hacia los familiares de víctimas de desaparición forzada, de feminicidio y de las más de 200 mil muertes por COVID 19 registradas oficialmente por la Secretaría de Salud: “El coronavirus y la crisis nos viene como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación” declaró el presidente en su conferencia de prensa el día 2 de abril de 2020.3
Por otra parte, las medidas sanitarias propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) fueron aplicadas por la mayoría de los países, para evitar la propagación del virus en la población: el distanciamiento social y el cierre de sectores de la economía considerados no prioritarios –entre ellos se encuentra el Sector de los Servicios– y el de instituciones de educación básica, media y superior. La UNESCO4 reporta que en 37 países de América Latina y el Caribe, cerraron las escuelas y 113 millones de infantes y adolescentes de ambos sexos fueron enviados a sus casas a terminar el ciclo escolar. En la práctica, el apoyo mayoritario en la enseñanza hogareña fue de sus madres también confinadas.5
En nuestro país, el distanciamiento social fue difundido mediante las campañas “Quédate en casa” y “Aprende en casa por TV”, esto implicó el cierre casi total del sector servicios y de los cuatro millones de pequeñas y medianas empresas que existían antes de la pandemia, así como miles de micro negocios ubicados en el sector informal de la economía conocidos como comercio ambulante. También se cerraron las instituciones de educación básica, media y superior. Estas medidas provocaron un aumento en el desempleo y, sobre todo, impactó el trabajo remunerado de las mujeres y los ingresos de los hogares.
La reorganización del trabajo utilizado por los empleadores fueron varias, algunos redujeron las horas de trabajo, por supuesto ajustando los salarios, la mayoría enviaron a sus casas a madres trabajadoras con hijas/os pequeños y a trabajadores de ambos sexos de la tercera edad para trabajar en sus hogares, mediante la modalidad llamada teletrabajo,6 otros recortaron personal y otros despidieron a las y los trabajadores.
El sector de la educación fue el que más ha utilizado el teletrabajo, pues el profesorado de los tres niveles de educación inició sus clases vía plataformas exprofeso de la SEP y/o Universidades o por medio de la televisión abierta. El cierre de trabajos feminizados y el teletrabajo en casas aumentó en las madres trabajadoras las cargas de trabajo doméstico y de cuidados. Para dimensionar esta sobrecarga de trabajo de las las madres confinadas –con y sin teletrabajo–, hay que señalar que según la SEP en el país hay 24.6 millones de infantes tomando clases en sus casas desde la educación inicial, preescolar, primaria y secundaria.
En época de pandemia y de crisis en el empleo, la modalidad del teletrabajo resultó ser un privilegio para hombres y mujeres ubicados en el sector formal de la economía. Sin embargo, la reorganización del trabajo en los hogares se complicó en aquellos en donde uno o más miembros de las familias realizaban teletrabajo por el espacio reducido de las viviendas y la falta de equipo de cómputo.
La sobrecarga de trabajo aumentó también porque los apoyos que las madres trabajadoras tenían para el cuidado de las hijas e hijos como las guarderías, las y los abuelos o trabajadoras del hogar de entrada por salida o de planta, ya no existen por temor al contagio de los familiares de la tercera edad, la educación remota de sus hijas/os más el teletrabajo las tienen exhaustas y les ha generado deterioro en la salud física y mental.7 Aunque los hombres de la familia cooperan en las tareas domésticas, continúa recayendo en las mujeres las responsabilidades familiares.
La igualdad sustantiva laboral: ¿un paso adelante?
El paso adelante en materia laboral para las mujeres, es que México cuenta con suficientes leyes, normas laborales y compromisos internacionales para erradicar la discriminación laboral y lograr la igualdad sustantiva para las trabajadoras. Sin embargo, la realidad es otra para la gran mayoría de mujeres que participan en el mercado de trabajo.
La diferenciación salarial, la segregación ocupacional, el hostigamiento y acoso sexual, los exámenes de ingravidez al solicitar empleo, el despido por embarazo, la pérdida del empleo al regresar después de tres meses de la incapacidad por maternidad, la doble jornada de trabajo, son discriminaciones que aún persisten a pesar de que están reguladas en la Ley Federal del Trabajo.
Lo que no está regulado específicamente son las responsabilidades familiares de hombres y mujeres trabajadores. No es extraño entonces que el gobierno de México no haya firmado el Convenio 156 de la OIT sobre trabajadores con responsabilidades familiares adoptado en el año de 1981.8
Lo fundamental de la definición de “igualdad sustantiva” que plantea la CEDAW,9 es la obligación del Estado de remover o eliminar todos los obstáculos para que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres de participar en cualquier ámbito de la sociedad. Para ello, debe garantizar las condiciones necesarias que aseguren resultados tangibles y que la igualdad se alcance en los hechos. Luego entonces, mientras las responsabilidades familiares, el trabajo doméstico y el cuidado de las personas vulnerables de las familias recaigan en la gran mayoría de las trabajadoras y en las amas de casa, no se puede decir que exista igualdad sustantiva en el ámbito laboral ni en el país, pues ni el Estado, ni los empresarios y ni los sindicatos, han invertido en políticas públicas para liberar a las mujeres del trabajo doméstico y de cuidados.
Considero que la discriminación laboral y la igualdad sustantiva no se lograrán mientras persista la división sexual del trabajo creada por el patriarcado y en donde se “naturaliza” el papel de ambos sexos:10 ellos proveedores, ellas reproductoras y cuidadoras de personas. Está comprobado en otros países, que la participación económica de las mujeres contribuye a la riqueza de las naciones.11 Para ello, es necesaria la corresponsabilidad social entre gobierno, empresarios, trabajadores y familias en el cuidado de las personas para conciliar familias y trabajo y, por supuesto, implementar una educación no sexista y de respeto a los derechos humanos.
Los 20 pasos atrás en la igualdad sustantiva laboral de las mujeres en México
Con el anterior subtítulo me refiero, fundamentalmente, a que el empleo femenino sufrió una gran caída a nivel mundial y se corre el riesgo de no recuperarlos o que los ocupen los hombres por la arraigada creencia de ser los proveedores y en tiempos de pandemia son ellos los que tienen mayor movilidad. Sin trabajo remunerado las mujeres pierden autonomía económica, el dinero propio es fundamental para fortalecer su autoestima o su amor propio, su independencia y la toma de decisiones.
Según la CEPAL12 y la OIT los sectores económicos con mayor riesgo de desaparecer tomando en consideración el volumen de la producción y de trabajadores, son los sectores altamente feminizados como son el comercio, las industrias manufactureras, el turismo y el servicio doméstico. Hubo un retroceso de más de 10 años en la participación de las mujeres en el mercado laboral en la región de América Latina y el Caribe.13
A manera de conclusión
La economía feminista plantea un nuevo pacto civilizatorio que tenga en el centro los cuidados y derechos humanos y no las ganancias. Considero que hoy se le presenta al movimiento feminista, en su conjunto, la oportunidad de exigir la participación en las instancias que seguramente se crearán por parte de los gobiernos y los organismos internacionales, para la reestructuración del “nuevo orden” económico, medio ambiental y social. Las feministas necesitamos romper ese pacto que existe entre el patriarcado y el capital que excluye a las mujeres y no asume la responsabilidad de la reproducción y cuidado de la vida humana ni del medio ambiente. Necesitamos primero socializar entre nosotras la propuesta de “Un nuevo mundo, No sin Nosotras” para retroalimentarnos en términos sororarios y respetando las diferencias que existen entre los feminismos.
Sólo vislumbro dos caminos para el futuro: la humanización del sistema capitalista o la revolución de las mujeres junto con sus aliados para la creación de un nuevo modo de producción más incluyente y en donde no se explote la fuerza de trabajo ni de hombres ni de mujeres. ¡Revolución feminista o barbarie!
* Socióloga feminista.
** Texto de Cuadernos Feministas, No. 28
Notas a pie:
1 OnuMujeres, el Banco Mundial (BM), el Programa de Naciones Unidas México (PNUD-México), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el Instituto Nacional de Información, Estadística y Geografía, (INEGI), el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
2 Véase: Ballinas, Víctor. (2021). Sufre violencia sexual una de cada 10 adolescentes: Red por los Derechos de la Infancia en México (Rediim). En periódico en línea La Jornada, 11 de febrero de 2021, p. 13.
3 Animal Político, 2020.
4 Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
5 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (2020). La pandemia del COVID-19 profundiza la crisis de los cuidados en América Latina y el Caribe.
https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/45335/S2000261_es.pdf
6 En enero de 2021 por iniciativa del presidente, se incorporó a la LFT el teletrabajo.
7 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (2021). Madres Trabajadoras y COVID-19: Efectos de la pandemia en circunstancias de teletrabajo en México.
8 Ver: OIT: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/–gender/documents/genericdocument/wcms_114194.pdf
9 Véase la definición textual en la página web de INMUJERES. https://campusgenero.inmujeres.gob.mx/glosario/terminos/igualdad-sustantiva
10 Vease: Carosio, A. (Coord.) (2014). Feminismos para un cambio civilizatorio. Fundación CELARG, CLACSO, Centros de Estudios de la Mujer de la Universidad de Venezuela. En http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20140512054036/FeminismosParaUnCambioCivilizatorio.pdf
11 OnuMujeres. s/f. Hechos y cifras: empoderamiento económico.https://www.unwomen.org/es/what-we-do/economic-empowerment/facts-and-figures
12 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (2021). La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad. https//www.cepal.org/es/publicaciones/46633-la-autonomia-economica-mujeres-la-recuperacion-sostenible-igualdad
13 Laboratorio de Innovación de género para América Latina y Caribe/Banco Mundial (LACGIL, 2021). COVID- 19 y el mercado laboral de América Latina y el Caribe: impacto diferenciados por género.