La crisis climática impide el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva a mujeres y niñas
La discriminación estructural hace que mujeres y niñas corran riesgo de sufrir efectos nocivos por el cambio climático
SemMéxico/AmecoPress, Madrid, España, 13 de noviembre, 2021.- El cambio climático presenta efectos devastadores sobre la consecución de derechos humanos en países en vías de desarrollo, como los derechos a la salud, a la alimentación, al agua y al saneamiento. Sin embargo, no toda la población se ve afectada del mismo modo, ya que las catástrofes no solo impiden el acceso a unos recursos básicos, sino que potencian la desigualdad que sufren las mujeres y niñas.
La desigualdad social, económica y cultural está enlazada a la crisis climática, esto se traduce en que las personas sanas y empoderadas están en mejores condiciones para enfrentarla. Según un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), los países con una economía más escasa contribuyeron solo “el 7 por ciento de las emisiones de carbono acumuladas, mientras que el 10 por ciento más rico del planeta fue responsable del 52 por ciento”. Con este dato, se puede observar que las respuestas ante este problema deben basarse en fomentar los derechos humanos y reducir las desigualdades, sobre todo, la de género, un fenómeno estructural y común a todas las sociedades y culturas.
La relación entre la crisis climática y los derechos sexuales y reproductivos
Debido a esta discriminación sistemática y profundamente arraigada, las mujeres y niñas son más propensas a sufrir los efectos nocivos del cambio climático, sobre todo, los relacionados con su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. A nivel práctico, los fenómenos meteorológicos extremos pueden impedir el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva. Esto aumenta la morbilidad y el hecho de que las embarazadas se enfrenten a altas probabilidades de mortandad.
Además, la falta de acceso a agua limpia, debido a diversas catástrofes como las sequías, hace que no se pueda garantizar el acceso a los servicios necesarios durante el embarazo y el parto, para la administración de ciertos métodos anticonceptivos y para la gestión de la salud menstrual. Así mismo, la ausencia de puntos de suministro de agua en lugares seguros también incrementa el riesgo de violencia sexual y de género.
Por otra parte, este tipo de violencia se intensifica durante las crisis humanitarias y las migraciones, así como los matrimonios infantiles, precoces y forzados. Por ello, es necesario adaptar esta lucha contra el cambio climático desde un enfoque de derechos sexuales y reproductivos porque son esenciales para promover la igualdad de género, la salud y el bienestar.
Al final, las desigualdades y la marginación son factores clave que incrementa la vulnerabilidad de mujeres y niñas, y con ellas, los embarazos no planificados, las complicaciones en el embarazo y el parto, los abortos no seguros, la violencia sexual, las infecciones de transmisión sexual y los cánceres del aparato reproductivo. Por lo tanto, hay que promover la presentación de servicios accesibles y de calidad para que puedan disfrutar de una participación igualitaria en todos los ámbitos de la vida.
Propuestas para enfrentar este problema
Por consiguiente, la Federación Internacional de Planificación Familiar propone que “los países de altos ingresos ofrezcan ayuda financiera y de otro tipo a países con escasez de medios para que puedan hacer frente a la crisis climática y adaptarse a ella”. Además, la participación activa de mujeres y jóvenes en la creación de políticas climáticas, así como de grupos que trabajan con poblaciones marginadas o las representan.
Por otro lado, ‘The Women and Gender Constituency and the SRHR & Climate Justice Coalition’ ha dictado una serie de recomendaciones en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se está celebrando en Glasgow para luchar contra esta crisis desde una perspectiva de género. Por ejemplo, comprometer una financiación sólida y feminista que tenga en cuenta la intersección entre el clima y la salud sexual y los derechos reproductivos. Además, garantizar la integración de este último en las actividades específicas del Plan de Acción de Género de la ‘United Nations Framework Convention on Climate Change’.
Hay que seguir sensibilizando sobre la importante relación que presenta la salud sexual y los derechos reproductivos con el cambio climático, y que las mujeres deben formar parte en la creación de políticas climáticas, ya que “cuando se integra a las mujeres en esa tarea, el planeta mejora debido a huellas de carbono más bajas y mayores áreas de tierras protegidas”, asegura la UNFPA.Foto: archivo AmecoPress.