La investigación que Takeshi Hirayama publicó en 1981 era incuestionable. El epidemiólogo había seguido de 1966 a 1979 a 91 mil 540 esposas no fumadoras de 40 años o más, en 29 centros de salud distritales en Japón, y relacionado sus tasas de mortalidad por cáncer de pulmón con los hábitos de fumar de sus esposos.