En un contexto de pérdida de explotaciones, se incrementa en más de 7.000 el número de mujeres al frente de una explotación agraria. El aumento es especialmente significativo en las menores de 30 años
Redacción AmecoPress
SemMéxico/AmecoPress. Madrid, 15 oct. 2019. El análisis de los datos de la última Encuesta de Explotaciones Agrarias publicada en 2017 habla de 285.467 mujeres titulares o jefas de explotación agraria, lo que supone un incremento de 7.123 mujeres respecto al inicio de la presente década (278.344). “Este aumento en la incorporación de mujeres a la actividad agraria cobra especial relevancia en un contexto de pérdida de explotaciones e invita al optimismo porque se concreta especialmente entre las menores de 30 años, cuestión vital para asegurar un relevo general sostenible en el campo español y un futuro para nuestro medio rural”, ha subrayado Inmaculada Idañez, responsable del Área de la Mujer de COAG y Presidenta de CERES.
El avance del estudio estratégico, que COAG y CERES están ultimando para impulsar el empleo femenino en el medio rural, recoge que tan sólo 4 Comunidades Autónomas han reducido el porcentaje de mujeres titulares o jefas de explotación: Madrid, Cataluña, La Rioja y Murcia. El resto de Comunidades Autónomas han aumentado el protagonismo de las mujeres en este segmento. Son destacables los incrementos en País Vasco (5,16%) Cantabria (3,99%) Baleares (3,77%) y Andalucía (2,98%).
País Vasco, Cantabria, Baleares y Andalucía lideran la incorporación de mujeres al sector agrario
Lo más preocupante es el porcentaje global de mujeres titulares menores de 30 años, que no supera el 1% del total en cada Comunidad Autónoma, salvo en Andalucía (1,15%) y Cataluña (1,37%). Por el contrario, el porcentaje de mujeres titulares y jefas de explotación de más de 65 años supera en todas las Comunidades Autónomas el 35%, y en 6 Comunidades supera el 50%. “Esto significa que, en los próximos 5 años, deberían incorporarse en torno a 100.000 mujeres agricultoras para lograr el relevo generacional que garantizase la sustitución y el mantenimiento de las mujeres en el campo”, ha precisado Idañez.
En este sentido y, con motivo del día internacional de la Mujer Rural, desde COAG y CERES se reclaman medidas que incentiven el acceso de las mujeres a los distintos sectores de actividad económica y a los derechos sociales, económicos y culturales en el mundo rural. “Aunque nada puede avanzar si no va acompañado de una adecuada educación en igualdad. La conciliación no es para las mujeres, la corresponsabilidad tiene que ser asumida por todos y todas. Mientras que las mujeres en los pueblos seamos las principales encargadas del cuidado de las personas dependientes (mayores, discapacitados/as y niños/as) no vamos a poder tener tiempo ni para defender nuestros derechos participando en las distintas entidades ni trabajando por un sueldo. Esta es las bases fundamentales sobre la que debemos ir trabajando”, ha señalado la Presidenta de CERES.
COAG y CERES reivindican la significativa contribución de las mujeres al desarrollo local, comunitario y a una alimentación sana, segura y sostenible. “Quizá no es casual que el Día de la Mujer Rural (15 de oct) y el Día Mundial de la Alimentación (16 oct) estén tan unidos. Pero necesitamos más mujeres en los órganos de toma de decisiones y planificación de las políticas agroalimentarias. El Gobierno debe ir más allá de medidas concretas que respondan a las necesidades del día a día. Debe incidir en las cuestiones de fondo para eliminar los roles de género establecidos históricamente para los hombres y mujeres que viven y trabajan en el medio rural”, ha apuntado Idañez.
¿Por qué no crear una vida donde estemos incluidas?, se pregunta la organización al señalar algunos de los principales indicadores de desigualdad que persisten en el mundo rural. Es un mundo en el que viven 4,5 millones de mujeres. Según la Encuesta de Población Activa, solo 182.320 mujeres aparecen ocupadas en el sector agrícola o ganadero. Sin embargo, “nosotras cuidamos a nuestros mayores sin sueldo, sin reconocimiento, en el anonimato”. Algo que también se extiende a la crianza de los niños y las niñas.