Sí, puedo expresarme contra el rugby y los rugbiers
Por Norma Loto
SemMéxico. Argentina. 21 de enero de 2020.- A pocos días del crimen de Fernando Báez Sosa, asesinado por una patota rugbiers, me inquieta la ciega defensa del rugby de parte de las familias y aficionados ligados a ese deporte.
Creo que tenemos el derecho a sentir dolor, a llorar por Fernando y de esa manera por todes les pibis. En esta época de corrección política y de análisis, se dirá que el problema no es el rugby sino la violencia que azota a nuestra sociedad; que el patriarcado establece órdenes y asimetrías que se hacen valer, muchas veces, a través de golpes y otras formas de violencias. Me uno a las palabras de Enrique Stola, médico, psiquiatra, psicoanalista: «no es el deporte el responsable sino la masculinidad hegemónica que le da al rugby cierta identidad ligada a la violencia, a las clases sociales altas y a la indiferencia sobre el sufrimiento” (Fuente: Grito del Sur).
Es cierto lo que afirma Stola, y es que conozco el rugby y sus ceremonias de iniciación violentas, bien «machasas» como lo describía un ex (que era rugbier), sé de sus arengas misóginas, sé de la prepotencia que les da su volumen corporal, sé del “¡te voy a tacklear!” sé de sus tocadas de culo a las chicas; y lo hacían en grupo (porque así juntos eran más machos).
Me moviliza el crimen de Fernando porque me lleva al 8 de junio del año pasado. Aquel día dos rugbiers mataron a Román Paz en Santiago del Estero, mi provincia. Román intentó defender a otra persona que estaba siendo golpeado por los rugbiers y él recibió graves traumatismos encéfalo craneanos. Tras dos meses de agonía murió. Román tenía 29 años y una hija amada.
El problema no es el rugby, el problema es patriarcado que habita en nuestra sociedad que se manifiesta prepotente y con saña en muchos ámbitos y el rugby es uno de esos.
El patriarcado tiene a la asimetría como trinchera. Y la justicia es patriarcal. ¿Se imaginan cómo actuó la justicia en el caso de Román?
Les cuento: los rugbiers Edgar Moreno Piazzi y Facundo Jiménez fueron condenados (en diciembre) en juicio abreviado a la pena de tres años de prisión en suspenso. Entonces, dejemos que la bronca y el dolor se expresen (aunque sin violencia), ya sea contra contra algunes rugbiers, el patriarcado, el estado. Y, me animo a expresarme contra el rugby (hasta que la decontrucción le llegue)
Expresar el dolor con dolor no mata a nadie; los tackleos fuera del juego, sí.
#JusticiaParaFernando #JusticiaParaRoman