Natalia Vidales de Bitterlin
SemMéxico, Hermosillo, Sonora, 30 de octubre, 2021.- Apenas el 7 de julio de este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que no habría una reforma fiscal pues dijo que gracias a su política de austeridad y combate a la corrupción no necesitaba de mayor recaudación de recursos.
Y hoy, a solo tres meses de esta declaración da marcha atrás y como suele suceder…no cumplió su palabra. Envió iniciativa a la Cámara de Diputados y ésta fue aprobada el pasado día 20, con la mayoría que tiene MORENA en la Cámara Baja.
No se conforma el presidente con los 7 billones de pesos que va a tener el año entrante para su administración y quiere más, pese a que nunca en la historia de México un gobierno ha tenido tales recursos.
Mintió al decir que no se aumentarían los impuestos porque, además de que sí se han aumentado, encontró otra manera de obtener recursos a costa de los ciudadanos y en perjuicio, también, de los grupos más vulnerables.
¿A qué nos referimos? Al tope de donaciones que estipula la reforma para que el sector empresarial disminuya sus aportaciones a organizaciones altruistas de la sociedad civil (y pague mayores impuestos, claro)
Más de cinco mil organizaciones se verán afectadas al dejar de recibir un aproximado de ocho mil millones de pesos lo que sin duda afectará en la labor altruista que por años han realizado.
El presidente no hace…ni deja hacer. No cumple con su función -y con el mandato constitucional- de asegurar salud, vivienda, alimento y educación a los mexicanos. Y ahora tampoco ¨le complace¨ que quienes tienen recursos para hacerlo los ayuden.
Las organizaciones de la sociedad civil han trabajado por años en bien de su comunidad con entrega de víveres, ropa, alimentos, capacitación. Los ciudadanos están por doquier, organizados, para solidarizarse y ayudar a los que menos tienen, pero resulta que hoy el gobierno les pone un tope a sus donaciones.
Para no creerse ¿verdad?
Pues esto es lo que está pasando y desde este espacio protestamos por ello y exhortamos a los Senadores a unirse para dar un rotundo NO a esta descabellada reforma. Ellos pueden pararla y los ciudadanos es lo que esperamos que hagan.