SemMéxico/ SURIANA RADIO/ CEPROVYSA.COM, Chilpancingo, Guerrero, 11 de octubre. 2024.- Sin cabeza visible en la convocatoria, solo ciudadana, acudió la población capitalina a sumar su clamor por la paz y la justicia ante el homicidio del Presidente Municipal Alejandro Arcos Catalán.
Fue una sola voz que se elevó para corear el nombre de “¡Alejandro, Alejandro, Alejandro!”, eran voces fuertes, no exentas de llanto, no exentas de indignación las que pedían justicia.
Pero también otra solicitud se elevaba “¡queremos paz, queremos paz!”.
En Chilpancingo no fue necesario enviar camiones de apoyo para movilizar a nadie. No fue necesario que alguna organización o ciudadanía en particular se adjudicara la convocatoria para esta marcha… era solo la llamada, como de las campanas de las Iglesias que convocan a todos y acude quien así lo quiere.
Así la marcha, solo fue saber que habría una y que el tema era la paz y la justicia para sumar su voz y su presencia.
Sin más armas que su indignación ante el homicidio de un joven positivo, productivo, empresario, político que honró la amistad, el respeto, la diplomacia, cientos de ciudadanas y ciudadanos capitalinos salieron a las calles, marcharon por las mismas calles por donde han marchado guerrerenses para pedir ayuda, y llegaron a la misma plaza cívica donde otras manifestaciones lo han hecho para corear el nombre del paisano, del amigo, de la autoridad y pedir por él justicia y por la sociedad paz.
Llegaron en su mayoría con ropa blanca, algunos con globos, en grupos pequeños que fueron sumando más de tres mil. Más de tres mil que no recibieron un lonche, que no recibieron un agua, porque la sed que los llevaba era superior a una gota que pudiera resbalar por los labios y saciar la indignación.
Indignación que se reflejaba también en las pancartas donde se leía “sin justicia no hay paz”, “justicia por Alejandro”, “Unidos por la justicia, unidos por la paz”, “que la paz sea una realidad y no tan solo un deseo” y también las que reflejaban el sentir general “No solo mataron a Alejandro, mataron las esperanzas de un Chilpancingo mejor”.