Hace muchos años mi maestra Adelina Zendejas me contaba cómo las mujeres mexicanas habían comenzado a identificar sus derechos, entre ellos, los políticos. Fue ella quien durante muchos años sostuvo que las primeras en demandar su participación fueron mujeres de Zacatecas, entre 1825 y 1826. Algunas historiadoras dudan de la fecha.
Hoy, las mujeres están en el centro del debate electoral que anticipadamente abrió Andrés Manuel López Obrador, con anuncios de nubarrones y confusiones.
Ante el desastre del Sistema Educativo Nacional, donde muchas niñas y niños no volverán a las aulas, fracaso de la educación a distancia, propuestas negativas para el nuevo ciclo escolar
Una investigación de la maestra Sandra Arenal narró esa desgracia, los abusos y robos. Pero también dio testimonio de las condiciones de trabajo de los carboneros, situación semejante a las conocidas estos días.
La semana pasada conté protestas articuladas desde las mujeres, ante la falta de escucha sobre su condición y la limitadísima importancia que los gobiernos, especialmente los de Morena, no les dan.
os asesinatos de Debanhi Escobar Bazaldúa en Nuevo León, de Cecilia Monzón en Puebla y de Luz Raquel Padilla Gutiérrez en Guadalajara, en los últimos tres meses, tienen origen y condiciones distintas.
Desde los años 70 las feministas apostamos a cambios profundos: democracia en la familia, no sólo castigar a los agresores, procurar el cambio cultural y de pensamiento para abatir el machismo
Este gobierno no ha podido tapar el sol con un dedo. Hace unos días, la presidenta del Senado, la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, dijo ante el parlamento Europeo que los homicidios en México son entre narco