La activista feminista y artista callejera «Flor de Fuego» escupe fuego en una calle de Ciudad de México el 15 de mayo de 2024 (CARL DE SOUZA)
Hablan feministas, entre ellas Sara Lovera, directora de SemMéxico
Las colectivas sin expectativas de la elección
Redacción
SemMéxico/AFP, Ciudad de México, 27 de mayo, 2024.- «Va a haber cambios», «yo no espero nada», «si se tiene que quemar todo, lo haremos». Feministas hablan de sus esperanzas, y también de sus enfados, ante la probable elección de una mujer como presidenta por primera en la historia de México, un país tradicionalmente machista.
Con 56% de la intención de voto, la candidata oficialista Claudia Sheinbaum se enfrentará en las urnas el próximo 2 de junio a la centroderechista Xóchitl Gálvez (34%), seguida de Jorge Álvarez Máynez, del minoritario Movimiento Ciudadano (10%), según un consolidado de encuestas de la firma Oráculus.
El inédito momento político contrasta con el machismo que ha caracterizado al país, con telenovelas, películas y canciones que exaltan al hombre dominante y la mujer abnegada.
La realidad que viven niñas y adultas en México, país de 129 millones de habitantes, sigue siendo sombría. Solo en 2023 se cometieron 852 feminicidios, según cifras oficiales.
«Va a haber cambios», «yo no espero nada», «si se tiene que quemar todo, lo haremos». Feministas hablan de sus esperanzas, y también de sus enfados, ante la probable elección de una mujer como presidenta por primera en la historia de México, un país tradicionalmente machista.
Con 56% de la intención de voto, Claudia Sheinbaum se enfrentará en las urnas el próximo 2 de junio a Xóchitl Gálvez (34%), seguida de Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano (10%), según un consolidado de encuestas de la firma Oráculus.
El inédito momento político contrasta con el machismo que ha caracterizado al país, con telenovelas, películas y canciones que exaltan al hombre dominante y la mujer abnegada.
La realidad que viven niñas y adultas en México, país de 129 millones de habitantes, sigue siendo sombría. Solo en 2023 se cometieron 852 feminicidios, según cifras oficiales.
Cuatro feministas de entre 26 y 91 años le cuentan a AFP lo que esperan.
La escritora mexicana de origen francés y polaco Elena Poniatowska, de 91 años, en entrevista con la AFP en su casa de Ciudad de México, el 30 de abril de 2024 © CARL DE SOUZA / AFP
«Ya es hora»
«Ya es hora de que se reconozca a las mujeres», dice con su voz dulce en su casa del sur de la Ciudad de México Elena Poniatowska, escritora y feminista de 91 años, premio Cervantes en 2013.
«Es una consecuencia lógica, de un país que ha ido avanzando», que México vaya a tener una presidenta, dice la autora de «La noche de Tlatelolco».
Poniatowska, nacida en París y nacionalizada mexicana en 1969, ha apoyado al presidente Andrés Manuel López Obrador. Ahora da por sentado el triunfo de Sheinbaum, exalcaldesa de la Ciudad de México (2018-2023).
«Va a haber cambios muy importantes», asegura. Espera mayor atención oficial a «la cultura» y políticas públicas en beneficio de «los niños», lo que redunda en mayores derechos para las mujeres.
Pocas expectativas
Al arrancar su campaña en marzo, Sheinbaum prometió proteger y mejorar la vida de las mujeres. «No llego yo, llegamos todas», aseguró.
Gálvez, de su parte, enfatiza que en su gobierno será «una aliada de las mujeres».
Responsable del portal feminista SemMéxico, Sara Lovera, de 74 años, dice tener «pocas expectativas» si gana Sheinbaum, cuyo mentor político, López Obrador, se burló de las «seudofeministas» después de unas manifestaciones a favor del aborto.
El aborto fue despenalizado y legalizado en México por la Suprema Corte en septiembre de 2023.
«No vamos a tener ningún cambio, vamos a seguir perdiendo. Hay quien opina que hemos perdido 30 años en política de género», dice Lovera.
«Creo que con Xóchitl Gálvez podríamos dialogar aunque ella tampoco entienda nada» de luchas feministas, agrega.
«Flor de Fuego», de 53 años, vive de hacer malabares con lumbre en un semáforo de la alcaldía Azcaptozalco, y suele encender marchas en defensa de los derechos de las mujeres lanzando por la boca potentes llamaradas
«Estamos en tendencia»
.»Las mujeres estamos como en tendencia, entonces (los partidos políticos) aprovecharon ese barco», dice con sarcasmo después de correr entre los autos con la bandeja plateada que usa para recolectar monedas. Así pagó la carrera de biología de su hijo.
«La verdad es que no creo que cambien las cosas mucho», gane una u otra de las candidatas, ambas de 61 años, añade «Flor de Fuego», quien prefiere no dar su verdadero nombre.
Durante el gobierno local de Sheinbaum, sostiene, «fuimos bastante reprimidas las feministas en nuestras marchas… Quién sabe cómo nos vaya a la comunidad feminista» si llega a la presidencia.
“Quemar todo»
Alondra (nombre ficticio), estudiante de Economía y Derecho e integrante del Bloque negro, movimiento feminista radical, se muestra enfadada.
Los partidos políticos «piensan que por imponer a una mujer, venga de donde venga, ya nos van a callar a nosotras o van a callar al movimiento feminista», advierte.
Feminista radical del Bloque Negro pega cartel de búsqueda con la foto de un presunto femenicida en un cartel electoral de la favorita para las elecciones presidenciales del 2 de junio Claudia Sheinbaum en México el 16 de mayo de 2024. © SILVANA FLORES / AFP
«Si no hay una mujer que haga temblar al sistema patriarcal, no va a cambiar de nada (…) y vamos a seguir manifestándonos y si se tiene que quemar todo, se va a tener que quemar todo», dice Alondra, maquillada con una sombra de ojos roja.
«Todo puede ser que quede igual, que siga la misma situación de violencia hacia las mujeres», comenta.
Al hablar con AFP, pega encima de la propaganda electoral volantes con la imagen de uno de los presuntos asesinos de la estudiante María de Jesús Jaimes Zamudio, fallecida en 2016.
Alondra ha resultado herida varias veces en forcejeos con fuerzas de seguridad al proteger a manifestantes.
Al bloque negro se le ha acusado de vandalizar monumentos y establecimientos comerciales, pero sus integrantes aseguran que se trata de actos de iconoclasia, es decir destrucción de figuras de autoridad para enviar mensajes políticos.