Dulce María Sauri Riancho*
SemMéxico. Mérida, Yucatán. 06 de abril 2022.- Calistenia: Conjunto de ejercicios que conducen al desarrollo de la agilidad y fuerza física
La jornada de revocación de mandato es también espacio de calistenia política. Más que una prueba, para el presidente López Obrador, Morena y sus aliados políticos es ocasión de ensayar estrategias, presionar para medir límites y resistencias, probar “músculo” y lealtades de los suyos, todo con el pretexto de movilizar a los simpatizantes para acudir a las urnas el domingo próximo.
Desde esta perspectiva, veamos cómo se han desenvuelto las actuaciones de los involucrados con la revocación en estos días recientes.
Comencemos por el Instituto Nacional Electoral. Su Consejo General de 11 integrantes ha estado bajo asedio del presidente López Obrador y sus seguidores. En especial, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama han llevado la carga más pesada de las descalificaciones y amenazas. En 2006, otro consejo —entonces del IFE— pasó por circunstancias semejantes. Las cosas han cambiado: la sedicente víctima de entonces aparece como victimario de una institución que le reconoció sin regateo alguno su triunfo electoral en 2018. ¿Saldrá lastimado el INE del proceso de revocación? Es posible que su papel sea el del cohetero: malo si truena (si sale la gente a votar), peor si no revienta (si se queda en su casa).
Anticipando resultados, sea cuales fueren, López Obrador ya anunció que enviará una iniciativa para transformar al órgano electoral mediante el voto directo de la ciudadanía para elegir a las y los consejeros. Si no fuera un asunto tan serio, sería de risa loca esta pretensión, que no tiene otra finalidad más que deshacerse de los actuales consejero/as. Se le queman las habas al señor presidente, que ni siquiera quiere esperar un año para que concluya el periodo de Córdova y Murayama que, junto con Adriana Favela y Roberto Ruiz, habrán de finalizar su gestión el 3 de abril del año próximo.
Sin embargo, ese no es el principal problema que afronta el INE de cara a la elección de 2024. Lo será el presupuesto que se apruebe para organizar los procesos electorales federales, que se iniciará en 2023. Este año, con total impunidad (hasta el momento), la Cámara de Diputados negó al INE los recursos suficientes para realizar la revocación de mandato del presidente de la república.
La autoridad agraviada —el INE— interpuso una controversia contra la Cámara de Diputados por esta situación, recurso que deberá ser resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en breve.
Me dan escalofríos pensar que cuando se someta a aprobación el Presupuesto 2023, donde deberá considerarse el dinero que necesita el INE para comenzar la organización de la elección presidencial de 2024, simplemente se lo nieguen o se lo regateen, de tal manera que el INE se vea imposibilitado materialmente de crear una sólida estructura electoral que garantice legalidad y certidumbre a la ciudadanía.
Por eso es fundamental la determinación de la SCJN para que, de una vez por todas, se despeje cualquier duda sobre la obligación constitucional de suministrar los fondos presupuestales necesarios para una elección a la altura de las que hemos tenido desde muchos años atrás.
Funcionario/as del gobierno de López Obrador. El presidente de la república ha aplicado el pie en el acelerador de su movimiento. No se necesita ser experta para imaginar que les ha leído la cartilla: “¿quieres tener futuro conmigo? Entrégame tantos miles o millones de votos a favor de mi permanencia”. Una sombra ominosa rodea a todos los aspirantes a la candidatura de Morena: no alcanzar los números que su jefe les debe haber impuesto como cuota para el próximo domingo. No hay otra manera de entender la imprudencia —por decirlo suavemente— del viaje dominical del secretario de Gobernación, Adán López, a Sonora y Coahuila. Acompañado del presidente nacional de Morena y del ¡jefe de la Guardia Nacional!, expresó lo siguiente: “Se equivocan los adversarios y se equivocan los del INE… Esos (los del INE) ya se van, los vamos a ver pasar por el frente con la cola entre las patas… Todos ustedes saben que se va a presentar una iniciativa de reforma electoral donde se van a ir todas esas que ahora se llaman ‘autoridades electorales’… Basta de tanto absurdo discurso…la democracia, la participación ciudadana se queda para siempre. Este ya es otro país…”.
¿Qué le habrá pasado al “moderado” Adán para mandar a volar sus intentos de fraguarse una imagen de conciliación y diálogo? ¿Sabrá que si entrega menos de los millones de votos esperados por su jefe López Obrador ya no tendría futuro personal? ¿Compite por la complacencia presidencial y en el más absoluto pasado se apresta a escuchar las “palabras mayores”, a la usanza de la década de 1970?
Otro tanto podemos decir de Claudia Sheinbaum y su oportunidad de sacarse la espina de 2021. Sumemos a los gobernadores morenistas y otros más que se tratan de congraciar con López Obrador, etc.
Aceleremos las manecillas del reloj hacia 2024. ¿Quién podrá contener los afanes desbordados de Morena y sus aliados por hacer lo que sea con tal de ganar la elección? De poco sirven prohibiciones y sanciones por realizar propaganda a favor del refrendo del presidente en su cargo.
Saben bien de la incapacidad para aplicar castigos efectivos, más si cuentan con la complacencia de la Fiscalía General de la República y, en su caso, de los propios tribunales de justicia.
Partidos políticos de oposición a Morena. En la revocación, han brillado por su ausencia. Aparentemente, solo el PAN acreditó 17% de representantes en las mesas de casilla; los demás (PRI, MC, PRD), cero. Le dejaron toda la carga del cuidado a las y los ciudadanos y al INE. Mal augurio
El proceso de revocación de mandato presidencial es un serio aviso para las instituciones políticas de México. Desgastar a sus autoridades privándolas de presupuesto, haciendo imposible el cumplimiento de sus disposiciones, solo abona a la anarquía y a la descomposición social. Tener a funcionarios desbocados recorriendo el país en un avión de la Guardia Nacional para promover la participación de las huestes morenistas no es un asunto trivial, sino de honda preocupación. Trastocan los límites, tensan la cuerda, aplican sin rubor alguno la presión y la amenaza en 2022. ¿Qué sigue? Días difíciles, ni duda cabe.
dulcesauri@gmail.com
*Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán