SemMéxico, Ciudad de México, 8 de abril.- El miércoles 11 y el jueves 12 está programada la visita de los tres candidatos a la presidencia de la República y la candidata independiente para “dialogar” con los obispos de México durante la 105 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, (CEM) en la que unos 150 obispos de todo el país trabajarán un documento pastoral que les encargó el Papa Francisco.
Según el programa, la Asamblea comienza este lunes 9 y termina el 13, hecho que coincide con la declaración del Foro Feminista para Defender el Estado Laico, que se acordó tras 2 días de discusión y pone en evidencia cómo en el proceso electoral de 2018 se repite la presencia de la Iglesia Católica durante las elecciones.
La y los candidatos serán recibidos el jueves y viernes, por la CEM que encabezará el cardenal Francisco Robles Ortega, en su sede, Casa Lago.
Los diálogos con Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade y Margarita Zavala, dice el programa tienen como objetivo “escucharlos, dialogar y compartir inquietudes». Las pláticas serán privadas.
Para Cecilia Delgado Molina, profesora-investigadora de UNAM que abrió debate en el foro feminista, los y la candidata y otras personas que hacen política les gusta adoptar un discurso religioso como un medio para legitimarse, suponiendo que el aura religiosa ayuda a aparecer “limpios”, sobre todo en un contexto difícil como el que vive actualmente nuestro país, sumido en la delincuencia y en “el pecado”.
Exactamente, los obispos se reúnen para participar en asamblea plenaria “en un momento de particular complejidad social y política para el país” y dicen que su programa de trabajo es pastoral.
Ahí van a participar líderes de las comunidades católicas de todo el país, solamente hombres. Y es ahí, donde explica el CEM quienes aspiran a la presidencia presentarán sus ideales y plataformas, y luego escucharán las inquietudes de los prelados. Representantes, como diría la doctora Delgado Molina, de una fuerte imagen simbólica de la identidad nacional; además de una pluralidad que ante “los peligros del género” se presenta plural.
Todavía de acuerdo con el último censo de INEGI, más del 83 por ciento de las mexicanas y los mexicanos se reconoce católicos y desde el tiempo de Ortiz Mena los líderes políticos y las autoridades gubernamentales se reúnen con los obispos.
El episcopado recibirá a los candidatos en plena campaña. Los obispos conocen bien a todos, excepto a Ricardo Anaya, quien se estrena en este foro; Andrés Manuel López Obrador pisa terreno conocido. Estuvo frente al pleno de obispos en 2006 y en 2012, él con su discurso republicano-juarista-maderista-cristiano como su estandarte moral. José Antonio Meade bien conocido por sus buenos oficios al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores; pues con su gestión mejoraron sustancialmente las relaciones entre la Santa Sede y México, así como con el cuerpo colegiado del episcopado nacional.
Para Margarita Zavala, el encuentro con los obispos será terso. Tiene un catolicismo militante, sin definiciones sobre el feminismo conservador que predica, parece que la presencia de la abogada tiene mucho más de cortesía que de posicionamiento.
Tema central desde el episcopado será establecer diálogo y compromisos a favor “del respeto a la dignidad de la vida humana, a las familias y a las libertades”. En el mensaje/convocatoria los obispos advierten que en todo el espectro social, político y cultural se requieren definiciones inaplazables para desterrar la violencia, la corrupción y la impunidad. Ya urgieron en un mensaje conjunto frente al proceso electoral en marcha, trabajar comprometidamente por un México más próspero y pacífico, más solidario y participativo, más atento al rostro de los más pobres y menos cómplice de quienes los olvidan, los manipulan o los marginan”.
El juego
El primero de julio se e renovará la presidencia de la República y más de 3 mil 400 cargos de representación popular, locales y federales, en 30 entidades del país. Las feministas del Frente Nacional, de las Constituyentes de la Ciudad de México, y de entidades como Guerrero, Morelos, Zacatecas, Campeche han detectado cómo actúan las fuentes del conservadurismo y el fundamentalismo todos los días. Y cómo los derechos de las mujeres que se discutirán con los obispos, están en riesgo.
Históricamente los fundamentalismos repercue4ten en las libertades y los derechos de las mujeres, Una forma manipulada de ello es la creencia de que quienes son religiosos no son corruptos, de ahí la necesidad de que candidatas y candidatos de dialogar con los obispos, así como ir a las iglesias a tomarse fotos, como se pone de ejemplo en el documento de las feministas.
Las feministas recuerdan que la relación de los políticos o de la política con la Iglesia a pesar de la separación Estado/Iglesia busca que las corrientes religiosas ayuden a “limpiarse ante la corrupción” en un país donde se ha introyectado y se sabe que los grandes problemas del país son la violencia y corrupción. El documento también advierte de la manipulación, sistemática de cualquier partido de responsabilizar a las mujeres como activas contribuyentes a “las causas de estos conflictos sociales, como la ruptura del tejido social, que desde hace años se relaciona con “la destrucción de la familia tradicional y con la pérdida de los valores”.
Durante las mesas de trabajo del Foro que terminó ayer las participantes dijeron que en el actual proceso electoral, hay políticos que son directos al hablar de sus convicciones religiosas; otros sólo lo insinúan; por ejemplo, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República, José Antonio Meade, aludió a la fe católica para no comenzar su campaña el día que marcaba la ley electoral, el 30 de marzo. No cumplió con la ley.
En su spot Meade afirmó: “El próximo viernes comienzan legalmente las campañas electorales, coincide con el Viernes Santo, que es un día de gran trascendencia para las familias mexicanas” y aseguró que en “respeto a la fe” comenzaría su campaña hasta el 1 de abril.
Lo que se denunció como un escándalo es el discurso del candidato del PRI a la Jefatura de Gobierno, Mikel Arriola, quién inició su campaña el 30 de marzo con el lema “Tú familia es primero”, ahora frase distribuida en mamparas y anuncios en autobuses. Y aunque no señaló es explícito refiriendo a la familia heterosexual y monógama, en sigue afirmando como en su precampaña que la Ciudad de México volverá a ser la “ciudad de los valores”; pondrá a discusión el matrimonio igualitarios y como en el macartismo habla de “lo que nos ha dejado los comunistas”.
La candidata presidencial independiente, Margarita Zavala, ha hablado de su vida y de su educación y formación católica, también ha expresado su visión de familia al pronunciarse por los matrimonios entre mujer y hombre.
Ella en otra época participó en la construcción del Parlamento de Mujeres, en foros internacionales como la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing que se realizó en 1995; en grupos de mujeres y abiertamente se considera solidaria con algunas metas del feminismo, y en su discurso de campaña es la única que habló la semana pasada de los feminicidios, tanto en Tijuana como en el Estado de México.
Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), sin ambages, ante cámaras y micrófonos se declaró cristiano y admirador de Jesucristo; suspendió su campaña el viernes santo y en la entrevista de Milenio, dijo claramente que tendrá que consultar con “el pueblo de México”, algunas leyes que consagran los derechos humanos de las mujeres, la interrupción legal del embarazo y los matrimonios igualitarios, y otros asuntos. Mencionó que se trata de derechos que causan polémica.
SEM/sl/sje
Manifestaciones religiosas para lavarse la cara frente a la violencia y la corrupción
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