Botella al Mar

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Quien no quiere ver…

Martha Canseco González

SemMéxico, 18 de mayo, 2020.- El 25 de febrero pasado di un taller de vocería feminista para algunos organismos de la sociedad civil de Hidalgo dedicados a la defensa de los Derechos Humanos. En otro tipo de capacitaciones hemos puesto los escenarios más difíciles que se puedan presentar. Así hicimos carteles para personas con debilidad visual y mensajes de audio para gente con sordera.

Aquí no fue la excepción, pedí que se pusieran en la postura más inconcebible y aberrante ante la cuál tener que hacer un pronunciamiento a través de una vocera o vecero. Alguien sugirió el feminicidio de Beatriz Gutiérrez Müller, un escalofrío nos recorrió la espalda sólo de pensarlo, pero nos quedó claro que incluso a ella le pueden violentar sus derechos humanos, como el más fundamental, el derecho a la vida por su mera condición de mujer y que la máxima representación del poder en nuestro país, tendría entonces que acatarse a lo que dicta la ley al respecto.

Hay muchas maneras de matar a una mujer en este sistema patriarcal, no solo de manera física, también social, cultural o intelectualmente. De hecho, ya está identificado el primer feminicidio mediático de la historia, se trata del caso de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, quien, siendo presidenta del país austral, fue literalmente crucificada por los medios de comunicación, la mayoría a manos de empresarios.

Días después del taller de vocería, con asombro vi como Beatriz Gutiérrez Müller, apoyaba abiertamente en sus redes sociales la marcha y el paro de mujeres del 8 y 9 de marzo y horas después se desdecía. Ya imagino la escena en la casa presidencial. ¡Serás muy Doctora en Teoría Literaria y feminista, pero aquí yo soy el presidente y me apoyas! Y lo puedo imaginar muy bien porque lo vi en mi hogar. Una ocasión durante un incidente de tránsito, mi papá exigió que mi mamá le apoyara, aunque era evidente que él había cometido la imprudencia. Mi mamá no cedió, se había cansado de decirle que manejara con precaución.

Es en la mayoría de las familias mexicanas, donde se reproducen rabiosamente los roles y los estereotipos de género y el primer sitio donde se somete y esclaviza a las mujeres, para sostener la hegemonía masculina. Y no lo digo yo, lo indican así los datos de la ENDIREH, las encuestas que ha hecho el INMUJERES, las investigaciones de decenas de Universidades.

Por eso que Andrés Manuel López Obrador haya desestimado el movimiento de mujeres, señalando que era una maniobra de la oposición, es no querer estar al tanto de la situación de la mayoría de las mexicanas. Por supuesto que hay anti López Obradoristas en los grupos de mujeres, pero hay caldo de cultivo, porque lo que nos une no es la oposición chabacana, sino que nos están matando y violentando, esa es la razón.

Que, desoyendo lo que dicen las encuestas haya asegurado que en la mayoría de las familias mexicanas hay fraternidad, es de una inocencia abismal. Y que sin análisis y sin cifras haya afirmado que el 90 por ciento de las denuncias hechas a los teléfonos de emergencia y de apoyo a las mujeres son falsas, raya en la calumnia criminal. Vamos solo hizo uso de su privilegio masculino, ¡porque yo lo digo!

Para mí, ¡la tercera es la vencida, me siento traicionada!

Hace casi dos años, tuve algo muy claro, no quería ni de lejos al PRI, al PAN o al PRD en la presidencia ni en los congresos por eso corrí a votar por AMLO y por MORENA. ¡Nunca me imaginé que el tema de los derechos humanos de las mexicanas, fuera la causa del arrepentimiento del sentido de mi voto!

Eso sí, no se vayan con la finta jamás voy estar a favor del regreso de los viejos regímenes y mucho menos de la colusión perversa de políticos y empresarios, seguiré estando a favor de los derechos humanos y del bienestar de las mayorías.

Me es claro que la 4T está alcanzando para varias cosas, pero que no alcanzará para las mujeres de este país y que tenemos un presidente machista y misógino.

A las feministas que están en el gabinete, les digo, ¡ya no se puede defender lo indefendible!, tienen que tomar una decisión.

Quien no quiere ver…no ve…pero quien ve…ya no puede dejar de ver.

Por eso le digo a AMLO, ¡no se haga bolas!, fuimos las mujeres quienes lo llevamos a Palacio Nacional, porque la mayoría de las que votamos fuimos las mexicanas. Sí, usted es congruente entre lo que dice y hace, en poco tiempo tendremos un plebiscito para determinar si sigue o no en el cargo. Podemos ser las mujeres también quienes lo saquemos de la silla presidencial.

botellalmar2017@gmail.com

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