Moisés Sánchez Limón
SemMéxico, Cd. de México, 7 de diciembre, 2021.- Y que se le acaban los datos de historia patria. ¿Le falló la asesora?
¡Caray!, no podía ser la excepción en esto de la honestidad valiente y la victimización como eje rector en la construcción de la figura del Patricio, heredero de la estirpe privilegiada que superó todo tipo de obstáculos como autor, beneficiario y operador de la industria de la protesta. Veamos.
Al abrir semana, Su Alteza Serenísima Andrés Manuel I aparece en vivo y a todo color como impoluto y soberanamente honesto y ¿sabe usted por qué? ¡Porque él lo dice!
Y descalifica a quienes osan decir lo contrario, aunque no puede negar que en esos días en que presumía que estudiaba en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, era un terco aspiracionista que soñaba con ser gobernador de Tabasco pero era un joven fifí priista.
Y ni qué decir de sus colaboradores y ex colaboradores, también disfrazados de proletarios y acusados de corrupción pero que están en su corazón. A estos personajes no se les toca ni con una foja de expediente judicial.
¿Recuerda usted el escándalo de corrupción en eso que se llama Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado? Absoluta impunidad, nadie en prisión.
¿Usted ha olvidado el enriquecimiento inmobiliario del director general de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz?
¿Por qué no se procedió contra Irma Eréndira Sandoval Ballesteros y su consorte John Ackerman que se hicieron de diversas propiedades que nunca habrían podido adquirir con sus ingresos como académicos en la UNAM?
Y, vaya, vaya, ¿por qué no hay un solo detenido y consignado por la presunta corrupción que, acusa el propio Duce, determinó cancelar la construcción del Aeropuerto Internacional en la zona del ex lago de Texcoco?
¿Por qué sólo Rosario Robles Berlanga y Emilio Lozoya Austin están en prisión? Bueno, bueno, en el caso de Rosario es un asunto de venganza personal y, en el del exdirector de Pemex finalmente pisó el reclusorio merced a un exceso de soberbia personal que, de paso, evidenció los acuerdos supra judiciales del licenciado presidente.
¿De qué presume Su Alteza Serenísima? Dice la economista, ex guerrillera urbana y ex legisladora Rosa Albina Garavito Elías que, en efecto, al licenciado López Obrador no le ha movido enriquecerse en el ejercicio político desde la oposición. ¡Caray!, pues oculta muy bien esa condición, porque Andrés Manuel no ha vivido, en ningún momento de su existencia como un pobre asalariado ni burócrata de medo pelo.
Y eso de cambiar la residencia presidencial de Los Pinos por el Palacio Nacional, ¿es o no aspiracionista? Porque cambió el status de Presidente por el de Su Alteza Serenísima que se merece un Palacio.
Mire usted, el tema viene a colación por esta larga explicación que tuvo brochazos de justificación de aquellos pecados cometidos por él y sus colaboradores cuando jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. Fue como una apuesta a la amnesia nacional. Ya ni qué decir del Tsuru.
Se asume perseguido y victimiza a René Bejarano y a Gustavo Ponce Meléndez, secretario particular y secretario de Finanzas, respectivamente, cuando jefe de Gobierno del DF, quienes pisaron prisión como huéspedes distinguidos, uno por recibir lana de Carlos Ahumada y el otro pillado en Las Vegas, gastándose la lana que era de los contribuyentes capitalinos.
¿Privilegios para los corruptos amigos colaboradores de Su Alteza Serenísima? Nada nuevo. A René Bejarano Martínez le dieron trato especial en el Reclusorio Preventivo Sur durante ocho meses; salió de prisión el 6 de julio de 2005 mediante una fianza de 171 mil pesos.
Y Ponce Meléndez, aunque no le fue igual que a René porque piso la cárcel de alta seguridad del Altiplano, brevemente, pero estuvo bien tratado en el Reclusorio Preventivo Norte desde el 22 de agosto de 2011 y hasta el 14 de marzo de 2014. Y colorín colorado, la historia lopezobradorista los absolvió.
Finalmente honestos como el honesto de su amigo, jefe y cómplice que, en la mañanera del inicio de semana se despachó con el autoelogio y presumió sus vastos conocimientos de historia y concluyó que Porfirio Díaz Mori fue un corruptazo.
Así, señoras y señores, recuperó pasajes de su historia personal y descalificó a esta investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, en la que demuestra que Alejandro Esquer Verdugo, su actual secretario particular, y Denis Zaharula Vasto, actual encargada de las finanzas de la Presidencia de la República, formaron parte de este carrusel hormiga de depósitos bancarios para supuestamente ayudar a damnificados de los sismos de 2017, pero en realidad se destinaron a apoyar a candidatos de Morena.
El licenciado presidente se defendió como gato boca arriba y, por supuesto, se victimizó. Lea usted.
“Entonces, en el 18 cuando la campaña se hizo una denuncia. El INE, que son muy cercanos a nosotros, muy amigos –ironizó–, hicieron la investigación, llegó hasta el tribunal, y las tomas de donde está recogiendo el dinero o entregando el dinero se las pidió el INE y el tribunal al banco, y ahora un periodista corrupto, Loret de Mola, da a conocer las tomas de la cámara del banco. Esta información la tenía el INE o el tribunal electoral”.
¿Duele? Su Alteza Serenísima admitió que le ha dolido, como le dolió el desafuero, del que por cierto lo salvó el entonces presidente Vicente Fox, pero Andrés Manuel no lo admite, él dice que lo salvó el pueblo bueno. Dice.
Interesante manera de auto exculparse; ¡claro!, gracias a las preguntas a modo de integrantes de la barra mercenaria que le llevan denuncias y propuestas, aunque ahora descubrió el hilo negro y tomó como ejemplo la acusación contra el senador Julio Menchaca, aspirante a la candidatura de Morena al gobierno de Hidalgo, de la grilla que se ha soltado vía asistentes a la mañanera, para golpear y descalificar a políticos.
En el pecado lleva la penitencia el Duce. Él dio pauta a este carrusel de la vendimia de información y favores en ese espacio que está lejos de ser una sala en la que se dicten conferencias de prensa, porque es el mercado del truque y la exhibición de miserias políticas, el cobro de facturas y la estigmatización del contrincante.
Pero, bueno, decía que el historiador Andrés Manuel López Obrador, papel que le encanta a Su Alteza Serenísima, se le acabaron los datos de la historia patria, o de plano le falló la asesora. Lea usted.
–Sí, vamos a tomar en cuenta a Nacozari para una próxima visita, sí tengo ganas de regresar. Ya he estado varias veces, me he quedado a dormir ahí en Nacozari, ese pueblo histórico, además de un héroe… ¿Cómo se llama? —preguntó el Duce. Olvidó hasta el corrido que hay de ese héroe. Pero…
–Jesús García—le sopló un asistente.
–Jesús García, sí, que dio su vida por salvar a todo el pueblo, un ferrocarrilero—añadió el sabelotodo. Pobre, Andrés Manuel, pobre. Digo.
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