Guadalupe Ramos Ponce
SemMéxico, Ciudad de México, 15 de mayo, 2024.- El 13 de mayo es una fecha muy especial en mi vida, hace 8 años, mi mamita querida Aurora Ponce Salado, se despedía de este mundo terrenal y como cada año, su ausencia ahonda mi orfandad de mujer adulta. Si, la orfandad en la adultez se lleva muy en la piel y en el corazón. También es una fecha para rememorar su presencia en esta vida y escarbar en la memoria, los momentos más entrañables vividos con ella.
Este año, lo viví de manera distinta. Organicé junto con la Profesora Fabiola Morales, mi compañera académica del Centro Universitario de la Ciénega, un “Intercambio de Saberes”, entre su alumnado y el mío (estudiantes de psicología y de derecho). El intercambio resultó muy interesante, el estudiantado de psicología intercambio los saberes adquiridos en el curso Psicología del Desarrollo adulto y senil y prepararon una maleta con objetos que recuperan la genealogía familiar y el desarrollo de la persona elegida, (la mayoría eligió a sus madres, abuelas o abuelos) y el alumnado de Teoría de los Derechos Humanos, prepararon información sobre los derechos humanos de las personas adultas mayores, las violaciones a los derechos humanos más recurrentes y algunos otros tópicos de derechos humanos que intercambiaron con sus pares de psicología.
El recuento de la memoria en algunos era tan reciente, que todavía el dolor estaba presente en cada palabra que recordaba a la mamá fallecida apenas en enero de este año a una edad muy temprana. En otras, las historias comunes de sus abuelas se cruzaban por el clasismo, racismo, misoginia, machismo y las múltiples violencias vividas a lo largo de sus vidas.
El ejercicio de la recuperación de la memoria les había servido también para conocer su propia historia familiar, hacer una línea de tiempo que unía a sus ancestras y ancestros, con su propio presente.
Salimos del “Intercambio de Saberes”, muy satisfechas del ejercicio realizado, con muchas reflexiones compartidas y con el ánimo de continuar este ejercicio multidisciplinar, que permite construir el conocimiento en colectivo, entre pares, alumnado y docentes. También salimos con las muchas emociones removidas en nuestros corazones después de escuchar las historias que nos acercan más a nuestro alumnado y nos permiten conocerles más íntimamente.
Con todas esas reflexiones llegué a casita ya al atardecer, en los mismos momentos que hace ocho años mi mamita querida daba sus últimos suspiros, los últimos rayos del atardecer iluminaron la habitación como lo hicieron cuando ella fallecía. Fueron momentos mágicos que me llevaron a recuperar mi propia historia personal, recordarla a ella y hacer mi propia línea de tiempo. De pronto, casi sin quererlo, tenía mi propia maleta con los objetos que reconstruyen la memoria de la niña, la joven y la adulta que hoy soy; y en todas, absolutamente en todas; la presencia luminosa de mi mamita Aurora, sigue siendo el faro esclarecedor.
Por cierto, feliz 15 de mayo para todo el profesorado. Sigamos las maestras y maestros siendo el faro esclarecedor para nuestro estudiantado.
Dra. María Guadalupe Ramos Ponce
Coordinadora de CLADEM en México
Profesora Investigadora de la UdeG.
@dralupitaramosp
lupitaramosponce@gmail.com