Fundación María Cárdenas aspira a ser referente en la promoción de la igualdad

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Un proyecto en honor de  María Cárdenas de Malpica, quien  dejó un legado a favor de los derechos humanos 

Testimonios de 3 beneficiarias del proyecto creado para mujeres mayores de 50 años 

Sara Lovera y Laura Romero Gómez

SemMéxico, Ciudad de México, 15 de abril, 2023.-La historia del Centro Universitario doctor Emilio Cárdenas (CUDEC) es particular porque en él se están cumpliendo los sueños de mujeres que a sus más de 50 años, estudian una carrera universitaria. 

El CUDEC abrió sus puertas en 1974 en Tlalnepantla, Estado de México, gracias al empuje de la destacada abogada y pedagoga doña María Cárdenas de Malpica, cuya filosofía de vida estaba enfocada en forjar una sociedad más justa, en la que todas y todos tuvieran las mismas oportunidades. 

El nombre del centro educativo es en honor al padre de María Cárdenas, que fue un reconocido médico y benefactor. 

Siguiendo sus pasos, su nieto, Alfonso Malpica Olvera, instituyó la Fundación María Cárdenas en 2017, que prolonga el legado de su abuela otorgando becas educativas a mujeres de más de 50 años para estudiar la carrera de derecho.

Con 58 años, María Elena Chávez está realizando el sueño de su vida y con orgullo dice pertenecer a la familia CUDEC. 

Quienes cursan sus estudios en este centro, consideran a María Cárdenas una pionera en la lucha de la igualdad entre mujeres y  hombres.

“María Cárdenas es la abuela del ingeniero Alfonso Malpica Olvera, a los 50 años inició la carrera de derecho porque quería apoyar a muchas personas recluidas”, relata María Elena.

Doña María pagaba a abogados para que ayudaran a los reclusos que no tenían dinero o a los que no habían cometido delitos graves; sin embargo, ella decidió estudiar derecho para ya no pagar más; terminó la carrera de derecho y así apoyó el doble o el triple a las personas que están en la cárcel.

La vida de muchas mujeres que estudian en el CUDEC no es muy diferente de la de millones de mexicanas, que enfrentan carencias económicas, falta de educación escolar y violencia.

María Elena se define como una mujer de mucho trabajo. A pesar de que faltaba el dinero en su casa en donde había nueve niños, logró estudiar tres años como enfermera general técnica.

Uno de sus objetivos terminando la carrera es hacer un bufete de abogados para apoyar a todas las mujeres que no tienen con qué pagar una defensa y ayudarles; “hay muchos inocentes dentro de las cárceles; a veces elegimos un mal camino pero nunca es tarde para reivindicar”, dice convencida María Elena.

La Fundación María Cárdenas aspira a ser un referente nacional en la promoción de la igualdad entre mujeres y hombres. Su propósito es que el CUDEC sea cuna de lideresas y agentes de cambio, capaces de generar un impacto positivo y duradero no solo en Tlalnepantla sino en todo México. 

Un grupo de mujeres posando para una foto
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Todas y cada una de las mujeres de más de 50 años que estudian Derecho en el CUDEC se sienten orgullosas de sus logros y son generaciones empoderadas que están demostrando que la edad no es un impedimento para seguir creciendo.

María Salomé Aguilar Guerrero, de 57 años, está en la primera generación de la carrera. “Tengo una asociación civil que se llama Mujeres Mano en Acción AC, está en Tlalnepantla. La asociación se formó hace 12 años, éramos un grupo de mujeres que veíamos problemáticas dentro de nuestras comunidades y de nuestra propia familia y surgió con la idea de empezar a resolverlas”.

Atendemos tres programas integrales: uno que se llama Entre nosotras que trata temas de prevención de violencia con perspectiva de género; otro Alimentando familias, con el que atienden 600 familias en el Estado de México con alimento de recuperación y por último  uno que se llama Pancitas llenas, donde atienden niños de seis a 12 años y se les apoya con despensa de productos básicos.

Salomé llegó a la Fundación María Cárdenas gracias a una invitación. Se considera una mujer rebelde, echada para adelante. Terminó la secundaria y preparatoria “ya adulta”.

Los estudios que está realizando  los considera una “muy buena oportunidad” porque en esta etapa de nuestra vida prácticamente ya terminamos con las responsabilidades de los hijos.

“Ser abogada me va a servir demasiado para los temas que trato como asociación; en el transcurso de la vida adquirimos ciertos conocimientos en la práctica pero ahora los estamos respaldando con toda la teoría”, explica Salomé.

Entre las cosas que destaca Salomé es que la universidad es de renombre y una de sus características es que es humanista, “además de darle oportunidad a muchas mujeres que de otra forma en otras circunstancias no hubiera podido haber logrado este anhelo de terminar una carrera”.

Para Salomé, cada una de las mujeres que están estudiando  van a salir a replicar no sólo como abogadas sino como personas. También espera que esto contribuya a bajar la violencia que hay contra las mujeres en el país.

Salomé es una mujer que habla con las señoras de algunas colonias, a quienes les preocupa la violencia en la que está viviendo la niñez. Considera que para lograr algo o incidir en la sociedad se tiene que empezar por lo local, si no, dice, no hay avance.

A Salomé la marcó la muerte de su marido quedándose con seis hijos. Se casó a los 15 años, no tenía estudios, y se dijo a sí misma: “o me pongo en una banqueta a llorar y ver quién solucionaba mi vida o tomo las  riendas de mi vida y lo soluciono”.

De ahí su profundo agradecimiento al ingeniero Malpica que haya tenido esta iniciativa “porque no es fácil realmente manejar grupos de mujeres de 50 y más en donde todas tenemos un carácter, una vida, ya hechas con patrones ya establecidos, no es fácil y sin embargo aquí estamos”.

Mónica López López, de 52 años

Me dedico a dos cosas, mi primera carrera es contadora pública, y eso lo ejerzo en un grupo industrial como gerente administrativo que se llama Grupo Industrial. También soy terapeuta de la corriente Gestalt, me especialicé en desarrollo humano y doy terapia, esas son las dos actividades que tengo de trabajo.

¿Cómo fuiste a dar a la fundación, si tú tienes dinero para ir a la Ibero?

Ese no es el tema. Dentro de las cosas que he coincidido con la Fundación, al estar dando terapia me involucré mucho con las constelaciones familiares, entonces una de las corrientes que tiene la escuela en donde estudio y donde he avanzado en mi proceso personal fue en las constelaciones, por esa razón es que yo coincido con CUDEC, con la Fundación, así es como la buena vida, este buen camino me llevó a ello.

He conocido ahí a otras compañeras que hacen labor social y con una de ellas que tiene también una fundación, armo talleres gratuitos a mujeres que como yo fueron víctimas o tienen algún proceso de violencia, por esa razón yo estudio para ser terapeuta por mi propio proceso personal. Soy una sobreviviente de abuso sexual y entonces los caminos me llevaron a estudiar este tipo de cosas. 

Grupo de personas posando para una foto
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Historia personal:

 Cuando era niña, viví abuso sexual en la casa de mis padres de parte de una prima y de un tío, y ese fue el inicio de esto y por lo mismo fui criada en un ambiente de alcoholismo y de violencia, me crío mi padrastro porque mi papá muere y en ese ambiente, de esa familia hay un contexto de abusos sexuales, violencia y por añadidura de alcoholismo.

¿Esto te permitió no solo ser sobreviviente sino darle una salida a tu vida, que es lo que se llama empoderamiento, eso es en realidad el empoderamiento. La herramienta del derecho cómo la ves, cómo te va a servir?

R- Es como una base para lo que yo quiero. Yo le encuentro mucho sentido ahora a mi vida, como unir mi formación como terapeuta y ahora el derecho para darle un peso a la hora de acompañar a mis pacientes. 

Empoderamiento “me hacía falta esta mirada, ahora puedo decirle por su nombre a las cosas. Sabes qué es un delito, yo te puedo acompañar en esto pero también puedes acercarte al ámbito legal y… también velar por la igualdad, por el derecho del que muchas mujeres no saben qué hacer.”

S: Si, aunque también hay que sanear el sistema de justicia.

R: Por supuesto, estoy totalmente de acuerdo contigo y es super doloroso porque me ha tocado escuchar pacientes que les hicieron perdedizo el expediente y qué tristeza porque acceder a la justicia es todo un proceso y un tema también. 

S: En ese sentido ¿cómo valoras este trabajo de la fundación?

R: Me parece digno de aplauso y que es un lugar que tiene mucha sororidad  porque recuerdo cuando nos regalaron un libro de derecho que hablaba del derecho humano de María Cárdenas.

R: Sí, entonces esta mujer a los 50 años dice voy a estudiar derecho y escribe sobre el derecho humano y me parece que fue pionero en este sentido y creo que impacta en mi vida pero impacta en muchas vidas.

Gracias a ella, se abrió este canal para que muchas mujeres se abran paso “a mí me abre el camino 180 grados, con cada cosa que nos van enseñando, desde sanear nuestro sistema familiar, desde traer personas del extranjero para que nos capaciten, la verdad es que es un lugar de bondad, de mucha luz.

R. Claro, con esta otra mirada. Por ejemplo recientemente hicimos un trabajo sobre las razones de por qué las mujeres competimos, por qué esta rivalidad y a mí me abrió el ojo totalmente a pesar de la formación que tuviera, qué bonito entender  cómo nos ha impactado el patriarcado, cómo no había un espacio para que a las mujeres se nos permita competir, para que no nos miremos mal unas a otras, en sororidad.

R: Tengo una mirada diferente, antes de conocer esta parte de la sororidad, esta parte de impulsar a la mujer, soy otra a partir de que leo todo este tipo de información, sí me cambió y  me sorprendió que aun siendo terapeuta cuando lo que te hace al ser terapeuta es … y a pesar de que yo lo he trabajado me pude ver perfecto en actos de misoginia, siendo honrada conmigo misma.

S: Y qué piensas hacer además de incorporar a tu trabajo este conocimiento que te ha dado la fundación?

Me veo empoderando mujeres, haciendo esta labor que conozco desde la aceptación incondicional, acompañando mujeres que lo necesitan, el empoderamiento pero ya dejarlas bien listas para avanzar en lo importante que es también poner un límite y justicia.

Un grupo de personas posando para una foto
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Un grupo de personas en una sala
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Un grupo de personas con traje formal
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Un grupo de personas de pie
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