*Homenaje al poeta y escritor enamorado de la vida, a 60 días de su partida
* Con su ejemplo motivó a periodistas jóvenes a no olvidar los géneros periodísticos y llamó a defender la dignidad de la tarea informativa
Soledad Jarquín Edgar
SemMéxico, Oaxaca, 25 de noviembre, 2024.- “…Mi madre indígena,
de sangre mixteca,
ya grande conoció el mar.
“Es enorme, tiene mucha agua.
Está tan amarga porque se pasó
de sal. Traga gente; yo lo vi.
Se quería tragar a tu prima Isabel
que tiene los ojos azules como él.
Se salvó porque Dios es grande;
más que el mar”, me dijo.
La primera vez que mi prima Isabel
conoció el mar, también
conoció a la muerte…”
Son estrofas del poema No conozco el mar, que escribió Wilfrido, Willy López Torres, periodista, escritor y poeta que hace 60 días recorrió por última vez la calle que lo vio nacer en Tlacolula de Matamoros y que no escapó a sus versos:
“…Mi calle es tranquila
pero nunca triste…
…
“De niño, cuando no tenía piso,
mis pies descalzos
estaban convencidos
que la tierra era plana
y no redonda.
En época de lluvias
en sus charcas asomamos
nuestros rostros de pequeños
holgazanes con cara
de cuatreros”. (Calle en que irás y no volverás)
Así entre versos y recuerdos de su vida, en uno de sus sitios favoritos, la Hemeroteca Pública “Néstor Sánchez”, se anunció que el Club de Lectura para Periodista llevará su nombre. Es un homenaje para honrar su memoria, dijo Sandra Ramos Rojas, también periodista y compañera de Willy en los últimos 15 años. Ella emocionada recibió el registro del Fondo de Cultura Económica, FCE, de manos de sus colegas y presentó la imagen del club, uno de los seis mil que existen en el país y que son apoyados por el FCE, que fue realizada por el afamado caricaturista oaxaqueño Darío Castillejos.
Willy López Torres junto con los periodistas Francisco J. Sánchez y Antonio Sumano concibieron la idea y la echaron a andar hace poco más de un año, y fue Willy quien le puso el nombre: El Correo Americano del Sur, “para recuperar el sentido de libertad que llevó a Morelos, en los ayeres de la independencia de la corona española, a publicar este periódico y así difundir las causas de aquella guerra de insurrección”, dijo la coordinadora del Club de Lectura, Cristina Salazar Acevedo.
Entre fallas técnicas de un proyector que no fue compatible con la computadora, el encendido y apagado de focos que dejaban entre las sombras, “las travesuras de Willy” fueron honradas en sus propias palabras, sus versos y sus cuentos, las memorias de su vida, una que dejaría en un día que siempre será trágico, 19 de septiembre, y que pronto serán presentadas en un libro, anunció emocionada Sandra Ramos, quien además hizo una impecable selección de textos para recordarnos al Willy enamorado de la vida, de largos silencios y reflexiones, de risotadas que cualquiera identificaba, como comentó el editor, libero y escritor Claudio Sánchez Islas, compañero de esa generación que creció leyendo a los grandes poetas españoles.
Leandro Hernández, periodista con más de sesenta años de servicio, leyó una semblanza de López Torres, nacido en Tlacolula de Matamoros un 13 de septiembre de 1959, más de 45 años de trayectoria en la prensa, donde fue siempre crítico y se caracterizó por su amigable compañía. Siendo estudiante de preparatoria fundó Círculo un periódico dirigido a la juventud del municipio que lo vio nacer. En 1975 se unió a las luchas del Frente Único Democrático Tlacolulense que derrocó al gobierno municipal priista.
Trabajó como redactor de Panorama Oaxaqueño y en los noventa, cuando ya era un periodista consolidado, estudió técnico en Periodismo, que impartió en Oaxaca la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, antes fue becario del Instituto Internacional José Martí, en Cuba.
Incursionó en la radio y en la televisión. Trabajó como reportero para la recién desaparecida agencia Notimex en Tlaxcala. En los últimos años, Willy López Torres trabajó para el periódico Tiempo y El Imparcial de Oaxaca.
Periodista
Leandro Hernández, Don Lea, recordó una de las anécdotas de Willy, quien aseguraba que una herramienta indispensable de las y los periodistas es la lectura, por eso decía que leer le abrió las puertas para que el entonces secretario de Hacienda, Jesús Silva-Herzog Flores le diera una entrevista. Esperó que todos se retiraran y a pesar de que el entonces secretario de Hacienda había dicho que no daría entrevistas se acercó al funcionario y le contó que siendo más joven había leído Cuadernos Americanos, una publicación de la que su padre, Jesús Silva Herzog, había sido director y gerente. Así logró que el funcionario le diera la entrevista.
Los periodistas debemos sacudirnos la flojera. Hay que devorar libros; leer nuestro propio periódico, por modesto que sea. En esa medida abrevaremos conocimientos y experiencia, para poder cotizarnos, para percibir buenos salarios y entregar buenos resultados a los que nos leen, escuchan o ven, recodó Sandra Ramos Rojas de López Torres.
En su recuento también habló de su participación en la Segunda Jornada Nacional de Periodismo Ética y Poder, en 2015, donde llamó a no causar lástima, a recuperar ese respeto que tenían los viejos que nos enseñaron este oficio. “No debemos arrastrarnos jamás ante el poderoso ni poner nuestra pluma al servicio de los políticos corruptos. Ante el menosprecio antepongamos la dignidad de seres libres con ideas firmes. Ante la agresión, un halo de luz que haga transparente la unidad”.
Desarrolló habilidad en todos los géneros, maestro de varias generaciones que coincidieron con él en las distintas redacciones en las que trabajó, y que hoy reconocen su influencia y empuje para mejorar, siempre mejorar, “no le saque”, solía decir para motivarlos a escribir más y mejor, lo que viste, lo que investigaste, sin miedo, solía decir. Ramos Rojas también leyó parte de su crónica publicada en el portal La Coyuntura, de Paco Sánchez sobe el devastador incendio en San Lucas Quiviní, en febrero de este año.
“…San Lucas Quiaviní está conformado por mujeres y hombres de la tercera edad debido a la migración. Ellas trabajan las tierras, se encargan de los quehaceres domésticos; son madres de familia, todas muy trabajadoras.
“Somos zapotecos y somos maíz; nuestras raíces se tocan bajo la tierra”, dice un emocionado Rodrigo García, en su transmisión en vivo que realiza por su canal de YouTube en el homenaje de cuerpo presente al edil suplente, Pedro Curiel Diego.
“Somos gente pobre y humilde, pero estamos unidos”, enfatiza, mientras las mujeres y hombres se despiden del cuerpo que se encuentra en un ataúd gris.
Es tarde y el sol agoniza a la lejanía. Una mujer de la tercera edad sostiene el copalero, mientras la banda de música entona el Dios Nunca Muere.
…
“El olor del copal se mezcla con el olor a pasto quemado. Curiosa combinación de vida y muerte. La banda toca el Himno Nacional. Hombres y mujeres saludan y cantan; aprietan la mandíbula, clavan la mirada en el cerro, donde un humo blanco revolotea impulsado por el viento. Es el cerro que sigue quemándose”.
Escritor
Fue el autor de El maestro Serrat, un minicuento que fue incluido en el libro Facer Españas 2019, del XIII Premio Orola, de Vivencias, en el que narra que en 1969 el maestro de la escuela puso un disco y escuchó Cantares, el poema de Antonio Machado, hecho canción por Joan Manuel Serrat.
“Al día siguiente el profesor Odilón, que por cierto “rengueaba” de la pierna izquierda a causa de una caída del caballo, me contó que Serrat también musicalizó un poema de Rafael Alberti.
Esa misma tarde busqué en la biblioteca municipal los libros de Machado y de Alberti. ¡Uuuuh; vieras que bonito! Después leí a León Felipe, a Miguel Hernández, a Federico García Lorca, etcétera”.
“Wilfrido López Torres recorrió esa amada calle por última vez acompañado de quienes lo amamos para no regresar, sin embargo, cada palabra, cada verso, cada crónica, prevalece en el silencio de su voz ronca, irónica y franca”, puntualiza Sandra su compañera.
…
“Hoy que la vida se me acaba,
Espero que un tigre y no un perro
Me ayude a cruzar mil ríos,
Mientras la muerte queda atrapada en arenas movedizas,
Atrapada, como tigre enjaulado”.
Se fue, cruzó los ríos con un tigre, con un cuaderno y su pluma, el buen Willy, el buen amigo y compañero periodista, cuyo nombre ya ha rebautizado el Club de Lectura para Periodista que iniciará sus trabajos el próximo enero del 2025. Sí, desde algún lugar estará atento, en silencio y apagará la luz de vez en cuando.
SEM/sj