Murió Maya Ramos Smith, actriz, bailarina, docente, historiadora  e investigadora de danza y de teatro

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“La Chucha”, Estrella del ballet en el México del siglo XIX, nos la cuenta 

El Inbal lamenta el deceso de la reconocida artista, quien fue directora del Cenidi Danza y del Citru

Sara Lovera

SemMéxico, Ciudad de México, 15 de abril, 2024.- Las autoridades de cultura de México, lamentan el sensible deceso de  Maya Ramos Smith, bailarina, actriz, docente, historiadora  e investigadora de danza y de teatro, acaecido el 11 de abril en la Ciudad de México, probablemente la narradora  más completa respecto de la danza en el país.

De su deceso así lo informaron el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas (Sgeia), a través del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón (Cenidi Danza) y el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Arte Teatral Rodolfo Usigli (Citru.

Maya Ramos Smith, tuvo una  carrera de ejecutante y maestra de danza clásica la realizó en la Academia de la Danza Mexicana (ADM) del Inbal y en el École Supérieure d’Études Chorégraphiques de París; se formó en actuación en el Stella Adler Conservatory of Acting de Nueva York. Siempre, durante años, con gran pasión se dedicó a recopilar  la historia de la danza, puso en claro la participación femenina entre siglos, acudió  al campo; entrevistando a historiadores;  buscando en las bibliotecas y hemerotecas  de todo el país.

Maya Ramos Smith

Las autoridades la definen como  bailarina en el Ballet de Cámara, Ballet Independiente y en la Compañía Nacional de Danza (CND). Se desempeño como actriz y trabajó en el Teatro del Seguro Social, Teatro de la Nación y Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otros.

Sí, en su vida cotidiana fue una ávida lectora, lo hizo de las  investigaciones disponibles, habló con interesadas, lo hizo  en hemerotecas de México y del extranjero desenterrando memorias, escritos y testimonios que le permitieron reconstruir la memoria de la danza y del teatro en México. Historio la danza considerando a las mujeres en el centro de esta actividad.

Sus investigaciones en torno a las artes escénicas abarcaron principalmente la época virreinal (siglos XVI-XVIII), así como el siglo XIX (1821-1910).

Según especialistas entre sus obras más destacas están: La danza en México durante la época colonial (Premio Casa de las Américas), El actor en México en el siglo XVIIICensura y teatro novohispano y dirigió La danza en México. Visiones de cinco siglos (dos volúmenes) en colaboración con Patricia Cardona, ésta una periodista y narradora desde la perspectiva feminista.

De 1998 a 2002 fue directora del Cenidi Danza José Limón, impulsando seminarios con maestros nacionales y extranjeros, tiempo en el que se firmaron intercambios interinstitucionales y se realizaron importantes exposiciones fotográficas.

Entre los premios y reconocimientos que le otorgaron están el Premio Casa de las Américas, en Cuba; Medalla “Una vida en la danza” del Inbal; Premio Arnaldo Orfila Reynal (en la categoría de Humanidades y Ciencias Sociales) y el Premio de la Unión de Cronistas y Críticos de Teatro, en la categoría de “Artes escénicas, trayectoria en la investigación”.

Referente nacional e internacional, el fallecimiento de Maya Ramos representa una pérdida significativa para el país. Además es considerada por el  Inbal como una figura irremplazable de la investigación de la danza y teatro en México.

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Quien fue Maya Ramos Smith

Ejecutante y maestra de danza clásica graduada de la Academia de la Danza Mexicana del INBAL (1966). Graduada de la carrera de Estudios coreográficos de la École Supérieure d’Études Chorégraphiques de París (1968). Graduada de la carrera de Actuación del Stella Adler Conservatory of Acting (1981-1984).

Como investigadora, formó  parte del Centro Nacional de Investigación de la Danza “José Limón” y del Centro Nacional de Investigación Teatral “Rodolfo Usigli” (INBAL). Fue directora de ambas instituciones.

Su investigación en torno a las artes escénicas ha abarcado principalmente la época virreinal (siglos XVI-XVIII), así como el siglo XIX (1821-1910). Integró el Consejo Asesor de Teatro y Danza de la UNAM.

Entre sus premios y reconocimientos se pueden mencionar:

  • Premio Casa de las Américas, en Cuba, por el ensayo “La danza en México durante la época colonial”.
  • Medalla “Una vida en la danza” del INBAL.
  • Premio Arnaldo Orfila Reynal (en la categoría de Humanidades y ciencias Sociales), por el texto “Teatro musical y danza en el México de la belle époque (1867-1910)”, en el contexto de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
  • Premio de la Unión de Cronistas y Críticos de Teatro, en la categoría de “Artes escénicas, trayectoria en la investigación”.

Algunas de sus principales publicaciones son:

  • Dirigió el libro colectivo Censura y teatro novohispano.
  • El actor en México, entre el Coliseo Nuevo y el Teatro Principal (1753-1821).
  • Los artistas de la feria y de la calle: espectáculos marginales en la Nueva España (1519-1822).
  • Actores y compañías en la Nueva España: siglos XVI-XVII.
  • Junto con Patricia Cardona Lang, dirigió el libro colectivo en dos volúmenes: La danza en México: visiones de cinco siglos. Ensayos y antología de documentos.
  • El ballet en México en el siglo XIX: de la Independencia al Segundo Imperio (1821-1867).
  • La danza teatral durante el virreinato (1526-1821).
  • El capítulo “Teatralidades novohispanas. Del siglo XVI al Coliseo Viejo”, en el libro El teatro, el cuerpo y el soberano (CITRU-INBAL).

Como docente, impartió o las siguientes asignaturas: “Estilos y técnicas de actuación” en el Centro Universitario de Teatro (CUT–UNAM); “Performance and Theatre in the Viceroyalty of New Spain”, en el doctorado del departamento de Español y portugués de la New York University (NYU); la cátedra “Jesús C. Romero” en el Centro Nacional de Investigación Musical “Carlos Chávez” del INBAL); Teatro-danza en el doctorado en Artes escénicas, artes visuales e interdisciplina del INBAL.

Un texto ejemplo de sus preocupaciones 

La Chucha”, Estrella del ballet en el México del siglo XIX

“La Chucha”, Estrella del ballet en el México del siglo XIX

De los palcos del teatro le llovían versos y mensajes cariñosos de un público que la aclamaba en aquel México de Santa Anna, inestable en lo político, pero donde María de Jesús Moctezuma «Chucha» emergía como la más importante estrella del ballet.

Fueron años de florecimiento para la disciplina, asienta la investigadora Maya Ramos Smith en Cuadernos del CID Danza, Número 18, en una época dominada por las bailarinas europeas, y sin maestros que la guiaran en cuanto a técnica y novedades coreográficas.

Sin fecha exacta de nacimiento y muerte, se sabe que era originaria de la Ciudad de México; Ramos Smith refiere que en El álbum mexicano, de 1849, se le menciona bailando dentro de un grupo de niños de entre 5 a 10 años conformado por el coreógrafo francés Andrés Pautret en 1831-32. Por tanto, habría nacido entre 1820 y 1825. «Chucha» estaría cumpliendo dos siglos de historia.

Pautret había llegado a México en 1824 como director de la compañía de ballet del Teatro Principal, entonces sumida en una crisis debido a los años de la guerra de Independencia.

Señala Ramos Smith que él reorganizó la agrupación e introdujo nuevo repertorio europeo, como La fille mal gardée, de Dauberval, y Don Quijote y El carnaval de Venecia, de Milon.

«Chucha» era una «niña delgadita, de grandes y dulces ojos, de una ligereza extraordinaria y de unas disposiciones tan felices» para el baile que pronto su maestro empezó a confiarle pequeñas partes en los ballets del repertorio, consigna la investigadora en El ballet en México en el siglo 19. De la independencia al segundo imperio (1825-1867).

«Por supuesto, el talento y la disciplina de María de Jesús Moctezuma fueron elementos importantes, pero ella y otras estrellas del ballet fueron resultado del desarrollo que el ballet tuvo en México desde el último tercio del siglo 18, cuando empezó como espectáculo y se instaló en el gusto del público», señala en entrevista la experta del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (CITRU).

La enseñanza del ballet se inició desde la década de 1780 y empezaron a producirse generaciones de bailarines mexicanos que se incorporarían a los teatros hasta la década de 1860. De hecho, para 1795, la primera novohispana en alcanzar la categoría de primera bailarina fue Ana María Zendejas.

Escasean las noticias sobre el ballet entre 1833 y 1840, y de no ser por el florecimiento de bailarines mexicanos a partir de la década de 1840, se pensaría que había dejado de existir, advierte Ramos Smith.

En una década marcada por la guerra con Texas y con Francia, y las luchas internas, considera milagroso que la compañía de Pautret lograra sobrevivir.

Es justo a finales de esos «años oscuros» que «Chucha», como la llamaban de cariño, vivió con éxito la «transición de niña prodigio a gran solista».

Entre 1840 y 1842, los niños formados por Pautret del Conservatorio de Baile, se empezaron a revelar como talentosos solistas. El público y la prensa celebraban los progresos de Chucha: «No era la niña ligera, traviesa y delgadita de los grandes bailes de Pautret, sino la joven de formas elegantes y desarrolladas, de cuerpo airoso, de pie pequeño», publicó El Álbum Mexicano.

A lo largo de su carrera, que Ramos Smith estima duró hasta 1855, el ballet sufrió una transformación, y la bailarina supo adaptarse.

«El ballet tuvo grandes avances en la técnica -entre ellos el baile en puntas- y su estilo evolucionó, a partir de los años 30, hacia el ballet romántico. Moctezuma se adaptó sin duda en cuanto a la técnica, pues los críticos mencionaron y elogiaron su dominio de las puntas, y el haber bailado con estrellas internacionales como los esposos (Adela e Hipólito) Monplaisir (la compañía con mayor nivel artístico que hasta entonces había visitado el País) nos da una medida de su capacidad y su talento», asegura. La temporada 1848-49 marcó el inicio de grandes éxitos en su carrera en el Teatro Nacional.

«Chucha» era la favorita del público que a pesar de su «admiración por todo lo extranjero, no ocultaba su orgullo de contar entre sus compatriotas a una primera figura talentosa y bella».

En esa época, se acostumbraba que los primeros bailarines costearan los vestuarios para sus solos y ella se distinguía por su lujoso e impecable vestuario.

«Utilizaba zapatillas de raso finísimo, que sólo deben haberle durado una noche. Se hacia enviar, además, litografías y partituras de Europa, para que su vestuario y repertorio estuvieran a la moda de las estrellas de aquel continente», describe la investigadora.

Respecto a su carácter, en el «teatro era amable y sencilla», muy seria en su trabajo y «muy digna respecto de su valor y posición». No se dejaba «rebajar, prefiriendo no trabajar». Se mantenía alejada de las intrigas y chismes de entre bastidores.

Y sin embargo, su rivalidad con las hermanas Joaquina y Dolores Sánchez, bailarinas andaluzas, en el Teatro Nacional fue legendaria. Cuando Dolores y «Chucha» se presentaban bailando juntas, el público dejaba sentir quién era su favorita. Cada bando profería silbidos, gritos y aplausos.

Vivió también horas difíciles cuando el brote de cólera de 1850 obligó al cierre de los teatros; emprendió una gira por el País con la epidemia pisándole los talones. Cuando regresó a la Ciudad de México estaba «débil de salud, desentrenada y nerviosa». Consiguió remontar con su autocrítica y capacidad de trabajo.

Entre 1851 y 1854, Ramos Smith la ubica en teatros de Puebla, Oaxaca y Guanajuato. Al parecer desarrolló el resto de su carrera fuera de la Ciudad.

La última pista de «Chucha» data de junio de 1855, en el periódico El Siglo XIX: «Desde que Doña María de Jesús Moctezuma se separó de la escena de México y don Ambrosio Martínez (pareja de baile) marchó para España, se notó la más grande decadencia en el ramo del baile».

Teatro musical y danza en el México de la belle epoque :(1867-1910) de Maya Ramos Smith; prólogo de José Emilio Pacheco [texto  en redes )

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