Elda Montiel
SemMéxico. Cd. de México. 12 de febrero 2021.- Al conmemorar el aniversario luctuoso de Antonieta Rivas Mercado, este 11 de febrero, la doctora y poeta Rocío García Rey, precisa que hay que vindicar la imagen de la mujer más allá de la anécdota y verla como la mujer escritora, con pensamientos de ideóloga, autora de cuentos como “Un espía de voluntad”, y ensayos, como “En torno a nosotras”, nacida en el principio del siglo XX, conocedora de las vanguardias e impulsora de las Artes.
Desde el Museo de la Mujer, de manera virtual, la doctora García Rey en su conferencia “Vindicando a Antonieta Rivas Mercado” critica que a las mujeres escritoras, intelectuales, traductoras combatientes no se les reconoce igual que a los hombres por la cultura patriarcal que es la que ha ordenado el canon cultural y literario.
Expresa que muchas veces se presenta a Antonieta Rivas Mercado como un accidente cultural, enamoradizo y huérfana de protección. Como la niña rica snob, culta a la manera europea y no como la mujer que debido a su poder económico pudo solventar gastos editoriales y teatrales.
Impulso el teatro Ulises y la revista “Los Contemporáneos” de poca duración, pero cuyos productos, autores, obras, y novelas, empezaron a ser un referente de la historia cultural del México de la Posrevolución.
“Si de verdad deseamos acercarnos a un personaje de la envergadura de Rivas Mercado, debemos hacer un ejercicio de deconstrucción con respecto al personaje pintoresco que el canon nos ha dado de una escritora. Lo que resulta difícil porque los textos han sido soterrados y lo poco que se ha conocido ha sido un sesgo de su trabajo intelectual”, acotó.
Leyó un párrafo escrito por Antonieta Rivas Mercado respecto a la educación en esos años en el que criticaba al gobierno por:
“No dar un tipo de escuela al que asistieran democráticamente los hijos de todos. Si esto es sensible hasta en los hombres, ¡Cuánto más entre las mujeres! Pero hay un rasgo común en la educación que todas recibe. Su ineficacia, su nulidad. Por regla general la mexicana es ignorante. Sigue en boga la noción de que, así como es obligatorio preparar al hombre para la vida, es innecesario y hasta nocivo preparar paralelamente a la mujer.”
Rocío Garcia Rey expresó que debió ser difícil para Antonieta adaptarse a un medio en el que ella representaba la diferencia. “La autora que revisamos destaco el statu quo que vivían las mujeres. Así que no la pensemos como una mujer que se unió a la política sólo por amor, (en referencia a José Vasconcelos)”. Enfatizó que independientemente de conocer o no sus escritos hay que saberla una mujer intelectual con un conocimiento de la historia de las mujeres”.
Hizo referencia a que estuvo enamorada sin ser correspondida por el pintor Manuel Rodríguez Lozano. La experiencia traumática de su matrimonio con el inglés Albert Edward Blair, de quien se cuenta en una ocasión éste quemo los libros de la intelectual. Y su relación con José Vasconcelos, a quien apoyo en su campaña presidencial, y por quien estaba en París, pero en busca de trabajo ya que estaba en la pobreza a pesar de ser la albacea de la herencia del arquitecto Antonio Rivas Mercado, que le fue arrebatada por sus hermanos.
Los escritos de Antonieta Rivas Mercado entran en lo que la conferencista llama una alfabetización literaria, que es una política de la historia patria y no matria. “Vale la pena la re-visión que propone la norteamericana Adriene Rich, de ver con nuevos ojos los textos de las mujeres como un acto de supervivencia para entendernos a nosotras mismas”.
Insistió “que la parte mórbida, -se suicidó en la Catedral de Notre Dame- es la que parece guiar la interpretación de una intelectual que donó dinero, esfuerzo, esperanza, para que, como muchos saben, tuviera vida el Teatro Ulises. Pero esos trabajos se deslizan en un universo de anécdota menor”.
Mencionó que los textos accesibles son sesgados, aún más si los libros como 87cartas de amor y otros papeles, editado por la Universidad Veracruzana, o Cartas a Manuel Rodríguez Lozano (1927-1930), editado por SEPSETENTAS, son los más conocidos, pues priorizan el contexto y los personajes masculinos, como el propio Vasconcelos o el amor imposible Rodríguez Lozano.
Antonieta fue más que una representante del teatro Ulises, más que una mujer enamorada de (José) Vasconcelos o de (Manuel) Rodríguez Lozano, fue ante todo una mujer que se vistió de libertad, libertad literaria, política, personal. Y es así que, como su personaje Cornelio Zacarías, ella a su manera fuera de la ficción también dijo: “Han pretendido cortarme el mundo en esta celda, pero el mundo está en mi mano, en el mapa que siguieron las huestes de Roma, en el avión acerado que brilla como moneda y sol que cierra sobre sus rutas del universo.
“La celda que le tocó vivir a Antonieta estaba relacionada con la transición política y cultural que todo inicio de siglo acarrea. ¿Cómo hacer que el público comprendiera, propuestas teatrales que rompían con la tradición? ¿Cómo llegar a un público que veía con desconfianza lo nuevo, lo vanguardista? ¿Quiénes estaban preparados para entender a O´ Neill, a Cocteau? La biografía de un país, de un territorio moldea la biografía que se cree personal, cerrada a los espacios públicos”.
La doctora en Letras por la UNAM, señaló que “Es perfectamente visible que la óptica patriarcal (aun cuando no sea consciente) coloca a Rivas Mercado en el polo de la parte paciente, no del sujeto, no del ser dueña de sí, en tanto busca salvadores hombres. Pero si nos quedamos con esa creencia, que no idea, Podemos ver así, que tal como lo dijo Rosario Castellanos: la literatura es un refugio de varones.
No olvidemos pues, el empuje que ganaron los Contemporáneos, en materia de difusión por medio de la revista del mismo nombre e incluso con la edición de sus propios libros. Obliteramos, en este sentido, que la propia Rivas Mercado participó con escritos en esta señera revista. (Recordemos que la publicación de dicha revista comenzó en 1928)”.
“En nuestra historia literaria y cultural oficial hay un desfile de hombres: Andrés Henestrosa, quien por cierto publica Los hombres que dispersó la danza gracias a la ayuda de Rivas Mercado, Salvador Novo, Gilberto Owen, José Vasconcelos, entre otros, pero es por la ausencia de formulaciones lingüísticas que mujeres intelectuales no quedan en los anales de la historia.
La misma formulación de Salvador Novo cuando habla de la metamorfosis de Ulises, da la pauta para ver cómo es presentada Antonieta, no es la Maestra, no es la gran Antonieta es: “Una mujer”, “aquella mujer”, como si, insisto, Rivas Mercado hubiera sido un mero accidente un personaje en el teatro de la realidad Nacional que de pronto quiso representar el papel de mecenas, no de traductora, no de escritora, no de militante en la campaña de Vasconcelos”.
Rocío García Rey, de la Federación Mexicana de Universitarias, expresó:
“Antonieta, te revisitamos ahora en tus textos y hallamos tu ferviente pensamiento de ideóloga, no sólo de lo que se creyeron causas diletantes, sino de aquellos temas que hasta ahora nos siguen impactando. Permíteme ahora, Antonieta, llamarte compañera y propalar en este lugar y en los que sea posible tus cuentos, tus ensayos, tu pluma, porque al fin y al cabo en ti debemos reconocer a una mujer que rompió anclajes sin saber que otras años después te buscaríamos en textos ya no invisibles, sino exhumados y lanzados a la posibilidad de la lectura y con ello del re-conocimiento de una de las tantas autoras que por años dejamos en el silencio”.
Cabe recordar que el 11 de febrero de 1931, se suicidó Antonieta Rivas Mercado (1900-1931), escritora y arquitecta mexicana, promotora y defensora de los derechos de la mujer.
Nació el 28 de abril de 1900 en la Ciudad de México, y tuvo un papel activo e influyente en la vida cultural del país durante la posrevolución; fundó el Teatro Ulises y formó el patronato para la Orquesta Sinfónica de México. Su trabajo como escritora abarca la dramaturgia, el ensayo, la prosa, la novela, la crónica, la epístola y la traducción; además, publicó algunos artículos en diversos diarios; se convirtió en parte esencial del grupo literario “los Contemporáneos”. Tuvo un papel destacado en la candidatura presidencial de José Vasconcelos, pero al ser derrotado, Rivas Mercado se exilió en la ciudad de Nueva York y, posteriormente en París, donde trabajó como escritora y periodista, hasta sus últimos días.