Roberto Vizcaíno
SemMéxico, 20 de septiembre, 2021.- El encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la CELAC, del fin de la semana pasada en Palacio fue simple y llanamente un desastre.
De entrada pretender, como se intentó, usar a la CELAC para ejecutar y sepultar a la OEA, fue un malísimo chiste.
Quedamos -como país y gobierno- pésimo, no sólo con Joe Biden, sino con el Congreso, los capitales y empresarios, ciudadanos y el exilio cubano y latinoamericano en EEUU al afiliarnos abiertamente con los residuos socialistas y populistas latinoamericanos.
Decenas de memes y videos con reclamos y mentadas lo atestiguan.
Mal también con los gobiernos y los habitantes del resto del continente y Caribe porque el encuentro ni produjo unidad ni proyectos o acuerdos de desarrollo o bienestar, sino más confrontación y desunión.
Faltaron muchos. Los más importante. Los presidentes de Argentina, Brasil, Colombia, Panamá, Ecuador, Chile, ni pelaron el encuentro. En cambio vinieron tiranos como Nicolás Maduro y Miguel Díaz Canel que fueron duramente cuestionados y criticados por los presidentes de Uruguay Luis Lacalle y Paraguay, Mario Benítez.
Ahí el encuentro ideado por Ebrard y AMLO para posicionar al tabasqueño como líder continental, simplemente no cuajó sino todo lo contrario.
Peor nos fue con los pueblos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, y el resto de los populistas bolivarianos que nunca esperaron ver a un presidente como Andrés Manuel López Obrador dándoles la mejor de las recepciones, los lugares de privilegio y los mayores elogios a sus tiranos.
Bueno, ni que decir de lo que piensan y confirman mandatarios y ciudadanos del resto del mundo, en especial los Europeos, al ver como el mandatario mexicano no sólo mostró pequeñez, poco carácter, miedo escénico e incapacidad política en la conducción del encuentro sino una debilidad insospechada al dejarle a su canciller Marcelo Ebrard dirigir la reunión.
Con ello AMLO confirmó Ebrard como su “vicepresidente” de facto. Ya antes lo había apuntado al dejarlo encabezar el encuentro de Alto Nivel México-EEUU de hace unos 20 días con la vicepresidenta de EEUU Kamala Harris en la Casa Blanca en Washington.
Ebrard y AMLO mostraron más que “ingenuidad” -cosa que en mayores de 18 años se denomina de otra forma- al pretender impulsar la creación de una alianza, acuerdo continental similar al de la Unión Europea.
Sólo al plantearlo desvelan un absoluto desconocimiento de la historia.
La Unión Europea se origina en los Acuerdos de Maastricht donde los grandes líderes europeos luego de la Segunda Guerra Mundial idearon y construyeron una fórmula política y social, no económica (sus consecuencias son circunstanciales, no esenciales), para ponerle fin a los muy frecuentes y cruentos conflictos que se dieron a lo largo de 10 siglos entre esos países.
Nada que ver con la realidad latinoamericana.
En fin, puras ocurrencias e improvisación.
Monreal no pierde piso
Colocado frente a este y otros escenarios, Ricardo Monreal dijo ayer que lo que México necesita, es unidad, conciliación, progreso, desarrollo, seguridad.
“Hay que ver cómo reconciliamos en todos los niveles a la política, para que el país camine en unidad”, indicó.
Su pronunciamiento lo hizo desde Tepic, Nayarit al acudir a la toma de posesión del gobernador Miguel Ángel Navarro.
El llamado del zacatecano tiene que ver con que esta semana continua la Glosa y comparecencias en el Senado y San Lázaro al parejo de la disputa en ambas cámaras por las presidencias de las Comisiones legislativas.
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