- Destacó su convicción de abrir una nueva época de igualdad de oportunidades para las mujeres.
Argelia Guevara
SemMéxico. Cd. de México. 26 de agosto de 2020.- En verdad que el primer y último informe de la aún presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, Mónica Fernández Balboa, tuvo forma y fondo.
La cita fue en el antiguo e histórico recinto de Xicontencalt. Asistieron representantes de toda la clase política, como miembros de la academia. Presentes Olga Sánchez Cordero, en representación del presidente López Obrador; Enrique Graue, rector de la UNAM, así como magistradas y magistrados. Y por supuesto legisladores de los diversos partidos políticos representados en el Congreso de la Unión.
Mónica Fernández Balboa hizo uso de todas las modernas tecnologías de la comunicación e hizo un resumen de sus actividades a través de un video, que se divulgó por las diversas plataformas.
En su discurso, la legisladora tabasqueña destacó diversos hechos. De entrada, su convicción de abrir una nueva época de igualdad de oportunidades para las mujeres e impulsar las mejores prácticas del Parlamento Abierto, la austeridad, la eficiencia legislativa y la integridad en el Senado.
Destacó de su trabajo legislativo el haber presentado 78 iniciativas y diversos puntos de acuerdo, para corregir las deficiencias, lagunas e imprecisiones normativas que tienen repercusiones negativas en la vida de las personas.
De su gestión política, la legisladora de la bancada de Morena, dijo que se han garantizado los derechos de las senadoras y los senadores y de los grupos parlamentarios, sin distinción de ninguna índole. En el seno del recinto parlamentario, “bajo mi presidencia, se escucharon todas las voces y, no menos esencial, se dio voz a las necesidades y demandas de nuestro pueblo mexicano”.
Especial énfasis dio a la cuestión de género para afirmar que ser mujer senadora, en consecuencia en esta histórica legislatura de la paridad de género, conlleva un doble compromiso: el de cumplir con México y con las mexicanas, lo que implica consolidar las reformas pendientes para garantizar una democracia con rostro femenino y con respeto a los derechos humanos de la mujer, pero de igual importancia alcanzar la justicia para ella.