La BOA
Natalia Vidales
SemMéxico. 10 de junio de 2020.- Fiel a su estilo –aunque ya no tan efectivo– del presidente López Obrador de doblarles la apuesta a sus opositores –que cada día se incrementan y fortalecen– el martes exhibió, en su matiné, un documento llegado a sus manos que da cuenta de una avanzada constituida en un Bloque Opositor Amplio ( BOA) para ir en contra de él y de MORENA en las elecciones del año que viene y, enseguida, en marzo del 2022, en la consulta sobre la Revocación del Mandato presidencial y echarlo del Palacio Nacional.
La presentación de ese documento habría –según la apuesta– de mostrar las intenciones de sus enemigos (antes eran solo adversarios) y alertar al pueblo para cerrar filas junto al mandatario. Pero, en realidad, el desafío es, hoy, muy arriesgado, cuando buena parte de la población ya no está del todo, ni mucho menos, del “lado” de AMLO: un sondeo de opinión da cuenta de que dos terceras partes de quienes, esperanzados en un cambio verdadero y para mejorar, votaron por el hoy presidente el 2018, están más que arrepentidos y “maldicen a su suerte”, como suele decirse.
Ese oficio –publicitado por el propio régimen– ha despertado en tan solo unas horas la solidaridad para unirse en contra del mal gobierno por grupos que difícilmente lo harían ante otros problemas: el concepto de solidaridad suele usarse generalmente en su segunda acepción, relativa a una comunidad de intereses entre grupos afines; pero su definición cabal se refiere a la adhesión incondicional a una causa o empresa de otros, en aras de un bien superior.
El doctor en Derecho del Trabajo, Baltazar Cavazos Flores, conferencista de talla continental, delineó mejor que nadie, a la solidaridad: es un abrazo –dijo– de desesperados. Y lo ejemplificaba con su experiencia en materia laboral cuando él mismo se sorprendió al ver que patrones y trabajadores (supuestamente antagónicos por naturaleza) llegaban a acuerdos entre ellos, en contra de los malos gobiernos que los perjudicaban a ambos (como hoy está sucediendo en México ante la crisis económica que devino del Covid-19, y que excluye de apoyos tanto a los trabajadores como a las empresas).
Y ese ejemplo cunde entre otros gremios (académicos, artesanos, estudiantiles, corporativistas, amas de casa, funcionarios públicos, políticos de diversas ideologías, etcétera) que se suman a la causa de votar el año que entra para evitar la mayoría del partido del presidente en el Congreso y balancear el poder público en el país. E incluso, de no ser suficiente, de revocarle al mandato a AMLO el 2022 y mandarlo a su rancho en Palenque, Chiapas.
Luego de la exitosa Caravana del sábado antepasado (que se repetirá por cierto el próximo fin de seana) convocada por el Frente Nacional Anti-AMLO pidiendo su renuncia (en una abierta acción ciudadana), López Obrador la denostó, llamando conservadores, corruptos, egoístas y demás epítetos a quienes participaron (infinidad de mexicanos inconformes con su gobierno…y dispuestos a destronarlo legalmente), pero también los llamó a manifestarse –“sigan articulándose” les dijo– . Y ahora resulta que no le parece la aparición de la BOA.
Más aún: el lunes pasado el todavía mandatario pidió el maniqueísmo de decidirse abiertamente a favor o no de su régimen, en una especie de conmigo o contra mí. Y, pues, ahí están las respuestas como lo dijo coloquialmente el atinado y leído Armando Fuentes Aguirre (Catón) en su columna “De Política….y cosas peores”: “poninas dicho popochas”, y a ver quién gana.
A ese nivel ha llevado AMLO la división y la confrontación a México, en un momento, por si fuera poco, de lo más inoportuno ante una crisis sanitaria y, sobre todo, económica mayúscula ya presente y que genera y generará aún más pobreza y violencia en el país, y a la cual debería de dedicar su esfuerzo, recursos , inteligencia y capacidades para sobrellevarla, en vez de recurrir a distractores sobre su futuro político que, simplemente, quedará en manos de los electores.