- “Las estrategias de desinformación forman parte de la violencia estructural que se produce contra las mujeres”
- Coincidieron mujeres de diferentes ámbitos como las matemáticas, el periodismo, la comunicación política, o el activismo
SemMéxico/AmecoPress, Madrid 4 de febrero 2022.- Si bien la desinformación fue el tema principal tratado durante el conversatorio «Perspectivas feministas en la sociedad de la información», las diferentes formaciones y puntos de vista, así como propuestas de cada una de las participantes dieron lugar a un excelso repaso para conocer a fondo este término, de donde viene, quienes se benefician de él, así como problemas que pueda llegar a causar.
Antonia Morillas, presidenta del Instituto de Mujeres, organismo que organizó el seminario, dio pie al comienzo introduciendo a las participantes: Clara Grima, Rocío Santos Gil, y Cristina Perales García, que formaron la primera mesa enfocándose en ’La desinformación como arma para el desempoderamiento de las mujeres’. La segunda y última mesa tuvo como vocales a Eulalia Alemany Ripoll, Simona Levi, y Mª Ángeles Fernández, con ’Medios de prevención y protección ante la desinformación en la sociedad actual’ como tema principal. Morillas, compartió unas reflexiones iniciales: «Las noticias falsas, los distintos elementos que componen las estrategias de desinformación inciden no sólo en un proceso de pérdida de la calidad democrática, sino que forman parte de esa violencia estructural que se produce contra las mujeres, y que tiene dos propósitos, uno, que persigue generar una opinión publica contraria a las políticas feministas, de igualdad, y por otro lado silenciar y expulsar a las mujeres del espacio digital».
Las noticias falsas forman parte de la violencia contra la mujer, y en redes estas se ven acompañadas de otras formas de violencia como linchamientos, acoso digital, o insultos. El caso más sonado en la actualidad es el de la cantante ganadora del festival Benidorm Fest, Chanel. «Lo que distingue este tipo de violencia digital contra las mujeres de otro tipo de violencia es que los ataques no suelen basarse en una contraargumentación que cuestionen los discursos que se hacen en el feminismo, sino que por lo general suelen ser ataques que van directamente a cuestionar la valía de las mujeres o cuestionar su autoestima», defendió Morillas.
Ya comenzada la primera mesa, Clara Grima recalcó la importancia de los algoritmos hoy en día, que son los mecanismos que se encuentran dentro de la red y que tienen una relación directa con la desinformación. Por otro lado, mostró mediante gráficas la desaparición cada vez mayor de mujeres en las carreras de informática, que en su nacimiento contaba con una gran presencia femenina debido a la relación de esta con la mecanografía. Es concretamente en 2006, cuando empiezan a expandirse las grandes tecnologías, cuando se observa que el número de mujeres decae y más hombres empiezan a tener presencia en ese mundo. Esto se razona debido a que se dejan de relacionar las matemáticas con la docencia y cuenta con muchas más posibilidades y se asocia a trabajos que ofrecen mejor remuneración, competitividad y reconocimiento. Grima relaciona esta tendencia a la sociedad y educación de ese momento, «se educa a las niñas para hacer servicios a la comunidad», concluyó.
Por su parte, Rocío Santos, se centró en la función de la desinformación enfocada a la invisibilización de determinadas mujeres. Además, mostró como ejemplo el trabajo que se lleva a cabo en el medio del que forma parte, La Poderío, un medio de comunicación feminista y andaluz. Por otro lado, añadió otra visión sobre la desinformación, «La desinformación puede ser no informar, sencillamente, lo que reivindicamos es tener una agenda propia y construir otra forma de hacer comunicación.»
Para cerrar la primera mesa, Cristina Perales García defendió las redes sociales, «estas han permitido la participación de muchas mujeres en campañas, movimientos sociales, la defensa de una causa, que de otra manera no hubiera podido ser, se hubiera silenciado». También destacó la importancia del movimiento MeToo, que no se entendería sin la existencia de las redes y que ha tenido un seguimiento muy grande y apoyado. A su vez, reconoció que «en la actualidad, uno de los problemas de máxima preocupación a nivel internacional es junto con el desarrollo de los medios digitales, potenciar un problema de graves consecuencias, el discurso de odio sexista en línea, este es el vehículo para la perpetración de distintos tipos y modalidades de violencia de género, sexual, psicológica e incluso feminicida».
Por lo tanto, se entiende así la relación entre la desinformación existente en redes sociales y los discursos de odio cada vez más presentes.
Eulalia Alemany fue la primera participante de la segunda mesa y presentó un análisis realizado desde el Centro Reina Sofía sobre la adolescencia y juventud basado en el barómetro de género de 2021 además de la investigación sobre el discurso de odio hecho en el marco del proyecto No More Haters. «Es importante que no se retroalimenten los discursos de odio que hoy en día se expanden rápidamente en redes sociales. También denunciar y desactivar el interés por llamar la atención que tienen muchos de estos mensajes, y acudir a la justicia en última instancia y confiar en las instituciones».
La italiana Simona Levi compartió su opinión apoyada en una experiencia personal de la fundación de Xnet, una organización creada sobre derechos digitales e innovación democrática, «Una de las cosas importantes es comprender lo digital como una herramienta para mejorar la democratización y aprovechar las posibilidades que da y un enfoque importante es la idea de la asimetría, corregir la no simetría».
Respecto a la propia desinformación, que tiene una gran expansión con las redes sociales así como con Whatsapp, donde es mucho más difícil realizar un seguimiento del origen de un mensaje, Levi declaró «Se está generando un sesgo al hablar de la desinformación online como si esta surgiera con internet, esto hace que culpemos que la narrativa lleve a culpar a internet de la desinformación el discurso del odio etc. cuando no hay mayor discurso de odio, desinformación y agresión a la mujer que en los bares de toda la vida, y aun así no atacamos los bares como entidad sino que intentamos entender qué pasa en la sociedad para que en bares o internet sucedan ciertas cosas. En la narrativa entorno a la desinformación se tiende a decir que internet es el problema, lo cual es un problema. Lo que ha hecho internet es quitar el monopolio de la información y la desinformación a los grandes actores».
Por último, Mª Ángeles Fernández se centró más en la relación entre el propio periodismo y la desinformación. «Todos estos medios que trabajan por el fact-cheking creo que tienen que estar interiorizados en el trabajo diario, ¿Cómo vamos a hacer un periodismo sin fact-cheking, ¿cómo vamos a publicar informaciones sin comprobar si es cierto o no?» cuestionó.
Como conclusión, se muestra la urgencia y precisión de abordar estas cuestiones tratadas y desarrolladas desde distintas perspectivas pero que a su vez cuentan con puntos en común sobre las problemáticas actuales.
Foto: archivo AmecoPress, cedida por el Instituto de las Mujeres
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