Mañana se conmemora el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.
Recordando a Cecilia Loría Saviñón
Dulce María Sauri Riancho*
SemMéxico, Mérida, Yucatán, 24 de noviembre, 2021.- Poco hay que celebrar, mucho que denunciar y, sobre todo, existen contadas propuestas para avanzar realmente hacia el ejercicio pleno del derecho de mujeres y niñas a una vida libre de todo tipo de violencia.
En el recuento de avances institucionales hay registro de cambios en el terreno de las leyes; algo, en la parte que corresponde a la planeación y programación, incluyendo el programa nacional contra la violencia hacia las mujeres, derivado de la Ley de la materia.
Pero poco, muy poco, se puede reportar sobre resultados tangibles que se deriven en políticas públicas enfocadas a la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia hacia las mujeres.
Quiero dedicar estas líneas al programa que, desde mi perspectiva, ha logrado trascender los buenos propósitos, para centrarse en la ejecución de políticas públicas que han incidido positivamente en prevenir y atender este fenómeno que flagela ferozmente la vida de millones de personas del género femenino.
Hace 15 años, en 2006, comenzó a operar el Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas (PIMEF), creado por determinación de las y los diputados de la LIX Legislatura (2003-2006). Desde su conformación se definió su adscripción a INDESOL (Instituto Nacional de Desarrollo Social), fundado en 1993 cuando Luis Donaldo Colosio era secretario del ramo.
En 2001, a instancias de su directora, Cecilia Loría Saviñón, INDESOL definió que su misión sería promover la participación de todos los actores sociales y de las organizaciones de la sociedad civil para incidir en el desarrollo social integral.
Entonces y ahora se consideraba que la violencia contra mujeres y niñas incidía negativamente en el tejido social; esta fue la razón de su incorporación a INDESOL desde un inicio.
Década y media después, el PAIMEF es el único programa federal con presupuesto propio —alrededor de 289 millones de pesos— con el objetivo explícito de “empoderar a las mujeres en situación de violencia que solicitan servicios de orientación y atención especializada en las unidades apoyadas por PAIMEF, para una vida libre de violencia”.
Este programa se ejecuta en los estados bajo convenios de coordinación con las instancias de mujeres (IMEF) —secretarías, institutos— de las 32 entidades federativas, en vinculación con los tres órdenes de gobierno —federal, estatal, municipal—, organizaciones de la sociedad civil y academia.
Estamos hablando de un magro presupuesto —alrededor de 9 millones de pesos en promedio por estado—, pero que muchas veces representa lo único disponible para ejecutar acciones en los IMEF, pues en su inmensa mayoría sólo reciben recursos para sus gastos de operación más básicos.
Los centros de Justicia para las Mujeres creados el sexenio pasado, dependientes de la Secretaría de Gobernación, han tenido en el PAIMEF su único apoyo institucional para poder lograr sus metas de prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres.
En el PAIMEF se entiende a la violencia como resultado del escaso o nulo poder de las mujeres en materia económica, social, cultural y política; por tanto, su propósito fundamental —reitero— es empoderarlas, al igual que a las niñas.
Del programa se derivan proyectos ejecutados por organizaciones sociales y no gubernamentales, todos bajo la responsabilidad de las instancias de mujeres del estado donde se realizan. Nacido bajo el signo de la coordinación y la concertación, el PAIMEF trabaja desde INDESOL con estructuras gubernamentales y con organizaciones de la sociedad civil, esa que tantos ataques ha recibido del actual gobierno.
Ahora, a casi 30 años de la conformación del Fondo de Coinversión Social, antecedente de INDESOL, se ha anunciado su desaparición y con ella, la amenaza de destruir o anular al PAIMEF, único programa con resultados medibles en materia de violencia hacia las mujeres. Más todavía que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), aparente entidad receptora del PAIMEF, carece del presupuesto necesario para poner a operar plenamente los centros de justicia para mujeres.
Ahora se rumora que PAIMEF irá a parar a CONAVIM, bajo la razón de compactar estructuras institucionales y presupuestos, sería un error enorme diluir o “colonizar” PAIMEF por sus nuevas amas, CONAVIM.
Sería enorme pérdida que en los afanes de austeridad de la actual administración se perdiera un esfuerzo de más de 15 años, que no es del gobierno federal sino de los estados; y que representa logros con recursos muy reducidos frente a la magnitud de otras asignaciones que no tienen ni remotamente los mismos resultados que PAIMEF.
Si finalmente la guadaña alcanza a INDESOL, si concluye la “coinversión social” en este afán concentrador del actual gobierno, lo menos que se puede demandar es la preservación del PAIMEF. Al menos, el PEF 2022 lo conserva, aunque con un incremento marginal que ni siquiera alcanza a compensar la inflación. Pero resiste con menos recursos asignados que el programa de Refugios para Mujeres, “hermana” institucional en este esfuerzo de ejercer nuestro derecho a una vida libre de violencias.
Defensa necesaria
Este jueves habrá sin duda, numerosos eventos destinados a significar la lucha de las mujeres para hacer prevalecer la dignidad que como personas nos corresponde. Pero no podemos olvidar la importancia de defender a las estructuras institucionales, a los programas y las acciones que continúan cuando los reflectores de las fechas conmemorativas se apagan.
La prevención es indispensable; la atención a las víctimas de los diferentes tipos de violencia, también. No es una utopía demandar una sociedad que respete la dignidad de las mujeres, como tampoco lo es considerar que toda forma de violencia será sancionada cuando se manifieste.
Pero este 25 de noviembre, pongámonos como tarea fundamental preservar el programa de PAIMEF, con la conciencia y convicción que irradia su buena semilla a espacios de la administración pública en sus tres órdenes, que difícilmente podrán ser conquistados con una estrategia distinta al PAIMEF.
dulcesauri@gmail.com
*Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán