Sara Más
SemMéxico/Semlac, La Habana, Cuba, 13 de septiembre 2021.- Las mujeres siguen siendo minoría en las noticias de los medios de comunicación de Latinoamérica y el Caribe, concluyen los resultados del Proyecto Monitoreo Mundial de Medios (GMMP) del 2020 para la región, presentados de forma virtual el pasado 8 de septiembre.
Aunque hay discretos avances en algunos países de la región, todavía es un progreso lento y puntual, por lo que las mujeres siguen siendo muy poco representadas como protagonistas y fuentes de las historias, reconocieron participantes en la investigación más grande en materia de comunicación y género que se realiza en el mundo cada cinco años.
«Si las cosas siguen igual, se necesitarán al menos 67 años más para cerrar la brecha promedio para la igualdad de género en los medios de comunicación tradicionales», comentó Sara Macharia, coordinadora mundial del GMMP.
El estudio de 2020 abarcó 15 países de Latinoamérica y constató que son mujeres el 26 por ciento de las personas en las noticias, frente al 73 por ciento de los hombres. Otras identidades sexo genéricas apenas aparecen, con uno por ciento en las informaciones, precisó Sandra López, coordinadora de la fundación Gamma y del proyecto para América Latina y Ecuador.
«El tema de mayor relevancia es política y gobierno, pero en presencia de las mujeres este alcanza el quinto lugar», comentó López. En cambio, ellas aparecen más en las noticias de ciencia y salud, donde también tienen un porcentaje alto como expertas, y en los asuntos sociales y legales.
A ello se añade que las noticias sobre igualdad de género apenas alcanzan el siete por ciento y solo uno por ciento ocupa las portadas. Además, las mujeres se muestran en su relación familiar tres veces más que los hombres en los países incluidos en el estudio: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Otro aspecto que destaca y establece diferencias es el de los rangos etarios. Mientras los hombres aparecen en las noticias en todos los grupos de edades, las mujeres lo hacen con frecuencia hasta los 18 años, luego baja su representación y finalmente desaparecen a partir de los 65 años, comentó López.
Aunque el 20 por ciento de la población latinoamericana es indígena, esta tampoco queda bien representada, de acuerdo con el monitoreo que se realizó el 29 de septiembre de 2020: la población indígena aparece en solo en tres por ciento y menos del 30 por ciento son mujeres.
En el Caribe, donde el monitoreo de 2020 abarcó 17 países, las mujeres alcanzan una presencia de 27 por ciento en los medios tradicionales de radio, prensa y televisión, indicador que sube ligeramente a 31 por ciento en Internet y Twitter, según datos preliminares.
Al comparar estos resultados con el mundo, Maximiliano Dueñas, coordinador del monitoreo para el Caribe, comentó que esta región ha estado ligeramente por encima de los porcentajes mundiales en cuanto a presencia de las mujeres en medios tradicionales y de forma significativa en los digitales.
Al comentar algunos resultados del GMMP en Latinoamérica y Caribe, Eva Rodríguez Agüero, secretaria de género de la Federación argentina de carreras de comunicación, aludió a un contexto en que los derechos humanos de las mujeres no fueron la prioridad en la agenda noticiosa, pese a que ellas han estado en la primera línea de la red de cuidados de la vida.
Cuando las mujeres son sujetos de las noticias, los principales roles que se describen son, en primer lugar, el de ama de casa y luego trabajadoras de la salud, trabajadoras sociales o cuidadoras de niños y niñas, lo que refuerza los estereotipos de las mujeres como responsables exclusivas de la enrome carga que implica el trabajado de cuidado.
Además de la subrepresentación, en pocos casos su aparición desafía estereotipos de género, se citan poco como fuente de información y sus voces se habilitan, fundamentalmente, en roles de opinión y experiencia popular, pero menos como portavoces o expertas, ya sea como académicas, docentes, médicas, policías o figuras religiosas.
Otra constante, dijo, es que la radio sigue siendo el ámbito más masculinizado, seguido por los medios impresos y la televisión. Mientras, Internet y Twitter se muestran más abiertos a la participación de mujeres.
Pocos países se acercan a la paridad entre mujeres y hombres que presentan las noticias, persistencia que incluso en algunos casos se agrava y expone las brechas entre varones y mujeres periodistas, insistió.
En cuanto a la covid 19, un tema que ha atravesado la agenda de los medios de comunicación en este monitoreo, identificó la tendencia en algunos países a minimizar sus impactos diferenciados en mujeres y hombres.
«El monitoreo pone en evidencia cierta lentitud de los cambios hacia una presencia más igualitaria y representativa de las mujeres en las noticias, pero a la vez sabemos que los cambios no vienen solos, sino que necesitan ser impulsados y militados, a través de leyes, campañas de incidencia y sensibilización llevadas adelante por los Estados, las empresas periodísticas, los colectivos e instituciones», reiteró.
Al resumir algunas de las propuestas expuestas por las participantes de cada país para revertir tantas desigualdades, Rodríguez Agüero habló de visibilizar y apropiarse de las prácticas de periodistas y comunicadoras que, cuestionando los estereotipos de género, reconocen las voces de las mujeres como fuentes y sujetas, expertas de las noticias, proponiendo otras narrativas.
También abogó por un periodismo comprometido con la justicia social, la libertad y la equidad en razón del género, la diversidad sexual y el color de la piel, sustentado en el derecho humano a la comunicación, así como a aunar esfuerzos para capacitar a periodistas en ejercicio y en formación, promover la formación de audiencias críticas con perspectiva feminista y la producción de materiales didácticos y capacitación para el tratamiento de la información con enfoque de género.
Trabajar en la promoción y vocería de mujeres en los ámbitos comunitarios, académicos y políticos, desarrollar políticas de promoción laboral con perspectiva de género y garantizar espacios libres de violencia para las mujeres en el ejercicio de la profesión periodísticas fueron otras de las sugerencias.