Tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre las divergencias, deseó Ifigenia Martínez Hernández antes de morir

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Tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre las divergencias, deseo Ifigenia Martínez Hernández antes de morir

Fallece Ifigenia Martínez, presidenta de la Cámara de Diputados. Foto: Laura Lovera / El Sol de México

Falleció a los  94 años, esta madrugada en su casa de Coyoacán, convencida de que una mujer en la presidencia es la culminación de una larga lucha

Primera en muchas cosas, convencida de la democracia, pidió hace 45 días reestablecer el diálogo con la Sociedad  Civil, actuar con altura de miras

Sara Lovera*

SemMéxico, Ciudad de México, 6 de octubre,  2024.-Economista, profesora emérita, funcionaria pública, legisladora, fundadora de la lucha por la democracia, integrante de los grupos plurales de mujeres,  Ifigenia Martínez Hernández falleció este viernes por la noche  a los 94 años de edad,  en su casa de Dulce Olivia No. 9 en Coyoacán.

Escribíó, como  último deseo  para la ceremonia de toma de protesta de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo,  “Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario.

“Es tiempo de altura de miras. Es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades. Es tiempo de mujeres. Sigamos dejando huella”, texto que no pudo leer  y agregó  una mujer en la presidencia de la Republica “ es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres… abrimos paso a una nueva era.

El 26 de julio pasado  en el Senado presentó una la fundación que lleva su nombre, resultado de  un Encuentro con Organizaciones de la Sociedad Civil, ahí pidió  generar nuevos acercamientos entre el gobierno y la sociedad civil,  construir puentes que permitan trabajar por las mismas causas y objetivos, con agendas comunes entre para el bienestar de todos y todas las mexicanas.

Y advirtió:  “Como gobierno … debemos aceptar este histórico rezago”,  a pesar de los intereses compartidos con las organizaciones civiles, los espacios de coordinación y colaboración entre éstas y el gobierno son más escasos de lo deseado. 

Explicó  las organizaciones de la sociedad civil juegan un rol fundamental en el desarrollo democrático de las naciones,  llamado “tercer sector”, tiene un profundo sentido de apoyo, asistencia y cuidado social. 

Nunca perdió la sonrisa, ni  la compostura, desde que ocupó puestos en Nacional Financiera (1971). Fue considerada una de las mujeres brillantes, como maestra universitaria y economista,  fue detenida en el campus de la UNAM, la noche del 18 de septiembre de 1968; renunció al Partido Revolucionario Institucional PRI en 1967,  para unirse al  Frente Democrático Nacional al lado de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano  y Porfirio Muñoz Ledo.

Opuesta a la  política sindical de Carlos Salinas de Gortari, diputada encabezó a un grupo , llamado “los ifigenios”,  para oponerse a la destrucción del sindicato de trabajadores nucleares en 1990; muchos años antes ella midió la participación femenina en la vida productiva del país  en su  libro: “La Distribución del Ingreso en México”, lo que la convirtió en la primera economista mexicana en escribir sobre la posición laboral de las mexicanas, (1962) en toda América Latina.

En los últimos 5 años fue varias veces homenajeada. Fue  la primera mexicana que obtuvo un posgrado en Economía por la Universidad de Harvard. Ganó el Premio Nacional de Economía en 1960 y fue considerada la “Mujer del Año” en 1966.

En julio de 1988 en un encuentro con periodistas sobre participación política de las mujeres, fue capaz de plantear en público las dificultades y los riesgos de participar como mujer en las lides políticas y habló del amor y el enamoramiento  (Las elecciones de las mujeres:  propuestas legislativas Ed. Fes/CIMAC 1969).

Atestiguó y formó parte de los cambios más relevantes en México durante las últimas seis décadas. Las mujeres del PRD la reconocieron y admiraron en los años 90.

Cuando recibió la Medalla Belisario Domínguez ( 7 de octubre 1921) llamó  a la unidad de las mexicanas y mexicanos porque aprendimos a “entendernos y no matarnos por nuestras diferencias” parafraseando al apóstol de la Reforma Melchor Ocampo propuso la creación de un Consejo Económico, político y plural para la recuperación, rescate y renovación del sistema económico nacional.

Economista, política, académica, diplomática, cofundadora de CEPAL en México y primera  directora de la Facultad de Economía de la UNAM, nació en la Ciudad de México el 16 de junio de 1930; fue licenciada en economía.

Durante el movimiento estudiantil de 1968, siendo directora universitaria 1967, luchó contra la presión del gobierno en la UNAM.  La académica terminó encerrada en una celda de la policía de la Ciudad de México por su resistencia a la represión de las autoridades cuando entró el ejército al campus universitario. Fundó el Partido de la   Revolución Democrática iniciando el  período en el que se luchó por  una alternativa  de cara a la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido en el que militó por 20 años.

En su trabajo de legisladora  del PRI  y de izquierda en México, en cuatro  ocasiones: en 1976, 1994, 2009 y en 2024 y senadora en dos periodos: de 1988 a 1991) y de 2018 a 2024 por Lista Nacional, presidenta de la Mesa Directiva de Decanos;  ​y fue  integrante de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México. Incansable.

En 1988, se convirtió en la primera mujer electa por la Ciudad de México para ocupar un escaño en el Senado,  cuando no existían ni las cuotas de representación,  ni la paridad.

 / El Sol de México Ifigenia Martínez recibió la medalla Belisario Domínguez de manos de Olga Sánchez Cordero, el 7 de octubre de 2021. Foto: Roberto Hernández

Una entre 7 en 68 años


En octubre de 2021  recibió la Medalla Belisario Domínguez, considerada como la presea más significativa que otorga el Senado de la República, por primera vez en 68 años, no asistió el entonces presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Se convirtió  en la séptima  mujer en recibir  ese galardón  en 68 años uno para reconocer a hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de la patria o de la humanidad, como señala su decreto.

Hasta ahora   el Senado otorgo la medalla Belisario Domínguez, sólo seis mujeres Rosaura Zapata Cano, María Hernández Zarco, María Cámara Vales, María Lavalle Urbina, Griselda Álvarez Ponce de León, Julia Carabias Lillo y Rosario Ibarra de Piedra.

Fue investigadora emérita del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En su texto de 3 pliegos que no pudo leer este primero de octubre, escribió:” Su llegada a la Presidencia ( de  Sheinbaum  Pardo)  es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era.

“Yo misma, que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico. En 1969, formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que, junto a muchas y muchos, iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible.

“Hoy, esas convicciones han rendido fruto. No solo tenemos una Presidenta, sino que se vislumbra un presente donde las mujeres participemos en condiciones de igualdad en la construcción de futuros posibles y deseables para nuestra patria. Ser parte de esta transmisión histórica del Poder Ejecutivo y entregar la banda presidencial a la primera presidenta es uno de los mayores honores de mi vida.

“Agradezco profundamente la confianza de mis compañeras y compañeros legisladores para desempeñar este acto simbólico, que representa no solo un punto de inflexión en la historia, sino también el triunfo de nuestros valores: igualdad, justicia y democracia.

En marzo de 2019 fue la primera condecorada con la Medalla “Sor Juana Inés de la Cruz”, otorgada por la Cámara de Diputados a mujeres eminentes.

El 5 de agosto de 2022 recibió la Medalla al Mérito Administrativo “José María Luis Mora”.

Ifigenia Martínez cuando tomó protesta como presidenta de la mesa directiva de la cámara de diputados el pasado 29 de agosto del año en curso. Foto: Roberto Hernández / El Sol de México

En las pasadas elecciones presidenciales, la nueva presidenta de México reveló que votó simbólicamente por Martínez como una forma de reconocer su influencia y legado. “Es una mujer muy consecuente. Su actuación como directora de la Facultad de Economía en el 68; en el momento en que es parte de la Corriente Democrática en el 87; y desde el 88 ha sido muy consistente. Entonces, es una de las mujeres que ha abierto brecha a muchísimas mujeres en México”, dijo Sheinbaum el pasado 21 de agosto en una conferencia de prensa.

Su última aparición pública fue apenas el martes pasado cuando recibió en la tribuna del Congreso en San Lázaro al ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador y a Claudia Sheinbaum Pardo.

 Debido a su avanzada edad, Ifigenia Martínez tuvo que contar con oxígeno auxiliar durante la ceremonia de investidura, mientras que al momento de ponerse de pie para recibir la banda del presidente saliente para entregarla a Sheinbaum Pardo tuvo que sostenerse del brazo de López Obrador para mantener el equilibrio por unos segundos para entregar la banda presidencial.

La maestra Martínez Hernández  había sido elegida como presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, precisamente, para que fuera ella quien entregara la banda presidencial a Sheinbaum. “Qué felicidad que las mujeres por fin estamos al frente, junto con los hombres, para sacar adelante a nuestro gran país”, dijo tras ser seleccionada para el cargo.

Texto íntegro de la intervención que quería entregar Ifigenia Martínez al congreso pero que no pudo pronunciar por las circunstancias de su condición de salud..

“Hoy nos encontramos aquí, en este recinto solemne de la democracia mexicana, como testigos de un momento que marca un antes y un después en nuestra historia: la toma de protesta de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer Presidenta de México.

Su llegada a la Presidencia es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era.

Yo misma, que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico. En 1969, formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que, junto a muchas y muchos, iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible.

Hoy, esas convicciones han rendido fruto. No solo tenemos una Presidenta, sino que se vislumbra un presente donde las mujeres participemos en condiciones de igualdad en la construcción de futuros posibles y deseables para nuestra patria. Ser parte de esta transmisión histórica del Poder Ejecutivo y entregar la banda presidencial a la primera presidenta es uno de los mayores honores de mi vida.

Agradezco profundamente la confianza de mis compañeras y compañeros legisladores para desempeñar este acto simbólico, que representa no solo un punto de inflexión en la historia, sino también el triunfo de nuestros valores: igualdad, justicia y democracia.

Hoy, las mujeres, junto a los hombres, estamos listas para continuar construyendo el país que soñamos. El de un México libre e igualitario. Un país donde el liderazgo femenino dejará de ser la excepción, para convertirse en norma.

Desde esta soberanía, le decimos que no está sola. Que la lucha por la justicia y por la igualdad es de todas y de todos. Y que no descansaremos hasta lograr una democracia plena, donde no haya distinción de género, clase o condición. Que nuestras diferencias no nos dividan, sino que sean la fuente de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que enfrentamos.

Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario.

Es tiempo de altura de miras. Es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades. Es tiempo de mujeres. Sigamos dejando huella.

* Con información de Roxana González de El  Sol de México

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