Lisandra Fariñas
SemMéxico/SEMlac, La Habana, Cuba, 19 de junio del 2023.- Estimular una conciencia académica, profesional y activista que ponga coto al silencio sobre las mujeres negras es para la escritora e investigadora cubana Daisy Rubiera Castillo, un paso esencial en el camino de poner coto al silencio histórico que ha existido sobre ellas.
«En la falta de visibilización de las mujeres, la invisibilización de las mujeres negras ha sido casi total», dijo Rubiera Castillo al intervenir en un conversatorio este 15 de junio en la sede de Nosotrxs, proyecto de activismo afrofeminista en La Habana.
La charla, organizada para celebrar su cumpleaños 84 y su obra como activista contra la discriminación y el racismo, sirvió de escenario para divulgar el quehacer de esta intelectual y activista, quien también es licenciada en Historia.
«Soy una mujer común», afirmó Rubiera Castillo, quien confesó haber sufrido discriminación y violencia durante su infancia y su adolescencia.
«En algunos casos esa discriminación fue intrafamiliar, porque mi padre fue blanco y mi mamá era negra. Nos quiso mucho, porque nunca se separó de nosotras, pero no supo cómo expresar el amor que sentía debido a los prejuicios que tenía sobre la problemática racial y eso lo hizo infeliz a él y también a su familia», relató.
Los prejuicios y la discriminación asociados al color de la piel se reflejaron en la vida de esta escritora, cuyas investigaciones y libros de su autoría han puesto de manifiesto los estereotipos que pesan sobre las mujeres racializadas y las múltiples violencias que las interceptan.
Dar voz a las mujeres negras, un proyecto de vida
En la relectura de la historia -a partir de su vinculación laboral con el Centro Cultural Africano «Fernando Ortiz», en la provincia de Santiago de Cuba, a 870 kilómetros de la capital- la investigadora constató la constante omisión a las mujeres negras.
«Comencé entonces un proyecto para visibilizarlas, uno muy personal», dijo Rubiera Castillo, y señaló que para su avance en este camino le valió de mucho haber pertenecido a la Asociación de Mujeres Comunicadoras (Magin), que se creó en La Habana en la década de los 90. «En ese proyecto se trataba de permear la comunicación con enfoque de género», sostuvo.
Con todas esas herramientas nació en 1997 el libro Reyita sencillamente, donde se aborda la discriminación desde diferentes aristas, entre otras por ser mujer y ser pobre, que vivió su mamá, protagonista del libro.
«Desde el testimonio, desde la identidad feminista y la identidad racial, traté de romper con todos los estereotipos negativos que se le estaban acreditando a las mujeres negras en la literatura histórica del país. Reyita no era una subalterna, no era una bruja, no era todas esas cosas que les achacaron; era una mujer capaz de enfrentar todos los retos que la vida le puso por delante», señaló.
«Para mi satisfacción el libro de Reyita fue muy bien recibido, publicado en varias provincias, y como fue finalista del concurso Casa de Las Américas, la institución debía su publicación, algo que ocurrió 15 años después», contó la investigadora.
En la búsqueda de esa nueva conciencia académica profesional que dé voz a las mujeres negras, Rubiera Castillo fundó, junto a otras compañeras como la teatróloga, narradora, feminista y activista Inés María Martiautu Terry, el grupo Afrocubanas, con el propósito de visualizar el pensamiento afrofeminista cubano.
«Es un proyecto que respeta y toma en consideración todo lo que otras mujeres negras habían venido haciendo desde el siglo XIX en la lucha por la identidad racial, por su libertad, por sus derechos sociales; que abarca todos esos objetivos de lucha contra la discriminación racial, de género, religiosa, un proyecto liberador y cuyo nombre es capaz de aglutinar todo esto», dijo.
De ese proyecto nació el libro Afrocubanas. Historia, pensamiento y prácticas culturales (2011), una compilación de textos que incorporan a la historiografía de la nación caribeña investigaciones novedosas sobre la problemática racial en Cuba.
«Las mujeres negras en la literatura cubana aparecían siempre como subalternas, como pasivas… Había que demostrar también que ellas hicieron muchos aportes a la sociedad, a la economía, a la cultura y a la política de este país -de lo que se habla poco-, y de ahí nació la idea de Afrocubanas», señaló.
En su opinión, este es un libro fundacional, «que reúne el pensamiento de todas y cada una de nosotras, de las que lo preparamos, de las que lo escribieron y de las que nos precedieron», afirmó Rubiera Castillo.
La escritora se refirió, además, a su texto Bordeando la memoria, donde se entrevista a la poeta Georgina Herrera.
«En este libro Georgina y Reyita tienen mucho en común. La narrativa de estas dos mujeres permite al lector ubicarse en cómo funcionaban la discriminación y el racismo antes y después del triunfo de la Revolución. Pero, además, el testimonio de ambas nos permite ver cómo podemos romper con todos esos estereotipos. Nos brindan una mirada hacia América Latina y el Caribe y aportan, mediante estas historias, a la revalorización de las mujeres negras», comentó.
A juicio de Rubiera Castillo, los afrofeminismos cubanos hoy necesitan tomar entre sus referentes a todas las mujeres negras de la historia nacional.
«Desde las cimarronas, las mujeres en las sublevaciones esclavas, las del movimiento de los independientes de color, las de las luchas por las asociaciones negras, todas aquellas que han tenido un pensamiento femenino negro, en todas las etapas y en todos los momentos de la lucha. Este pensamiento siempre ha estado renovándose», consideró.
Rubiera Castillo insistió en que el activismo afrofeminista necesita tomar en consideración todos esos referentes, que no son solamente cubanos. «Hay referentes norteamericanos, latinoamericanos, caribeños…. Nosotros no somos solamente Cuba, somos parte de esa Afroamérica, y como tal tenemos que nutrirnos para poder seguir avanzando desde el contexto social nuestro», dijo.
Para esta activista es indispensable que no sea la academia el único lugar desde donde se libre la lucha contra el racismo. «Esa batalla hay que ganarla también en las comunidades, porque los prejuicios raciales están latentes», y en ese objetivo el feminismo es medular, subrayó.
«No se olviden que para ser afrofeministas, así de manera individual, primero hay que ser feministas. Es dentro del feminismo donde tenemos que hacer la batalla», dijo.
«Si no se toma en cuenta las especificidades de las mujeres negras cubanas, el nuestro va a ser un feminismo con más debilidades que fortalezas y no vamos a avanzar nosotras tampoco. Por lo tanto, desde ahí es la lucha, para lograr ocupar el lugar que nos corresponde, para tener la voz que nos han quitado y que nos siguen quitando. Todavía a Cuba le falta mucho para lograr una equidad racial y ser un espacio más equitativo, más igualitario, más justo y más feliz», afirmó Rubiera Castillo.
SEM/MG
