- Sus recetas las heredó de sus ancestras
- La cocina y la cultura oaxaqueña requieren mayor difusión
Mary Tere Soto Schepers
SemMéxico/Ceprovysa, Cd. de México, 27 de septiembre, 2021.- No tiene título universitario, tampoco realizó sus prácticas en restaurantes con estrellas Michelin, pero sus recetas las heredó de sus ancestras, y se ha encargado de preservar los sabores de su región, su nombre es Abigail Mendoza, y aunque no es la única cocinera tradicional de Oaxaca, es una de las más conocidas en el extranjero, una de las que han conquistado al mundo.
El nombre de esta mujer no sólo es sinónimo de cocina zapoteca, es sinónimo de México, de empoderamiento y de fuerza interior. Porque, además de dominar los fogones es una exitosa empresaria, una mujer que siempre soñó con tener su restaurante, y no solo cumplió ese deseo, la cocina la ha llevado a volar más alto.
Orgullosa de sus raíces, de su gente y de su oficio, Abigail señala que está satisfecha con lo que ha logrado, pues “muchos conocen Oaxaca”, sin embargo, señala que todavía hay bastante por hacer. En su opinión la cocina y la cultura oaxaqueña requieren mayor difusión, porque pertenecen a un estado que vive del turismo, y eso es un trabajo constante.
Con su característico chongo, su delantal, la sencillez que la delata y su contagiosa sonrisa, Abigail se muestra satisfecha de que en Oaxaca se lleven a cabo eventos como el tercer Encuentro de Cocineras Tradicionales, en el que participó, pues a su parecer es una forma de manifestarse, de decirle a México y al mundo entero “¡aquí estamos, aquí está nuestra cocina, nuestra identidad!”.
Además de compartir recetas que han llegado a manos de las cocineras de generación en generación, guisos que son únicos de su tierra, preparados con ingredientes cultivados por ellas mismas con gran respeto, porque además, para ella, como zapoteca, la felicidad también se encuentra en la comida, y en compartirla con los suyos.
Y dijo: “Para una mujer zapoteca la comida es alegría, y esa alegría la compartimos en la mesa con nuestra familia, porque para nosotros la familia es lo más importante y nos esforzamos porque sea feliz”.
“El sagrado chile atole es para nosotros una bebida de fiesta. Nosotros en Teotitlán del Valle lo preparamos para la fiesta máxima del pueblo que es el primer miércoles de julio, o la fiesta de los fieles difuntos, entre otras. Solo se hace en ocasiones especiales porque su receta es muy minuciosa”.
En ese encuentro participaron 60 cocineras de las ocho regiones del estado, quienes presentaron 240 platillos entre los que se pudo degustar está la sopa de piedra, el mole de caderas de la Mixteca, el mole de chicatana y los tamales de iguana, así como bebidas tradicionales.
En este encuentro las cocineras no solo demostraron su saber gastronómico, sino que también mostraron sus hermosos huipiles, que fueron el marco perfecto para sus platillos.
SEM-Ceprovysa