A quienes construyeron e hicieron vivo al CEAMEG y al CELIG
Aurora Aguilar Rodríguez*
SemMéxico/El Sol de Tlaxcala, Tlaxcala, 27 de enero, 2025.- Año de 2006, así como empiezan los corridos mexicanos, en este año nació el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG), de la Cámara de Diputados, una institución pionera en su tipo, logro del esfuerzo titánico de mujeres diputadas en la LIX Legislatura, una conquista política y social alcanzada por el movimiento amplio de mujeres y las legisladoras mexicanas de todos los partidos. Se constituyó como el primero en su tipo, para apoyar el trabajo legislativo de las y los diputados, siendo un referente en su tema.
Por él pasaron muchas y muchos que después fueron y son diputadas, senadoras, directoras de instituciones nacionales e internacionales, etc.
El CEAMEG cambió su nombre a Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Género (CELIG), en 2017 para adecuarse a los avances logrados por la lucha de las colectivas y legisladoras, pero hoy, justamente en el “tiempo de mujeres”, después de dos legislaturas paritarias e incluyentes, el CELIG, en los hechos, da sus últimos respiros.
Su trabajo pionero de investigación con perspectiva de género, seguimiento y análisis al Anexo 13, ese creado para garantizar presupuestos que atendieran las problemáticas de las niñas y mujeres, el seguimiento a las cifras de violencia contra las mujeres, sus aportes a visibilizar los tipos de violencias, visibilización de embarazo infantil y adolescente; el seguimiento de la participación de mujeres en la vida pública; y, su audacia para lograr que todas las legisladoras que durante 22 legislaturas formaron parte del Congreso fueran reconocidas, son solo algunos de los trabajos que vamos a extrañar.
Lo que tardó lustros en consolidarse bastaron unos cuantos años para desmantelarlo. Se acotó su trabajo, y se eliminó ejercicio de presupuesto, se descalificaron sus ideas, ideales, visión, misión, se quitaron plazas, se despidió a sus mandos en septiembre y finalmente este 22 de enero, un secretario técnico al que han dado el indignante papel de verdugo, les informó al resto de las colaboradoras, que desde el 16 de enero habían sido despedidas “por órdenes de muy arriba”.
En su mayoría quienes hoy fueron despedidas son mujeres, mujeres capacitadas, comprometidas con su patria y familia, mujeres que creyeron que el cristalazo de techo roto con la llegada de una mujer a la presidencia abriría puertas para “llegar todas”.
¿Cuál es el objetivo de este escrito? por supuesto no es defender a mi persona, como Directora General del CELIG los últimos 6 años, puse cabeza, alma y corazón pero no pude detener el proceso de erosión primero con quita de presupuesto, de plazas, de espacios de trabajo y al final con el despido de mis compañeras de causa.
En 30 años dedicada al servicio público comprendo los relevos. Yo salí desde septiembre y no lo había hecho público pero hoy claro que levanto la voz por la institución, por el esfuerzo y empeño que tantas antes de nosotras dedicaron para construir una institución insignia del país, por el dolor y la tristeza que nos causa y nos debe causar ver al CELIG, orgullo de muchas mujeres, invisibilizado, destrozado, cuando debería al contrario ser fortalecido como órgano técnico para la buena legislación en defensa de los derechos humanos de mujeres de todas las edades.
¿Dónde están las legisladoras? Una o dos han luchado y levantado la voz, me consta, han sido sororarias con quienes al final son -insisto- compañeras de causa. Las demás creen que el camino a la paridad, el goce de derechos, la tipificación de la violencia, entre otras garantías ciudadanas se dio solito, sin sacrificios previos, sin luchas de activistas tomadas de la mano con bancadas de mujeres de todos los partidos. No saben o no quieren saber que el patriarcado vuelve con fuerza, que mañana quienes piensan que las mujeres deben estar “cargadas y tras la puerta”, o “calladitas para verse más bonitas”, que deben pedir permiso a los hombres de su vida o que su valía estriba en su comportamiento sexual, irán por ellas. Ejemplos claritos en el nuevo presidente del vecino del norte o en el del profundo sur de Latinoamérica. También en algunos que hoy tienen poder y la verdad que las mujeres pensantes les caemos muy muy mal.
Especialmente levanto la voz por mis compañeras. No es fácil ser sororaria frente al poder. Lamento mucho que “el tiempo de mujeres”, “el siglo de las mujeres” y el “todas llegamos” no es, no fue para el CELIG ni para quienes le integraron. Ellas ya habían llegado, ya habían salido del piso pegajoso; hoy hay que volverse a formar.
*Colaboradora de la OEM desde 2017. Es su palabra contra las versiones oficialistas