En San Felipe, Baja California, un grupo reducido de mujeres lidera la pesca sostenible con prácticas que protegen a la fauna marina
Además, promueven la captura responsable de especies comerciales, cuidan a la vaquita marina y transparentan la pesquería del día
Verónica Santamaría
SemMéxico/AnimalPolítico, 8 de junio, 2024.- En las cálidas aguas del Alto Golfo de California, al noroeste de México, se encuentra el puerto de San Felipe, una bahía que es alcanzada por el Mar de Cortez. En ese lugar, habita una comunidad con décadas de tradición pesquera.
Pero ahí también es el hogar de la vaquita marina, una especie endémica de la región y que por falta de protección y acciones gubernamentales para incentivar la pesca sostenible está en peligro de extinción a causa de la pesca incidental de totoaba, un pez de similar tamaño a la marsopa mexicana.
San Felipe es el séptimo municipio que conforma al estado de Baja California. El decreto entró en vigor el pasado 1 de enero de 2022 y según datos del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado en la comunidad habitan poquitito más de 20 mil personas.
La pesca ilegal: uno de los problemas más grandes
Al ser una comunidad, por tradición, de pescadores, para ellos su principal ingreso es esta actividad. Sin embargo, la falta de apoyo por parte de las autoridades federales para contar con artes de pesca sostenible ha provocado que por décadas la pesca ilegal siga presente, se usen artes de pesca ilegales, se pesquen especies no comerciales y otras con tallas pequeñas y pesos bajos.
Estas acciones ponen en riesgo el ciclo de vida de las especies, la salud de los mares y la seguridad alimentaria de las personas que consumen el producto marino, pero también de quienes dependen económicamente de él.
Para atender este problema a menor escala en San Felipe, la organización Pesca Alternativa de Baja California estructuró una serie de programas para educar, capacitar y emprender la pesca sostenible entre los pescadores que habitan en esa comunidad.
Pesca ABC, como también se le conoce, es una organización civil creada y compuesta por pescadores de San Felipe. En su último reporte señalaron haber pescado 8 mil 199 kilos de pescado obtenidos con la técnica japonesa Ike-Jime en 2022, es decir, no utilizan redes de pesca que afecten la vida marina silvestre o que contaminen el ecosistema.
Pesca ABC en San Felipe. Foto: Luis Madrid
La pesca sostenible en el puerto, es posible
Como parte de la solución a los problemas que enfrentan en la comunidad, los pescadores de Pesca ABC, junto con especialistas en conservación de la vida marina, incorporaron un programa de trazabilidad y el de pesca japonés denominado Ike-jime.
Este proyecto inició en 2022 y lo lideran cuatro mujeres de Pesca ABC conocidas como “monitoras comunitarias”.
Aunque hay retos por delante, en los últimos dos años han logrado que más pescadores se interesen en este método y también, comercializarlo. El siguiente paso será llegar al cliente final.
Catalina Carpio Cota, una monitora comunitaria y líder el proyecto de trazabilidad y del método de pesca japonés Ike-jime en Pesca ABC, señala a Animal MX que entre los beneficios que los pescadores encuentran al adoptar esa técnica pesquera está el garantizar al cliente y consumidor final que obtendrán productos marinos extraídos de manera responsable y sostenible para los mares.
“En el puerto de San Felipe demostramos que no estamos extrayendo el producto del área de cero tolerancia [de la zona de refugio de la vaquita marina]. Respetamos. Ahí [en el código QR de identificación] marcan las coordenadas del lugar que estamos extrayendo el producto y es un valor agregado que le damos”, explica Catalina Carpio.
Las monitoras de Pesca ABC
En Pesca Alternativa de Baja California se encuentran Catalina Carpio y Nadia Alcantar, ambas monitoras de campo. Su trabajo es analizar a detalle las especies que entregan los pescadores al atardecer en la estación de campo para prepararlo y entregarlo al cliente final.
Durante dos días seguidos, Animal MX pudo conocer y observar el trabajo de las monitoras en la Estación de Campo, desde el momento en que llegaba el pescado para desembarcar el producto, medirlo, pesarlo, identificar la especie comercial y prepararlo en grandes contenedores llenos de hielo para cumplir con las medidas de calidad dentro de la cadena de valor para comercializar el resultado de esa pesca.
Al finalizar el pesaje y resguardar el producto marino, las monitoras se encargan de realizar la limpieza en el sitio de pesaje cumpliendo con las medidas sanitarias para la siguiente entrega.
Pesca ABC implementó el método Ike-jime para realizar una pesca sostenible en Baja California. Foto: Luis Madrid.
El modelo de pesca sostenible de Pesca ABC comenzó en el año 2022. Según datos de su informe anual el proyecto involucra diferentes procesos de la actividad pesquera en diferentes eslabones de la cadena de valor.
Este modelo se basa en una pesca sostenible con el uso de anzuelo, sacrificio humanitario de las especies capturadas, manejo post-capura desde la embarcación, trazabilidad pesquera, manejo sanitario del producto enhielado y comercialización a precios preferenciales.
Respecto a la captura de los productos marinos con el método de Ike-jime, Catalina Carpio menciona que para este proyecto se les invita a los pescadores a pescar con anzuelo y extraigan su producto, pero al mismo tiempo, haciendo un desangrado japonés.
“Este consiste en tres pasos: en darle un punzón en el cerebro y después de eso, introducir una varilla para eliminar el sentido nervioso y después le cortan la agalla. [Después], va el hielo”, detalla.
Trazabilidad, el origen del pescado que consumimos
La monitora comunitaria en Pesca ABC explica que el modelo de trazabilidad que estructuró la organización se debe a un conjunto de procedimientos que se realizan para saber el origen del traslado del producto marino.
“Nosotros realizamos un [código] QR. Se lo generamos a los pescadores y ellos, antes de salir a pescar, lo escanean. Se van a su lugar de pesca y después a su regreso vuelven a escanearlo y hacen la entrega de ese QR”, explica Catalina Carpio.
El siguiente paso lo realizan los pescadores cuando añaden la información del día de pesca que tuvieron los pescadores, es decir, presentan datos como lugar, fecha y responsable de la pesca de ese día.
“Ese paso ya no corresponde a nosotros porque es escanear el código e introducir la información de su día de pesca para que el consumidor final, al escanear ese QR, tengan la información del lugar de pesca, la fecha, quién lo sacó y más información”, añadió Carpio.
Desde que comenzó el proyecto, la empresa con la que trabajan para comercializar el pescado que obtienen se llama El Sargazo. La cuota semanal establecida es de 500 a 600 kilos de pescado por semana.
Entre los resultados reportados por Pesca ABC 2022, destacan que en 8 meses de trabajo se capturaron y manejaron bajo este proyecto 8.2 toneladas de pescado.
Esa cantidad, representada en las ventas, hubiera representado ventas estimadas de 270 mil pesos. Sin embargo, con el precio ofrecido por la empresa El Sargazo las ventas ascendieron a 633 mil pesos.
Es decir, el método de trazabilidad implementado por Pesca ABC representó 363 mil pesos más en las ganancias que fueron para los pescadores participantes en el inicio del proyecto.
Así revisan los pescados para asegurar que cumplieron con la técnica japonesa. Foto: Luis Madrid.
La garantía de consumir pescado de una pesca responsable
Los pasados 9 y 10 de abril pasado visitamos la Estación de Campo de Pesca ABC donde Catalina Carpio y su equipo nos mostraron el proceso de desembarque, revisión, entrega y resguardo del producto que es parte del proyecto de trazabilidad.
Por las tardes el trabajo de las monitoras comunitarias no cesa. Cuando el atardecer está por caer en el puerto de San Felipe, los pescadores asociados a Pesca ABC regresan a tierra después de pasar hasta 10 horas, aproximadamente, en la embarcación donde van por el producto marino.
Al caer la noche, los pescadores dan aviso al coordinador de campo, Felipe Rocha, y a las monitoras comunitarias, para anunciar que están listos para entregar de la captura del día.
Tras el aviso, las monitoras van a la Estación de Campo para preparar el espacio para recibir el pescado capturado en el día. Más adelante, los pescadores llegan en la panga que es transportada por una camioneta, y comienza la entrega del producto.
Al recibir el pescado. Catalina Carpio captura la información de las especies, tallas y pesos. Durante la revisión analizan a detalle que los pescados que se entregan cumplan con el método de captura Ike-jime.
Una vez que termina este proceso, los pescados son añadidos a contenedores cubiertos por hielo para mantenerlos frescos y entregarlos así a la empresa que los comercializará.
“Yo escaneo el código con mi celular y pongo las especies, los kilos que sacó, las piezas, la fecha, la hora, quien lo entregó y cómo lo extrajo y donde. Todo eso lo hago con el celular”, explica la monitora.
Catalina Carpio enfatiza en que el hielo es un elemento muy importante en el proceso de resguardo del producto marino.
“Es importante el frío porque es una parte [de] la cadena. Una, nos propuso la empresa que se encarga de comercializarlo y otra, para mantenerlo fresco [porque] necesitamos tenerlo con esa cadena de frío”, añade.
La información de la pesca es capturada mediante un código QR. Foto: Luis Madrid.
Proteger los océanos con pesca sostenible
Felipe Rocha, biólogo maestrante en ecología marina en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE), y coordinador de campo en Pesca ABC, explica que además de encargarse del proyecto de extracción de redes para proteger a las especies marinas que habitan en el Alto Golfo, el proyecto de trazabilidad permite cuidar la salud del ecosistema.
“San Felipe es un puerto pesquero y también tiene que verse beneficiado”, señala en entrevista.
Para Catalina Carpio, el modelo de trazabilidad y la captura de peces con el método japonés beneficia tanto a pescadores como a la protección de los océanos ya que, al dejar de pescar con red y hacerlo con anzuelo, hace que su producto tenga un valor mucho más alto.
Pese a que el inicio del proyecto fue un poco difícil, especialmente tratar de hacer que los pescadores lo adopten, hoy en día hay más personas del sector interesadas en ser parte de este modelo. Sin embargo, hace falta que más empresas adopten el proyecto para comercializar el pescado que se obtiene.
Hasta ahora, solo la empresa El Sargazo es quien trabaja con los pescadores de Pesca ABC y cubre la cuota establecida para recibir poco pescado.
A pesar de ello, Catalina se siente muy orgullosa de poner “un granito de arena” para que este proyecto salga adelante como los primeros en generar prácticas responsables en la pesca sostenible.
“Es un trabajo que me gusta mucho. Es muy importante. Para nosotros ha sido un reto en el que seguimos aprendiendo, seguimos avanzando y estamos a un paso para llegar al cliente final. Entonces sí es importante que en México empecemos con trazabilidad y nosotros iniciamos con esto”, cuenta orgullosa.