En Oaxaca, tanto sistema de partidos políticos como los sistemas normativos indígenas, se resisten a la participación de las mujeres.
En 2021 sólo había una mujer tesorera en la administración municipal, el gabinete actual es más paritario
Elda Montiel
SemMéxico, Ciudad de México. 25 de enero 2025.- Uno de los grandes desafíos de la democracia paritaria para las mujeres se encuentra en las comunidades indígenas donde prevalecen normativas de elección que se resisten a dejar participar a las mujeres y actúan con violencia contra ellas con campañas de difamación, encarcelamiento y en casos extremos con el asesinato.
En el Foro que se llevó a cabo este 22 de enero, “Los Derechos Políticos de las Mujeres en México: Contexto en Colima, Jalisco, Oaxaca y Veracruz”, el primero del Programa de Paridad una iniciativa del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM), se abre como una posibilidad de diálogo para la acción entre actores de la sociedad civil, académicas/os y aliadas en nueve países de la región.
La doctora Guadalupe Ramos Ponce, coordinadora de CLADEM México y profesora investigadora de la Universidad de Guadalajara señaló que el Programa Paridad es una iniciativa ambiciosa que aborda preocupaciones sobre la igualdad, paridad, justicia, la vida libre de violencia contra las mujeres, que apunta a fortalecer la agenda por la democracia paritaria, lo cual involucra avances hacia la igualdad en la representación entre mujeres y hombres en todos los espacios de liderazgo, poder y toma de decisiones en las sociedades como avances alrededor de una agenda programática para el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres.
De Oaxaca, Nelly Martínez Echartea destacó la realidad de Oaxaca con 570 municipios y 11 mil localidades y lo que esto representa para la participación política de las mujeres. Sólo 152 municipios se rigen por el sistema de partidos políticos y 418 por sistemas normativos indígenas que han existido por años y se resisten a dejar participar a las mujeres.
Aun así a partir del 1 de enero se renovarán 152 municipios y solo hay 42 presidentas y 115 como sindicas, lo que es una cifra alentadora. Durante 2025 van a renovar la mayoría de los ayuntamientos que se rigen por normativas indígenas, lo que constituye un desafío muy grande.
Sin embargo, las mujeres que se han decidido a participar se ha enfrentado a violencias como campañas de difamación, y encarcelamientos para obstaculizarlas. Incluso en tiempos de elecciones hombres se visten de mujer para usurpar los lugares de las mujeres.
Nelly Martínez refirió que Oaxaca es la entidad que ha interpuesto mayor número de juicios estatales ante las autoridades electorales en la defensa de las mujeres. Se han logrado cierto avance en la vigilancia para que se integre paritariamente las elecciones incluso hasta en una ocasión encarcelaron a una mujer un mes para que no acudiera a instancias para su defensa.
Sagrario Guzmán de la Secretaría Sustantiva de Igualdad de las Mujeres Jalisco llamó la atención que así como se tienen cabildos paritarios es importante que los gabinetes también lo sean. En 2021 sólo había una mujer tesorera en la administración municipal, el gabinete actual es más paritario.
También se destacó en el Foro como se vivía una paridad limitada primero vertical y luego horizontal y como se fue avanzando con las cuotas 30-70; 40-60 hasta llega a la paridad y a las gubernaturas, y cómo se han ido configurando nuevos criterios ante los desafíos de la violencia política en razón de género. Se menciono la necesidad de legislar para evitar el anonimato de las agresiones vía digital e impedir la postura de los hombres que se ostentan de mujer para usurpar espacios.
María Rosas Palacios consideró, que de acuerdo a sus experiencias en Jalisco, es necesario considerar que los usos y costumbres indígenas son adversos para las mujeres por lo que hay que darles la voz para prevenir y atender las violencias en los procesos electorales.
Para María del Carmen García García de Colima se tienemucho camino por recorrer el gran desafió es la violencia estructural que viven la mayoría de las mujeres en los ámbitos más diversos trabajadoras domésticas, como indígenas, entre otras.