Soledad Jarquín Edgar
SemMéxico, 26 de noviembre, 2021.- El 25N, Día Internacional para la Eliminación de la violencia contra las mujeres es un día de lucha, principalmente del feminismo, esa corriente crítica del pensamiento humano y, por tanto, movimiento social que revindica los derechos humanos de las mujeres en todos los aspectos de la vida e incluso revindica su historia. Las mujeres toman la calle, las plazas, los espacios públicos para denunciar el feminicidio y la violencia feminicida desde 1981, cuando en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y el Caribe se tomó esa decisión en memoria de las hermanas María Teresa, Minerva y Patria Mirabal, asesinadas un 25N de 1960 por el dictador Leonidas Trujillo en República Dominicana. Ese es su origen.
La ONU toma esa efeméride feminista en 1999 frente a una problemática que las mujeres denunciaron, la oficializa para que los gobiernos reflexionen sobre la violencia machista y que a la vez rindan cuentas. El 25N es una conmemoración feminista que hoy, en muchos casos y sin sentido, toman los gobiernos en celebración de sus presuntos “logros” sin importar lo que pasa en la realidad. En una suerte de trivialidad y diatriba.
Un ejemplo de los muchos que ocurrieron este 25N, pasó al gobernador de Oaxaca, quien prefirió “improvisar” para no leer el discurso que, dijo, “me hicieron”, cuando participó en un acto que llamaron Que la Paz nos una contra la violencia de género. Así se llamó, no es broma. Y que organizó la titular de la “Secretaría Empoderada”, como dijo Alejandro Murat Hinojosa, al referirse a la Secretaría de la Mujer Oaxaqueña, que, además, apuntó, tiene “una gran secretaria”. ¿Una Secretaría empoderada? ¿Qué habrá querido decir? Yo, sigo con la duda.
No sé cómo describir el discurso de Murat, si cantinflesco, ese donde se dicen muchas palabras, pero no se dice nada, o si se trató de un discurso burdo, que es lo mismo que torpe e inculto, o tal vez las dos cosas. Vamos por partes.
– Aclaro que yo no asistí a semejante acto, sino que vi el video que está en la página de la Secretaría Empoderada, es decir, la SMO, que dirige “la gran secretaria”, Ana Isabel Vásquez-.
Debo admitir que me divertí mucho cuando el “señor gobernador” habló de cómo la titular de la Secretaría Empoderada recordó que siempre hay que decir “las y los”, porque su gran secretaria le dijo que “por el vocabulario empieza el cambio”, así nomás. Con un dejo de admiración, el gobernante parecía un niño descubriendo el “hilo negro” cuando explicó a su concurrencia, una mayoría mujeres, que “siempre se habla en masculino, “y esos ajustes es que construimos todos los días una sociedad más igual y la verdad a mí me entusiasma mucho cuando te escuchamos Ana, porque escuchamos a todas las que están aquí presentes, escuchamos sus causas y aprendemos, pero también hacemos los cambios que tenemos que hacer”.
Pero me queda claro que no entendió nada de lo que doña “súper Ana” le enseñó un día, pensando que “Súper Ana” sí sabe del asunto.
A Zoila Bengoechea, quien estaba en el acto y tomó la palabra, representando a otras madres de mujeres asesinadas o como se dice en el lenguaje jurídico: víctimas indirectas, el gobernante le dijo: “Zoila víctima de feminicidio”, un hecho revictimizante y estigmatizante, por decir lo menos, la llama por su nombre de pila, la ningunea. Eso es el lenguaje sexista, que dice que ya no le cuesta trabajo, pero es claro que no lo entiende. Porque no se trata solo de poner la “A” a las palabras sino de que al nombrarlas haga visible a esas mujeres desde su conciencia.
Más adelante, Alejandro Murat se congratuló de que estuvieran presentes algunas diputadas, como “la presidenta” de quien no dijo ni su nombre, refiriéndose a la presidenta de la mesa directiva de la 65 Legislatura del Congreso local, Mariana Benítez Tiburcio, así como las diputadas “Liz” y “Eva”. Y, claro, habló varias veces de “Ana”.
Quizá se refería a la diputada Lizbeth Anaid Concha Ojeda de su partido, el PRI y, tal vez, a Eva Diego Cruz, del PVEM. Yo no tengo duda de que estas diputadas son sus amigas, sus cuatachas, de ahí que volvió a ningunearlas en un acto público, lo que no sucedió con el presidente del Tribunal Superior de Justicia, a quien tampoco llamó por su nombre -Eduardo Pinacho Sánchez-, sin embargo, al menos lo llamó por su cargo, lo ubicó políticamente en su espacio y lugar. Llamar a las mujeres por su nombre de pila, en un acto público y sin el cargo que tienen, es discriminación, aunque usted no lo crea.
Lo otro que dijo el gober, fue que, en Oaxaca, como en el país se requieren reformas a los Códigos Penal y de Procedimientos Penales para que, entre otras muchas cosas, los victimarios sean detenidos y procesados desde el primer acto de violencia y que no salgan en 48 horas como sucede hoy; que se crea en las declaraciones de las víctimas y que las leyes se enfoquen en las víctimas y no en los delincuentes.
En su perorata en más de tres ocasiones pasó de la delincuencia generalizada a la violencia de género contra las mujeres con singular alegría. Fiel reflejo de que no entiende nada. Y que las sin-razones de una violencia nada tienen que ver con las sin-razones de la otra violencia.
Y en esas explicaciones raras estaba el mandatario cuando planteó: “Hagamos una marcha que encabecen las mujeres para hacer visible lo que no era visible, para erradicar como bien decías Ana, la violencia contra la mujer”. Su expresión arrancó aplausos. Respiró y siguió: “hoy hablamos de esta, pues, situación que rechazamos todos (otra vez generalizó en masculino) en la sociedad, pero antes no se hablaba, no se reconocía y entonces por eso es importante hacer las marchas, no por hacer una marcha (¿?), porque se hace para hacer visible que no es la voz de una, es la voz de todas y de todos (abro este paréntesis para preguntar ¿hablábamos de “todos” o solo de la violencia contra las mujeres?), y por eso a veces hay que marchar para hacer las cosas visibles”.
Sobre el párrafo anterior:
Primero, iba a preguntar ¿desde cuándo un gobernador hace marchas? Pero luego me acordé que sí, que este gobernador hace marchas, como sucedió en agosto de 2018 con los mezcaleros. Claro que en esta marcha “donde se va a hacer visible lo que no es visible” irán por delante las mujeres.
Dos. ¿A qué se refería cuando dijo que antes “de eso” no se hablaba? Será que cuando dice “de eso”, se refiere a la violencia misógina o machista, ¿y quizá que “de eso” no se hablaba entre los miembros de su gabinete (lo que creo de manera firme), en su grupo de amigos o en dónde? ¿En qué burbuja vive el gober?
Doña “Súper Ana” no le dijo que este año se cumplen 40 años desde el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y el Caribe donde, como dije antes, se acordó hablar de la violencia contra las mujeres cada 25 de noviembre. Pero hay que decirlo, de la violencia contra las mujeres se ha hablado desde hace mucho tiempo y, claro, desde las feministas.
Lo que sí dijo y puso a la prensa de testigo es que a él le duele cada vez que matan a una mujer en Oaxaca. O sea, algo le duele cada tanto, al menos 10 veces al mes porque ese es el promedio de feminicidios ocurridos en los cinco años que lleva en el gobierno. Lo malo para la sociedad es que luego, luego, se le quita el dolor y se olvida. Aseguró que le duele porque es padre de tres hijas y esposo de una mujer “echada para adelante”. ¡Gracias Dios! Exclamé. Mientras él insistió en sus reformas, porque dijo, sabiamente, la ley no es estática es dinámica.
Luego vinieron SUS logros (de género). Dijo que cómo nunca antes, hoy dirige el hospital Dr. Aurelio Valdivieso una enfermera a pesar de que dijeron que cómo una enfermera iba a dirigir el hospital si ni siquiera era doctora ¿imagínense eso me dijeron? Refirió poniendo cara de indignado.
Su frase lapidaria: No comparto lastimar a ninguna familia, pero hay veces que no hay otra alternativa.
¿A qué se refirió? Al despido masivo de personal médico y de enfermería para resolver un problema heredado en materia de Salud.
Su frase trascendente: Hoy (25N) es un día muy importante como deben ser los 365 días del año, así tenemos que salir todos los días. (¡Cucú!).
La promesa para Zoila: Se establecerá en Oaxaca un “salario universal” –sin dar montos—que será destinado a diferentes segmentos de la sociedad, pero uno va a ser para las víctimas de feminicidio, vamos a darle ese apoyo el año que entra. (Después dirá que es un derecho).
La palabra del día: Por primera vez en la historia de Oaxaca se está mandando de manera técnica un presupuesto al Congreso con perspectiva de género (¿Quién el presupuesto o el Congreso?), ya lo habíamos hechos de manera transversal pero no técnicamente, en este trae etiquetado para seguir EMPODERANDO las casusas de la mujer.
Mucho dinero pocas nueces. Eso parece que sucede en Oaxaca, a pesar de que a decir del gobernadorcito el presupuesto en este segmento (La Secretaría Empoderada) creció un 300 por ciento y que el próximo año pasará de 14 a más de 19 mil millones de pesos. Seguirán los webinar y cosas por el estilo, porque a las abogadas les pagan una miseria y dejan tiradas a las mujeres.
Lo muy relevante, dijo el gober es que pasamos de 170 a 550 instancias de la mujer (en municipios) encabezados por mujeres.
Lo muy triste y violatorio a sus derechos humanos: Es que no alcanza el dinero de estas instancias por lo que la gran mayoría de esas mujeres no cobran. ¿Serán voluntarias? Pero, reconoce que sí sirven y pone el ejemplo de Huautla de Jiménez, municipio de la Cañada, donde fue detenido un violador serial, “el otro se fue a EE.UU.” gracias a instancia de las mujeres.
La frase de revista: Si no te pones firme, la vida te avasalla.
El cinismo siniestro del ex fiscal
El ex fiscal de Oaxaca, Rubén Vasconcelos Méndez, hoy titular de la Secretaría de Bienestar y uno de los preferidos del gobernadorcito, señalado por fabricar testigos y obstaculizar la acción de la justicia, no cuidar las pruebas, proteger delincuentes y delincuentotes, no sólo homicidas, en fin, el caso que este siniestro personaje no se quiso quedar atrás este 25N y con todo su cinismo, emitió su mensaje:
Se necesita tener cara dura para ser tan cínico y sin duda un ego del tamaño del mundo, creo que ya no cabe en Oaxaca, pero se aguanta cuando reparte despensas.