Teotihuacan, asentamiento único en su tiempo por las estructuras corporativas

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  • Se pudo conocer la vida doméstica y rituales de las y  los teotihuacanos que dieron paso a las y los aztecas, a partir de las investigaciones de Linda Rosa Manzanillo.

Elda Montiel

SemMéxico, Ciudad de México, 1 de junio del 2023.- La gran ciudad de Teotihuacan, un asentamiento urbano único en su tiempo por la extensión de 20 kilómetros cuadrados y traza octogonal, y albergar una población multiétnica con base corporativa donde los grupos sociales eran más importantes que las y los individuos dejó una huella indeleble en la Mesoamérica del clásico y su colapso por un incendio cimbró la historia de la región.

Linda Rosa Manzanillo arqueóloga del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, en el simposio virtual de El Colegio Nacional junto con otros especialistas recrearon la vida los Coyotlatelco y Mazapa, las y los primeros habitantes que llegaron al complejo arqueológico de Teotihuacan después del incendio.

El simposio nace del proyecto “Estudios de túneles y cuevas en Teotihuacán”, dirigido por Linda Rosa Manzanilla, que inició en 1987 y abarcó de 1992 a 1995. La iniciativa indagó en lo que ocurrió después del incendio del centro de Teotihuacán, cuando llegaron los grupos epiclásicos y salieron aquellos que moraron en la urbe. “Los recién llegados conocidos como Coyotlatelco, por sus vínculos con el bajío, se establecieron tanto encima de la ciudad destruida como en los túneles al este de la región, así como al este de la pirámide del Sol, saqueando estructuras principales en la plaza de Xalla”.  

De acuerdo a las investigaciones arqueológicas la excesiva autonomía de aproximadamente 22 barrios respecto del gobierno central, es decir, la existencia de una élite gobernante austera y la presencia de nobles de rango medio administradores de los barrios, fue lo que pudo amenazar al estado teotihuacano. El incendio destruyó el palacio de Xalla y fue gracias a la excavación que se pudieron conocer actividades de subsistencia, manufactura y rituales de estos grupos que dieron paso a las y los aztecas.

Después de excavar extensivamente cuatro túneles al oriente de la pirámide del Sol para constatar su uso ritual, la colegiada encontró una visión completa de la vida doméstica de sus habitantes. “Las oquedades subterráneas, los espacios oscuros sugerentes de fantasías y mitos fueron para los pueblos prehispánicos muchas cosas, desde canteras de materiales constructivos, sitos de habitación, lugares de manufactura que requirieron, centros de reformulación del poder político, sitios de generación de agua sagrada y lugares de la muerte”.  

Para  los Coyotlatelco y los Mazapa, los huecos subterráneos tuvieron una connotación de oráculo, de lugares de origen y de vientre de la tierra productora de pueblos. Gracias a los estudios de carbono, de la fauna, de las vasijas y restos óseos encontrados.

En tanto para Laura Beramendi Orosco, investigadora del Instituto de Geología de la UNAM, las oquedades no eran cuevas naturales sino túneles generados por las y los teotihuacanos al momento de extraer materiales como tezontle para construir las grandes estructuras de la ciudad. Oquedades “que después fueron utilizadas por los grupos post-teotihuacanos desde el Epiclásico y hasta principios del Siglo XX”.  

La doctora en Ciencias Ambientales explicó que con los trabajos de excavación de los años 90, quedó claro que después del colapso teotihuacano hubo una ocupación del inframundo, es decir, de los túneles. “Había entierros y áreas de actividad tanto de grupos Coyotlatelco como Mazapa y viviendas en los periodos azteca”. Agregó que, de acuerdo con las evaluaciones cronológicas, el periodo Coyotlatelco inició 200 años después del colapso teotihuacano, pero no se puede descartar una presencia de habitantes previa.

Al tomar la palabra, Luis Barba Pingarrón, titular del Laboratorio de Prospección Arqueológica del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, respondió a la pregunta ¿Cómo se excavaron los túneles del valle de Teotihuacan?Detalló, en primera instancia, que la geología de este valle tuvo algunas etapas de actividad volcánica, misma que provocó una estratigrafía y una distribución de los materiales volcánicos para su utilización. “Basalto, tezontle, la toba y el suelo fueron los materiales (subterráneos) con los cuales las y los teotihuacanos construyeron su ciudad”.  

Comentó que para tener una idea de cómo se utilizaron los materiales en este valle, se puede observar la pirámide del Sol. Esta estructura tiene en su núcleo tierra suelta y en forma de adobes, la recubre tezontle extraído de los túneles y un aplanado de lodo con fragmentos tezontle. “El gran volumen de las estructuras teotihuacanas es la tierra recogida de la superficie del sitio arqueológico y la piedra que utilizaron principalmente fue el tezontle”.  

Subrayó que un elemento por el cual se pensó que había cuevas naturales en Teotihuacan, fueron los pilares de soporte de las cámaras excavadas. Los habitantes “necesitaron tener martillos de piedra para sacar ese material y cargar en las espaldas los bloques de material poroso y ligero. El aprovechamiento de estos elementos por el trabajo humano dejo cicatrices en el terreno. Para construir los muros de las unidades habitacionales hubo cerca de 200 años de excavación y perforación de túneles alrededor de la ciudad de Teotihuacan”, afirmó el experto.

Raúl Valadez Azúa, titular del Laboratorio de Paleozoología del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, habló de ¿Cómo cambió el aprovechamiento de la fauna después del colapso de Teotihuacan?Recordó que, dentro de la dinámica y organización de la ciudad, la élite gobernante controló el abasto de animales para su uso alimenticio, como los perros, venados y guajolotes; de manufactura, como el cocodrilo y el jaguar; y religioso, como el lobo, el coyote y el puma. “De ahí que ciertos taxa aparecen de forma constante y continua en las colecciones arqueozoológicas”.  

El doctor en biología agregó que, a partir del Siglo VII, el esquema teotihuacano terminó su vida como centro urbano y con la llegada de otros grupos con sistemas de subsistencia básicos, cambió de forma visible la fauna.

Sostuvo que, según los planos de tres de las llamadas cuevas, de las Varillas, del Pirul y del Camino, la colección arqueozoológica obtenida comprendió un total de 2 mil 845 individuos vertebrados y 211 moluscos. “En los túneles, lo humano y lo natural interactúo de manera continua durante varios siglos”. Detalló que el estudio de los materiales faunísticos permitió concluir que su presencia y características se relacionaban con varios factores naturales y humanos que actuaron en diferentes momentos, de acuerdo con su uso alimenticio y ritual. 

SEM/MG

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