- El feminicida de su hija está sentenciado, se trata del primer caso por ese delito en Oaxaca
- El proceso lleno de obstáculos que se traducen en dilaciones
Soledad Jarquín Edgar
SemMéxico, Oaxaca, 11 de abril de 2024.- La justicia parece no terminar su trabajo, dice Zoila Bengochea Espitia, madre de Dafne Carreño Bengochea, asesinada un 9 de abril de 2013.
Se trata del primer asesinato violento de una joven mujer juzgado como feminicidio, tipo penal aprobado en Oaxaca apenas un año antes, pero cuyo proceso se siguió mediante el viejo sistema de justicia mexicana.
– Yo digo que esto ya termine- dice sentada en la pequeña sala de su casa sin quitar la vista a uno de los muchos retratos que de Dafne hay en la casa.
– Los jueces deberían saber todo lo que como madres tenemos que pasar, tenemos un dolor para siempre, agrega con su mirada medio perdida entre las cosas que le recuerdan a su hija, asesinada por Alejandro Enrique Rivera López, ex pareja de Dafne.
Zoila Bengochea explica que a pesar de haber sido detenido por policías municipales muy cerca del edificio de departamentos donde se cometió el feminicidio, Alejandro Enrique ha tenido privilegios gracias a “los derechos que la ley le concede a los asesinos” y que se traducen en “obstáculos que prolongan los procesos judiciales”, explica la abogada Lourdes López Velasco, del equipo jurídico de la organización Consorcio Oaxaca, que ha dado acompañamiento a la familia de Dafne en estos 11 años.
En el recuento, de la organización no gubernamental enumera que el 11 de octubre 2017, en el Juzgado Cuarto de lo Penal en el Distrito del Centro, se dictó la primera sentencia condenatoria de 78 años de prisión contra Alejandro Enrique Rivera López.
Cinco años después el 27 de mayo de 2017, el mismo juzgado vuelve a sentenciar al feminicida Alejandro Enrique a 74 años, tres meses y siete días de prisión como responsable del delito de feminicidio agravado.
Y el año pasado, el 18 de enero de 2023 vuelve se confirma en segunda instancia la sentencia condenatoria contra el asesino de Dafne.
Ahora Zoila espera la reparación del daño para cerrar estos 11 años de ir y venir entre audiencias. Ya es tiempo que la justicia sea una realidad completa, apunta.
El feminicidio de Dafne, entonces una joven de 21 años, ha tenido un costo muy elevado para Zoila Bengochea, a quien el pesar por la perdida “le pasó la factura”, como ella dice, al sostener durante 11 años una incansable lucha, lo que ha representado que algunas enfermedades, como la artritis dificulten su vida.
“Quiero estar bien, curarme, volver a caminar como ante y trabajar sin que nada me lo impida. Quiero que esta pesadilla se termine”, dice en referencia a los últimos 11 años en los que ha tenido que enfrentar “demostraciones de fanfarronería” del victimario de su hija, así como la revictimización de algunos de los juzgadores con los que se ha topado y gobernadores, al menos tres, que han hecho promesas que no cumplen.
SEM/sj