Varias de estas emprendedoras confluyeron en una Feria de Iniciativas Responsables en Cuarentena convocada por la Fundación Antonio Núñez Jiménez y Tercer Paraíso Cuba.
Redacción
SemMéxico/IPS CUBA La Habana, 21 nov 2020.- En el espacio de Estudio 50, más de cincuenta iniciativas, varias de ellas surgidas en los últimos meses y gestionadas por mujeres, compartieron su experiencia de sostenibilidad en el adverso contexto de la covid-19.
Convocada por la Fundación Antonio Núñez Jiménez, la feria buscaba conectar y visibilizar las distintas formas en las que el emprendimiento en Cuba logró sortear las condiciones limitantes de la pandemia y a su vez resultar en un modelo de responsabilidad social y ambiental.
Los nuevos negocios resultaron de la necesidad de reinventarse o buscar otras estrategias de sostén económico familiar. La Redacción IPS Cuba conversó con cuatro emprendedoras que lanzaron sus iniciativas en los últimos seis meses.
Maxi Bebé
Yanitza del Toro, de 34 años, es la principal gestora de Maxi Bebé, un emprendimiento que surgió en julio, dedicado a elaborar alimentos saludables para bebés, niñas y niños. “Antes de la pandemia era arrendataria, pero como no hay turismo me tocó reinventarme”, dice.
“Tengo una niña pequeña que casi siempre le he hecho sus alimentos en casa, sin mucha azúcar, o conservantes. Lo primero que sacamos, y es el producto más conocido, fueron las compotas de frutas y vegetales. Después las galletas de avenas, las leches vegetales…”, enumera.
Yanitza produce de forma artesanal junto a su abuela. “De hecho, la idea de las compotas es de ella, porque cuando era pequeña, en pleno Periodo Especial (nombre de la etapa más dura de la crisis que persiste desde 1991), y no había que comprar, ella las hacía”, recuerda.
A futuro quisieran tener una tienda, pero mientras seguirán por Whatsapp. “Las redes sociales son un mercado abierto, que con poca inversión puedes llegar a muchas personas”, valora.
Lunas Pesto y otras iniciativas familiares
“Cuarentena obligada, cuarentena aprovechada”, sentencia Yovanna Bravo, de 49 años.
Esta familia decidió darle otro sentido al confinamiento. “En casa, estando juntos todo el día, se nos ocurrieron muchas cosas. Cada una se fue por su rama: surge Lunas pesto, porque yo siempre los he hecho, también hago bisutería, Danys empanada, que lleva mi nuera, y mi mamá que teje.”
Los hombres también apoyan, amasan la masa, mi hijo hace los diseños. Ha sido una experiencia familiar única.
Les gustaría seguir creciendo pero como sucede con la mayoría de los emprendimientos en el país, los insumos suelen ser un problema.
“Aquí nos preguntaban qué nos hace falta, pues nos hace falta una finca, un huerto, no sé”, bromea Bravo.
Santuario Gourmet
Leandys Díaz es una emprendedora de 48 años, a la que la covid-19 también obligó a reinventarse cuando debió cerrar las puertas del negocio familiar de renta.
“La terapia estos meses fue cocinar. Mi esposo es francés y extraña mucho los sabores de su país, así que le gusta hacer muchas recetas: confituras, quesos fuertes, terrinas de carnes…Siempre lo hicimos para amistades o para nosotros, pero pensamos por qué no comercializarlo”, comenta.
Santuario Gourmet también ha funcionado por WhatsApp, la red social hasta el momento más empleada por los pequeños negocios durante este periodo. “Me parece muy interesante lo de las ventas online porque no tienes que invertir en un espacio físico o en personas para que atiendan la tienda”, dice Díaz.
La mayor preocupación ha sido asegurar la disponibilidad de recipientes. “Estamos reciclando pero hasta eso se ha vuelto complejo, porque como no hay producción masiva de envases, todo el mundo recicla”, advierte la emprendedora.
Deshidratados Habana
Apenas con dos meses en el mercado, también es el resultado de la cuarentena.
“Somos cuatro amigos que se nos ocurrió esta idea porque practicamos hábitos de alimentación saludable y había un grupo de productos que no encontrábamos en el mercado y queríamos producirlos para consumo personal”, cuenta Mailets Darias.
Darias explica que cuando empezó la cuarentena tuvieron la motivación añadida de buscar nuevas fuentes de ingresos y empezaron a hacerlo a mayor escala.
“Hay muchas personas que están interesadas en este tipo de productos sin ningún conservante o añadido. Sirven como snacks saludables, como agrego para reposterías, para la coctelería”, pone como ejemplo.
La vía principal de Deshidratados Habana para entrar al mercado han sido las redes sociales. Ahí lanzaron una encuesta y aspiran de esta forma a mantener el contacto directo con los clientes para diseñar los productos según sus necesidades.
Para las emprendedoras entrevistadas, se necesitan más espacios que faciliten la divulgación y articulación entre quienes comienzan.
“Cuando parecía que el emprendimiento iba a parar, no solo lograron reinventarse sino que surgieron nuevos servicios, ideas, alianzas”, advierte Patricia Díaz, coordinadora de Tercer Paraíso en Cuba, parte del equipo organizador de la Feria. (2020)