2021: Un reto para democracia y la participación política de las mujeres

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  • 65 años después, el gran pendiente es erradicar la violencia política en razón de género
  • Tres especialistas coinciden en que es necesario hacer efectivas las recientes reformas

Soledad Jarquín Edgar

SemMéxico, Cd. de México, 4 de julio, 2020.- El reto es hacer cumplir los avances legislativos que garanticen la paridad y que castiguen la violencia política en razón de género en el próximo proceso electoral, coinciden las académicas Claudia Artlett Espino, quien además es consejera del IEE de Chihuahua; Leticia Paredes Guerrero, investigadora de la Universidad Autónoma de Yucatán, y Guadalupe Ramos Ponce, activista feminista y académica de la Universidad de Guadalajara.

A 65 años desde la primera vez en que las mexicanas acudieron a ejercer el llamado “voto universal”, para SemMéxico y por separado, las tres especialistas hacen un balance de los logros políticos de las mujeres, reconocen los avances en materia legislativa y señalan que el reto fundamental para el próximo proceso electoral intermedio es, sin duda, erradicar la violencia política en razón de género, tipificada en el ámbito federal y homologada, hasta hoy, en 19 estados del país.

La consejera del Instituto Estatal Electoral del Estado de Chihuahua y académica de la Universidad de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Claudia Arlett Espino, recordó que México fue uno de los últimos países de América Latina en “permitir” (porque así lo consideraron entonces) el voto universal en 1954 y su consumación un 3 de julio de 1955, es decir, hace 65 años.

Ciudadanía de las mujeres

Hecho que vino acompañado de otro elemento fundamental e histórico que fue que las minorías partidista o plurinominales también estuvieran representadas en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, una decisión del único partido en el poder de abrir la democracia mexicana, que junto con el voto de las mujeres, le permitiría, incluso, mantenerse en el poder, explica.

Así, añade, 43 legislaturas después, por primera vez las mujeres fueron a votar, pero fue hasta la reforma política de 2014 cuando, finalmente, pudieron hacerlo en condiciones de igualdad, antes estuvieron sometidas y pasó un largo proceso de cuotas, resultado también de una inercia latinoamericana.

En el intermedio de ese camino, recuerda que en 1992 en Atenas, Grecia, mujeres del mundo, incluso de México, “inventan” la democracia paritaria, es ahí donde nace la idea de mitad y mitad.

En esa misma década, añade, los organismos internacionales presionan a los países para que sus acciones de gobierno contemplen la perspectiva de género, bajo una amenaza velada, pues era requisito para acceder a los préstamos internacionales. De igual forma es en esa década cuando nacen los organismos autónomos como el entonces Instituto Federal Electoral, hoy Instituto Nacional Electoral.

Hasta el nuevo milenio, por otra parte, aparece un momento importante para los pueblos indígenas, cuando se reconoce en la constitución la pluralidad étnica, dice Claudia Artlett Espino, de origen Rarámuri, quien destaca que en 1993 los movimientos de mujeres indígenas chiapanecas delinean o definen su participación en el EZLN y que posteriormente dará pasó a la participación política de las mujeres.

Sin embargo, aún no era suficiente. Faltaba la paridad electoral que llegó en 2014 y en 2019 la paridad en todo… “y con ello se nombró en 2017, la violencia política en razón de género”, hoy tipificada en 19 entidades mexicana.

Los segundos lugares y la violencia política

Para la integrante del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi, de la Universidad Autónoma de Yucatán, Leticia Paredes Guerrero, el reconocimiento de la ciudadanía de las mexicanas con la modificación al Artículo 34 de la Constitución (1954) y el posterior ejercicio al derecho al voto (3 julio de 1955), nos reconoce como humanas y dejaríamos de ser una “extensión más de la casa”, por lo que esta fecha emblemática tiene infinidad significados simbólicos.

Especialista en la Participación Políticas de las Mujeres en Yucatán, Paredes Guerrero, sostiene que se ha tenido que trabajar mucho para que esa ciudadanía sea real y destacó los avances legislativos formales a partir de las acciones positivas como las cuotas de género y las recientes reformas de paridad en la participación policía y en el ejercicio del poder público en todos los niveles de gobierno.

Sin embargo, hay aspectos en los que no se ha avanzado, pues las mujeres ocupan “segundos lugares” o se enfrentan a la violencia política en razón de género, un obstáculo que ha existido siempre pero que fue visibilizado plenamente en el pasado proceso electoral. “Es el techo de cristal ejercido por los propios partidos políticos, la sociedad y los grupos de poder para que las mujeres no lleguen a posiciones de mando”, de ahí que en 2018 se escucharan voces masculinas asegurando que con la paridad “las mujeres les quitaron los lugares que a ellos les correspondían”.

La doctora Paredes se refiere a un estudio realizado recientemente entre regidoras yucatecas que le permitió observar que muchas veces son destituidas por el presidente municipal, se les paga menos, no se les da información de las situaciones que tienen que saber por el cargo que representan o solo firman papeles, lo que impide que hagan un buen papel, aunque ellas quisieran y que son obstáculos para el avance formal de las mujeres en política.

Otro reto a vencer es en aquellos casos en que las mujeres se desempeñan como “abejas reinas” o “mujeres símbolos” que creen que nos representan a todas y no siempre es así, por el contrario, obstaculizan la llegada de otras mujeres, no son sororarias y carecen de perspectiva de género.

Estamos, dice la especialista, en una carrera meteórica que inició apenas en 1988, año a partir del cual se producen el mayor número de cambios importantes en términos formales.

Por último, indica que la participación política de las mujeres en igualdad de condiciones debe responder a un acto de justicia –somos el 52 por ciento de la población-, es un acto de democracia –porque tenemos que estar representadas como humanas-, y tercero porque la presencia de las mujeres, al menos en teoría, -potencia la posibilidad de generar políticas públicas, leyes y otras acciones para favorecer la vida de las mujeres-.

Una celebración

Para la también integrante del CLADEM Jalisco, Guadalupe Ramos Ponce, consideró que este 3 de julio es un día de conmemoración y de celebración, por un lado, el 65 aniversario del voto de las mujeres se da a la par de las reformas políticas que tipifican la violencia política en razón de género y que ha sido homologada por 19 entidades del país, incluyendo Jalisco.

Sin embargo, coincide Paredes Guerrero y Espino en el sentido que la presencia de las mujeres en el ejercicio de su derecho a ser votadas, ha derivado en múltiples actos de violencia contra precandidatas, candidatas y funcionarias públicas.

Dijo que el reconocimiento constitucional de la violencia política en razón de género, alcanza también a defensoras de derechos humanos y periodistas.

SEM/sj

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